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Manejamos la Dodge Durango SRT Hellcat

710 hp y producción limitada a un par de decenas de unidades, la Durango Hellcat es un objeto de colección instantáneo

Manejamos la Dodge Durango SRT Hellcat

Hace apenas unos meses, disfrutábamos como enanos la Durango SRT y su gigantesco V8 de 392 pulgadas cúbicas, y es que si bien es cierto, se trata de una SUV familiar de tres filas de asientos, no podemos negar que por lo menos desde que existe la actual generación (desde hace una década), la asociamos con los muscle cars.

Ya sea porque el V8 HEMI ha estado presente siempre, o por su intimidante apariencia que la es percibida más como un Challenger que como una Highlander o Pilot. Y eso desde mi humilde punto de vista, eso es muy bueno.

Dodge Durango SRT Hellcat: Despedida gloriosa

Con una década en el mercado, la tercera iteración de la Durango ya está robando oxígeno y es que su popular primal la Jeep Grand Cherokee ya presentó su nueva generación, un modelo que estrena plataforma y también variante de 3 filas de asientos denominada como Grand Cherokee L, misma que está muy cercana a lanzarse en nuestro país.

Entonces es claro que la Dodge Durango de cuarta generación está a la vuelta de la esquina, con lo cual, esta variante Hellcat es en realidad una despedida. Y se trata de una salida en hombros, con orejas y rabo si me lo preguntas.

Por si fuera poco, con una producción limitada originalmente a 2,000 unidades, que luego del excelente recibimiento se amplió a poco más de mil unidades adicionales, la Durango SRT Hellcat es un auténtico objeto de colección. Si te preguntas cuántas llegarán a México, en un inicio solo 20, aunque es probable que lleguen algunas más.

Ya lo sabes, Hellcat es sinónimo de V8 Hemi de 6.2 litros supercargado, en este caso con 710 hp y 645 lb-pie de torque gestionados por una caja automática de 8 velocidades que envía la potencia a las cuatro ruedas.

No se trata de un AWD orientado al off road, por el contrario, la intención es maximizar el agarre en caminos asfaltados. Por su parte el sistema de frenos está firmado por Brembo y emplea pinzas de 6 pistones adelante, mientras que la suspensión es adaptativa.

Dodge Durango SRT Hellcat: Interior

Puertas adentro, la Durango SRT Hellcat es igual a la Durango SRT, vamos hasta colores en tapicerías e insertos son los mismos, presume rediseño en tablero y consola central que permite incorporar una pantalla táctil de 10.1” de excelente resolución con sistema Uconnect.

Hay compatibilidad con Apple Carplay y Android Auto, climatizador automático, quemacocos, cargador inalámbrico para celulares, clúster de instrumentos análogo con pantalla TFT de 7”, sistema de entretenimiento de dos pantallas de 9” con audífonos inalámbricos, audio Harman Kardon y un largo etc.

La atmósfera es deportiva y suntuosa, los asientos frontales ofrecen buena sujeción lateral y están forrados en una piel de excelente tacto. Atrás, se viaja cómodo tanto en la segunda como tercera fila, aunque las butacas no ofrecen buen soporte lateral, si son confortables para viajes prolongados.

El cielo va forrado en alcántara y en el tablero encontramos insertos que lucen como si fueran de fibra de carbono no tejida. Vamos, no es una cabina que califique como de vehículo premium, pero está muy cerca. La atmósfera es en verdad buena.

Dodge Durango SRT Hellcat: Manejo

Tras el volante, la Durango SRT Hellcat no defrauda, entrega aceleraciones muy violentas, con el launch control activado te pega con fuerza al respaldo, mientras que vas dejando atrás a todos.

Sin sorpresas en este punto, la Durango con mecánica Hellcat es auténticamente bestial y esa combinación que tanto hemos hablado del rugido de un gran V8 con el zumbido del supercargador es adictiva.

Sin embargo y aunque se trata de una mole de casi dos toneladas y media, la Dodge Durango SRT Hellcat también sabe plantarse bien en curvas y es que gracias a su sofisticado sistema AWD puede poner muy bien toda esa potencia en el piso. En pocas palabras resuelve un problema que siempre tuvieron los Hellcat, que era la falta de grip.

Sin embargo, no todo es perfección y es que aunque la aceleración es descomunal, es estable y bien plantada, en donde creo que si queda a deber es en la frenada. Ese sistema firmado por Brembo no está a la altura de la capacidad de respuesta y en la pista Moisés Solana, al final de la recta cuando me acercaba a los 180 km/h y tuve que frenar a fondo, sentí que no iba a poder detener a toda la masa antes de que se fuera necesario doblar.

Un pequeño rush de adrenalina que afortunadamente no pasó a más gracias al buen balance y grip de esta SUV, así como algo de suerte que me ayudaron a entrar algo pasado pero todavía con control a la curva.

El modo de manejo Track es divertidísimo, deja una distribución del torque casi de tracción trasera, con lo cual se puede jugar bastante, aunque a cambio, sacrifica algo de agarre. En manos no expertas se puede ir más rápido y más seguro en modo Sport.

Dodge Durango SRT Hellcat: Conclusión

La versión SRT Hellcat es una despedida épica para la Durango de actual generación, que hace poco sentido como vehículo familiar y que le sobra potencia, es absolutamente cierto. Es uno de esos últimos hurra para los grandes motores de combustión y, eso la convierte en algo muy especial.

Se trata de la visión norteamericana de una SUV deportiva llevada al extremo, en donde la icónica frase que nos trajo la época de oro de la industria norteamericana, “there´s no replacement for displacement” se mantiene más viva que nunca, ¿por cuánto tiempo? No creo que mucho, pero por ahora, si es que puedes hay que disfrutarlo. Porque el futuro no luce muy promisorio para los grandes motores de ocho cilindros.

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