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Manejamos la Lincoln Corsair 2020

Sobresaliente, tanto por confort, como por refinamiento y desempeño, ¿puede contra las alemanas?

Manejamos la Lincoln Corsair 2020

El último integrante de la gama de SUVs de Lincoln que faltaba por renovarse ya está a aquí, se trata además de la más pequeña de una familia, que vaya que ha sorprendido con la presentación de cada nuevo modelo.

Luego de este lanzamiento, la oferta de camionetas de la marca es de lo más moderno que hay en el mercado y cuenta con opciones harto interesantes; Desde la poderosa e inmensa Navigator, pasando por Aviator, Nautilus y finalmente, Corsair.

La Corsair entonces reemplaza a la MKC, y tal y como sucedió con Nautilus - MKX, cambia la nomenclatura de letras por un nombre hecho y derecho, una estrategia que desde mi punto de vista le viene bien a Lincoln, sus autos siempre tuvieron nombres, algunos muy célebres como el Continental por ejemplo.

La nueva Lincoln Corsair 2020 resultó una agradable sorpresa, ya que ofrece confort, lujo, tecnología, refinamiento y buen manejo. Atributos que no puedes dejar de ofrecer si es que quieres robar algo de la atención que tienen Audi, BMW y Mercedes-Benz.

Corazón de deportivo

Bajo el cofre se encuentra un bloque cuatro cilindros de 2.3 litros que entrega nada menos que 280 hp y 310 lb-pie de torque, está disponible también una variante con un 2.0 litros de 250 hp, aunque, en esta ocasión nos tocó probar la tope de gama.

No es la primera vez que nos topamos con este propulsor, también es utilizado en modelos deportivos como el Mustang Ecoboost e incluso el de alto desempeño Focus RS, vaya, es demonio, sin embargo, en esta aplicación pierde algo de drama (ruido), en aras de entregar mayor refinamiento, aunque eso sí, no te preocupes, que hay potencia de sobra.

Por su parte, la transmisión es automática de 8 velocidades y envía la potencia a las cuatro esquinas vía un sistema de tracción integral.

La nueva Corsair estrena plataforma, es la misma que emplea la también recién llegada Ford Escape, y desde que probamos el exponente del óvalo, me quedó la impresión de que se trata de una arquitectura capaz de soportar mucha más potencia, algo que quedó más que comprobado luego de manejar este ejemplar de Lincoln.

Por lo que hace a la seguridad, no falta absolutamente nada; 8 bolsas de aire, ESP y Control de Estabilidad, así como elementos cada vez más recurrentes, sobre todo en el segmento premium como: control de crucero adaptativo, sistema de reconocimiento de señales de tránsito, frenado de emergencia tanto delantero como trasero, sensores de estacionamiento, cámara de reversa y un largo etc.

Interior a todo lujo

Puertas adentro, la Corsair entrega una interpretación moderna de lo que debe ser un auto lujo, tiene una atmósfera muy a la europea, no hay aplicaciones en madera, todo está resuelto con cuero, aluminio y uno que otro inserto cromado, es de buen gusto y fresco. Atrás quedaron esos tiempos en que los Lincoln se veían vetustos o enfocados a un público, digamos maduro.

La ejecución es impecable, todo lo que ves y tocas se percibe de primer nivel, el cuero es muy suave, los botones ponen ese grado de resistencia que transmiten solidez y en general, salvo porque alrededor de los controles del climatizador tenemos una superficie innecesariamente grande en acabado negro piano, no tendría una sola queja.

Además de suntuoso, el interior transmite modernidad gracias a la tecnología que incorpora, destaca el clúster de instrumentos digital y pantalla central táctil de 8” desde donde se pueden controlar las funciones relativas al teléfono, navegador, configuración del vehículo y equipo de audio, que huelga comentar, es un espectacular sistema de 14 bocinas firmado por Rebel. Evidentemente, es compatible con Apple Carplay y Android Auto.

En cuanto a la ergonomía, todo es excelente, fácil de operar y queda a la mano, salvo por el botón de los comandos de voz del volante multifunción, está ubicado en la zona donde normalmente descansas el pulgar izquierdo, ya sabes, en la parte más gruesa del volante y con frecuencia lo oprimes sin querer, es la primera vez que me toca probar un auto con un botón ahí y francamente no me pareció el mejor lugar para ponerlo, aunque también es cuestión de acostumbrarse y ya.

Asimismo, con esta nueva entrega se soluciona un gran inconveniente que tenía la MKC, el espacio para los ocupantes traseros, ahora adultos de talla grande pueden viajar atrás con total comodidad, e incluso la banca se puede recorrer hasta en 15 cm para maximizar el espacio e ir todavía más relajado.

Manejo

Si bien, la Lincoln Corsair 2020 presume de un diseño atractivo y un interior impecable, lo que más sorprende es su manejo.

La calidad de marcha es simplemente soberbia, gracias a: un aislamiento acústico de primer nivel y una suspensión adaptativa que, puede ser suave si se quiere un rodamiento con total comodidad, o bien firme, cuando la idea es circular rápido y divertirse un poco más. Adicionalmente, la dirección retroalimenta bien y el sistema de frenos transmite confianza, con lo cual, la Corsair permite ritmos muy elevados en carretera sin ningún sobresalto.

Todavía más sorprendente es lo bien que puede ir en caminos sinuosos, el agarre es magnífico gracias a la tracción integral, y en modo “Emocion” que es el modo Sport, la caja es muy rápida y aguanta bastante bien los cambios, con lo cual, se puede extraer fácilmente toda la potencia del 2.3 litros. Es sin lugar a dudas un lobo con piel de oveja, o como dicen por ahí, un sleeper.

Eso sí, esa contundente capacidad de aceleración tiene un precio, y ese es el consumo, este 2.3 litros es sediento, nivel seis cilindros, pero la recompensa supera con creces el sacrificio.

Conclusión

La Lincoln Corsair es una camioneta impecablemente bien ejecutada, luce atractiva y distinguida, la atmósfera en el interior es sobresaliente y la calidad de marcha es excelente. Cómoda, silenciosa y refinada, pero también puede ser muy efectiva y rapidísima, algo que normalmente obtenemos de una marca europea, pero no necesariamente de una americana.

Entonces, en realidad no hay nada que la Corsair tenga que envidiar a una Audi Q5, BMW X3 o Mercedes-Benz GLC, sin embargo, el precio la pone en una situación un tanto complicada, ya que con una etiqueta por arriba del millón de pesos, ya puedes acceder a una  Audi SQ5 o bien, por un poco más, a la BMW X3 M40iA, ambos modelos que cuentan no solo todo el pedigrí y posicionamiento que sus emblemas representan, sino que además, también ofrecen un performance deportivo todavía más serio. Y conste que la Corsair lo hace muy bien en ese apartado.

Creo que Lincoln pudo haber colocado su Corsair 2.3 litros en el rango de los 900 mil pesos y habría entregado una ecuación de valor – precio que haría dudar hasta al más fanático de las alemanas. Sin embargo, en el segmento de lujo, los emblemas pesan, quizá demasiado, y con ese rango de precios, la marca quizá termine ahuyentando a más de uno que bien pudo descubrir que esta nueva camioneta era la opción.

 

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