El Audi TT es uno de esos productos que no generan gran volumen, pero en cambio, ayudan enormemente a construir y posicionar una marca. Este modelo que debutó en 1998 se encuentra en su tercera generación, y si de una cosa podemos estar seguros, es que con cada nueva entrega, evolucionó de manera dramática, hasta convertirse, para bien y para mal, en un deportivo sofisticado, efectivo y lleno de tecnología.
¿Por qué digo para mal? Bueno, porque la mayor carga tecnológica, si bien el permitió mejorar drásticamente como auto deportivo, también encareció significativamente.
A poco más de veinte años de su concepción, el TT se encuentra lamentablemente en lo que parece ser, el final de su historia, al menos como lo conocemos. Esto porque por un lado, las tendencias del mercado indican que los consumidores solo quieren SUVs, chicas, medianas, grandes, con forma de coupé, o como sea, pero tiene que ser camioneta. Por otro lado, el desarrollo de vehículos eléctricos es sumamente costoso y Audi está reasignando recursos para subirse con fuerza al tren de la electrificación.
El Audi TT entonces no cumple cualquiera de las premisas anteriores, no es SUV, tampoco es un vehículo electrificado y para complicar las cosas, tampoco genera volumen. Para agravar todavía más la situación, está una situación particular de la marca, el dieselgate, que ocasionó serios recortes del lado presupuestal.
Con todas las variables antes mencionadas en consideración, es entendible el por qué el Audi TT no tendrá un sucesor, al menos no será un pequeño coupé deportivo, quizá sí algo de performance muy deportivo, pero mucho más funcional y práctico. Ya veremos.
Como sea, que el TT no vaya a tener un reemplazo es una verdadera tristeza, porque se trata de un producto brillante. Es atractivo, divertido, sofisticado y se maneja increíble.
Mecánica
Para el año modelo 2020 que cuenta con un facelift muy menor, desaparecen las versiones de entrada y ahora, la única disponible es la “S”. Lo anterior significa que bajo el cofre tenemos un 2.0 litros turbo que entrega 286 hp y 280 lb-pie de torque que va asociado a una transmisión S-Tronic de doble clutch y siete velocidades, en sustitución de la unidad de seis relaciones que tenía antes, mientras que, la potencia es enviada a las cuatro ruedas.
Lo anterior permite al Audi TTS, hacer un 0 – 100 km/h en apenas 4.7 segundos, eso es bastante rápido, y para poner en contexto, un Porsche 918 Cayman que tiene 300 hp lo hace en 4.9 segundos.
Asimismo, la suspensión es magnética adaptativa, con lo cual, en modo de conducción “Comfort” el TTS puede ser un auto relativamente suave y confortable, apto para utilización diaria, pero, al seleccionar el modo “Dynamic” se convierte en un deportivo bastante más rígido y radical.
Interior
Puertas adentro, el TTS ofrece una experiencia impecable, recordemos que éste fue el primer modelo de Audi en ofrecer el Virtual Cockpit de 12.3” y no cuenta con pantalla central táctil, entonces el tablero es limpio y bajo, con lo cual, la visibilidad es muy buena.
Con el facelift, ganó compatibilidad con Apple Carplay y Android Auto, y aunque en un principio el no tener una interfaz táctil pudiera parecer una complicación, la realidad es que está muy bien resuelta y es bastante fácil de operar a través del MMI.
Otro de los aspectos más destacados es el climatizador, hay unos pequeños botones al centro de las ventilas que tienen una pantalla, desde ahí se puede controlar la temperatura, intensidad de aire y activar o desactivar el recirculador. No solo se ve muy bien, sino que operarlo es bastante intuitivo y simple.
Siguiendo con el equipamiento, no hay quemacocos (¡muy bien!), ahora hay cargador por inducción, el volante es multifunción forrado en cuero y los asientos que ofrecen buena sujeción lateral están forrados en un cuero que se percibe de extraordinaria calidad.
Hay dos plazas traseras, y aunque un adulto de talla media puede viajar decorosamente bien, la forma tan tendida del medallón obliga a agachar la cabeza un poco, pero aun así eso no resulta tan problemático como el hecho de que el respaldo es demasiado vertical, lo que provoca fatiga muy rápido.
Manejo
Tras el volante, el Audi TTS 2020 se muestra como un excelente GT, es suficientemente cómodo para usar en ciudad, incluso, al tener distancia de ejes reducida, no pega en los topes como podrías pensar. Y en modo “Comfort” en donde los cambios se realizan a bajo régimen, es incluso ahorrador.
Sin embargo, su hábitat natural son las autopistas y carreteras llenas de curvas, el TTS responde con contundencia, la caja es rapidísima y siempre encuentra la relación adecuada para extraer toda la potencia de la mejor manera posible y gracias a la tracción integral, pareciera tener agarre interminable. Que no te confunda el hecho de que comparte mecánica y transmisión con el S3 o un León Cupra (aunque éste último es tracción frontal), ya que gracias a su bastidor de aluminio – acero, es más bajo, ancho y ligero, entregando una dinámica de conducción que los otros modelos de orígenes más mainstream no pueden entregar.
Pero teníamos reservada la pista Moisés Solana ubicada en Epazoyucan Hidalgo, y era una oportunidad que simplemente no podía dejar pasar. El TTS resultó toda una revelación en circuito, los frenos son más eficientes de lo que creía y encima, son muy resistentes a la fatiga, puedes frenar muy tarde y entrar con total confianza a la curva sabiendo que el sistema quattro se las va a arreglar para transitar a toda velocidad.
El balance es muy bueno, con una ligera tendencia natural al subviraje, misma que se corrige facilísimo con soltar un poco el acelerador, el TTS es fácil de llevar al límite, te permite ir muy rápido y divertirte, con seguridad, sin necesidad de ser un experto.
Conclusión
El Audi TTS 2020 es un producto extraordinario, es un magnífico deportivo, que roba miradas por donde pase, es fácil de manejar y está lleno de tecnología. Por lo tanto, es una enorme tristeza que no vaya a tener un sucesor, aunque ello también implica que podría ser un coleccionable instantáneo.
Sus rivales principales serían como mencionaba con anterioridad, el Porsche 918 Cayman que tiene la gran ventaja de su pedigrí de abolengo, aunque también un BMW Z4 o bien el Mercedes-Benz SLC (antes SLK) que también ha llegado al final de su camino podrían ser opción, aunque éstos últimos dos, tienen un concepto muy distinto.
El Toyota Supra en cambio, aunque no cuenta con un emblema premium, sí es un deportivo bastante frontal y hay que decirlo, un rival temible del lado del performance, aunque también bastante menos civilizado como auto de uso diario.