La Lincoln Navigator debutó en el mercado en un ya lejano 1998, adelantándose unos meses a su acérrima rival la Cadillac Escalade.
Sin embargo, es bien sabido por todos que la Cadillac supo consolidarse como la favorita de este exclusivo mercado, dejando a la Lincoln, aceptémoslo, como plato de segunda mesa, por lo menos hasta ahora. La Lincoln Navigator 2018 representa la cuarta generación del modelo, por lo tanto y al igual que su hermana, la Ford Expedition emplea una estructura body on frame con un chasis de largueros y travesaños fabricado en acero, así como una carrocería completamente de aluminio. Evidentemente, replicando la estrategia que adoptara la superventas Ford F-150, en la cual están basadas ambas SUVs.
Durante mucho tiempo, el buque insignia para cualquier fabricante de lujo era su sedán más grande, sin embargo, esto ya no es así, ya que el mercado actualmente favorece a las SUVs, entonces si bien es cierto, dentro de la gama de Lincoln existe el Continental, el papel de tope de gama dentro de la marca ahora recae en la Navigator y es por lo tanto su producto más sofisticado, lujoso y en consecuencia, costoso.
Es importante destacar que las reminiscencias en la Navigator 2018 a los productos Ford son prácticamente nulas, lo cual es una gran noticia para Lincoln y adicionalmente hay que reconocer que el nivel de sofisticación, tecnología, equipamiento y acabados que encontramos la colocan en una posición inédita para el modelo y quizá superior al de su rival natural, la Cadillac Escalade, pero también, a la par de lo mejor que Alemania o Japón pueden ofrecer.
Precio: $1,827,000 pesos
A nivel visual, está fuertemente basada en el Navigator Concept que se presentó en 2016, con la diferencia de que en el modelo de producción no tenemos esas inmensas puertas en forma de alas de gaviota que permitían el acceso tanto a los pasajeros frontales como a los traseros, ni tampoco ese espectacular estribo retráctil de 3 escalones. El frontal con la nueva parrilla que debutó en el Continental está presente y un detalle un tanto cuanto ostentoso es el gran emblema que se enciende con el resto de las luces de cortesía al acercarse al vehículo.
Por su parte los inmensos rines de 22 pulgadas también muestran una clara inspiración en los del Navigator Concept.
Bajo el cofre encontramos V6 de 3.5 litros Ecoboost que entrega 450 hp y 500 lb-pie de torque, así es, ya te habrás dado cuenta se trata básicamente del mismo motor que utiliza la Ford Raptor. Por su parte la transmisión es automática de 10 velocidades y la tracción es 4x4, asimismo la suspensión es adaptativa.
Interior
Puertas adentro la Lincoln Navigator es simplemente espectacular, inmediatamente se percibe un aire de ese lujo americano de la década de los 50, con superficies rectas y abundante uso de cromo, aunque sin caer en excesos. Empezando por los acabados, la calidad de materiales y ensamble es impecable, destaca el uso de materiales nobles como el cuero y la madera ambos de excelente factura, mismos que se complementan a la perfección con las superficies en acabado piano y la botonería con acentos metálicos.
Mención aparte merecen los increíbles asientos que además de contar con sistema de enfriamiento y calefacción, tienen función de masajes, 3 memorias y 30 posiciones, que se controlan desde el mando ubicado en la puerta, una solución muy a la Mercedes-Benz. Siguiendo con las amenidades, encontramos un gigantesco techo panorámico, climatizador automático de 3 zonas, cargador por inducción, un gigantesco Head Up Display a color y no podemos dejar de mencionar el sistema de audio, mismo que cuenta con 20 bocinas y está firmado por la firma de high-end Rebel, sobra decir que reproduce con una calidad soberbia.
En materia de conectividad, destaca la inmensa pantalla central táctil de 10 pulgadas, con sistema SYNC, así como interfaz para Apple Carplay y Android Auto. Adicionalmente, desde ahí, se pueden controlar numerosas funciones del vehículo, tales como, navegador, sistema de audio, teléfono, entre otros elementos de configuración. El cluster de instrumentos, abandona los relojes análogos en favor de una gigantesca pantalla configurable de 12 pulgadas, que huelga comentar, me pareció muy desaprovechada ya que los gráficos son demasiado simples.
La segunda fila de asientos sólo es capaz albergar a dos ocupantes, esto debido a la presencia de una gran consola central desde donde se puede controlar el equipo de audio. También desde atrás, los pasajeros pueden manipular la apertura de la cortinilla del quemacocos panorámico, así como la temperatura del climatizador. Siendo sincero, me habría gustado que la segunda fila equipara los mismos asientos de la primera, que en verdad son impresionantes. No quiero decir que se viaje incómodo atrás, pero la experiencia entre unos y otros es incomparable. Por su parte, el sistema de entretenimiento cuenta un par de pantallas de 10” tipo tablet que cuentan con la capacidad de reproducir desde distintas fuentes, como por ejemplo un celular, incluyen un par de audífonos inalámbricos también.
Por último, también vale la pena mencionar que en la Lincoln Navigator pueden viajar tres adultos de talla media cómodamente sentados en la tercera fila de asientos, algo que muy pocas SUVs, incluyendo las de peso completo como ésta pueden presumir.
Manejo
Manejar la Navigator en la ciudad no es tarea sencilla, es en verdad inmensa (5.6 metros), por lo que entrar a un estacionamiento, pasar por calles reducidas, cambiar de carril o simplemente circular por el tránsito intenso produce estrés. Por lo menos al conductor, ya que el resto de los pasajeros disfrutan de un completo aislamiento, ya que la manera en que filtra los ruidos del exterior es sorprendente.
Por el contrario, al circular en autopista la cosa cambia por completo, ese es el hábitat natural de este titán norteamericano y en donde se comporta de manera destacada, las velocidades de crucero con caminos, el V6 en combinación con la sofisticada transmisión entrega una sensación de poder muy gratificante, aun cuando la masa se acerca a las tres toneladas, la Navigator se siente rápida al acelerar y deja saber al conductor en todo momento que hay potencia de sobra para cualquier eventualidad. Eso sí, del consumo mejor ni hablamos, ya sabemos que este seis cilindros es muy sediento, nosotros obtuvimos cifras ligeramente por debajo de los 5 km/l.
La dirección se siente más ligera de lo ideal, pero transmite adecuadamente y es suficientemente rápida, mientras que el sistema de frenos es bastante más efectivo de lo que esperaba, considerando el peso.
Por su parte, la suspensión adaptativa con frecuencia se ve rebasada y le cuesta controlar el balanceo de la gran carrocería, con lo cual y sin llegar a ser molesto o incómodo, la marcha se percibe ligeramente brincona, te deja saber que muy, muy en el fondo, tiene sus raíces en un vehículo de trabajo. Quizá esta situación se eliminaría o casi por completo con unas llantas de perfil más alto, pero bueno, es un pequeño precio a pagar por tener esos tremendos rines de 22”.
Debido a la altura y masa, la Lincoln Navigator no es para nada la mejor aliada para un camino con curvas, sin embargo y aun cuando la carrocería se balancea, la capacidad de curveo es más grande de lo que cabría esperar, toda proporción guardada, claro está.
¿Modos de manejo? Por supuesto, ningún vehículo premium en la actualidad podría darse el lujo de no ofrecerlos, la Navigator ofrece seis diferentes, con nombres rimbombantes como “Emoción” que sería el Sport, hay otro enfocado en la eficiencia, confort y 4x4 que por cierto está totalmente automatizado.
Seguridad
En este apartado no le falta nada, bolsas de aire, ABS, ESP, alerta de colisión frontal (demasiado intrusiva por cierto), alerta de mantenimiento de carril, sensor de presencia en punto ciego, cámara de 360° que es tremendamente útil, alerta de tráfico cruzado y un largo etc.
Conclusión
Por fin puedo decir que Lincoln tiene el buque insignia que se merecía y necesitaba, siempre me pareció que dentro de Ford había alguna especie de consigna que evitaba que los productos de su filial de lujo recibieran mejores cosas y por lo tanto se lograran diferenciar adecuadamente. Y no es necesario irnos muy atrás, cuando solo les cambiaban los emblemas para establecer el punto, basta ir a épocas recientes; si el MKZ estrenaba un poderoso V6, al poco tiempo llegaba un Fusion Sport con esa misma mecánica, si la MKX ofrecía innovador equipamiento de lujo, pronto la Edge lo tenía también y al final la propuesta de valor para Lincoln terminaba por diluirse siempre.
En esta cuarta entrega de la Navigator, en verdad hay que buscarle demasiado para encontrar elementos de Ford y si te topas con algún botón o control compartido, los de la Lincoln por lo menos tienen acentos cromados o metálicos que los diferencian. Es cierto que, motor y caja son compartidos, pero eso no representa problema si todo lo que ves y lo que tocas está adecuadamente diferenciado, y si no pregúntenle a Audi y VW.
En esta cuarta iteración de la Lincoln Navigator, la experiencia a bordo es de primera, al igual que los materiales, la tecnología tanto a nivel mecánico como de conectividad y de confort, se trata de un vehículo premium en toda la extensión de la palabra. Uno que encima, tiene argumentos para pelear frontalmente con cualquier SUV que Audi, BMW, Mercedes e Infiniti puedan ofrecer.