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Manejamos el Audi RS5 2018

Este hermoso coupé encuentra en la perfección su mayor virtud y defecto al mismo tiempo.

Manejamos el Audi RS5 2018

Fue durante el especial de Lo Mejor de 2017, donde tuvimos por vez primera al magnífico Audi RS5 2018, un auto que, debido a una apretada agenda, de manera lamentable no pudimos manejarlo en el Autódromo Moisés Solana como Dios manda. Aun así, los breves minutos que pasamos tras el volante, despertaron en nosotros un deseo inexplicable y hasta en cierto punto obsesivo, por volver a manejar ese hermoso coupé azul portador de las siglas RS (Rennsport), que en español podríamos traducir como “deporte de carreras”.

Por fortuna, antes de que nuestra ansiedad tuviera que ser tratada con antidepresivos, nuestros amigos de Audi se dieron cuenta que la mejor manera de ayudarnos era mandando de nuevo al RS5 a las oficinas de Autocosmos ¡Teníamos una nueva la oportunidad de conocer las verdaderas capacidades de este deportivo y por supuesto que no la íbamos a desperdiciar!

Tras un fallido cabildeo exprés para buscar un circuito para darle rienda suelta a nuestros instintos, aplicamos un “plan B”, en el que nos desplazamos a un sitio de pruebas, el cuál prácticamente se mantiene en secreto para ocasiones especiales como esta. Para que te des una idea, es como nuestra Área 51, solo que los extraterrestres fueron sustituidos por periodistas lunáticos apasionados de los autos (aunque al final es casi lo mismo).

No perderemos mucho tiempo hablando de la calidad del habitáculo, de eso ya hablamos en el pasado. Solo basta decir que es un auténtico gran turismo, lleno de un sinfín de amenidades de confort y tecnología, esto sin mencionar una calidad de materiales de primerísimo nivel. No hay que olvidar que es un auto de poco más de millón y medio de pesos.

Aún, así vamos a detenernos en describir los magníficos asientos forrados en piel con costuras grises y con el logo RS impreso al centro o al volante deportivo envuelto en este mismo material noble. Los pedales son de aluminio y la pantalla al centro de la consola tiene una interfaz desde donde se pueden elegir los cuatro modos de manejo del auto…obviamente y sin dar tregua alguna iniciamos con el modo Dynamic, el más deportivo de todos.

Después de calentar un poco, viene el momento de la verdad, así que tras balbucear una oración que solo nosotros podíamos entender, pisamos a fondo el acelerador, haciendo que el V6 TFSI de 2.9 Litros despierte con singular alegría… ¡la aceleración es tan efectiva que hace recordar al Halcón Milenario cuando salta a la velocidad de la luz!... simple y sencillamente, de pronto, todo a nuestro alrededor, pasa muy, muy rápido. A la altura de la Ciudad de México, ten por seguro que no logra acelerar de 0 a 100 km/h en los 3.9 segundos, pero según nuestros cálculos, es casi un hecho que no está tan lejos de alcanzar esa cifra.

Mención aparte para el accionar de la caja Tiptronic de 8 velocidades, que sin recurrir a trucos como el doble embrague es altamente efectiva. Por ejemplo, en una distancia no mayor a 200 metros, desde cero el RS5 fue capaz de realizar tres cambios de manera continua. En el clúster, solo veíamos como el tacómetro llegaba a fondo una y otra vez al llegar a la zona roja marcada a 6,500 revoluciones por minuto. Con ello, queda claro que, aunque en papel, sea una “transmisión convencional” está lejos de serlo y cumple cabalmente con la tarea que le fue encomendada.

Los frenos de disco ventilados de 375 mm adelante y 330 mm atrás, junto con unos neumáticos 275/30 R20 97Y XL soportaron bastante bien una dosis de castigo. Después de todo, estos elementos no la tienen nada fácil, ya que tienen que aguantar los 450 Hp y 443 lb-pie de torque que son enviados a las ruedas a través del sistema de tracción integral quattro, con un reparto 40/60 entre el eje de delantero y trasero, respectivamente.

Sin duda, la mayor virtud del Audi RS5 es que prácticamente todo lo hace excelente. Acelera, frena y gira de maravilla, pero esa perfección podría considerarse también su mayor defecto ¿Por qué digo esto? Pues simple y sencillamente porque a la experiencia de manejo le hace falta ese plus que te haga sentir que vas sobre un deportivo y no sobre un misil teledirigido sobre ruedas. Con tanta y tan efectiva electrónica, el conductor realmente poco tiene que hacer. Esto se puede explicar a la perfección con detalles tan insignificantes como el sonido del escape que no transmite esa emoción auditiva que te pone la piel chinita y te hace sentir escalofríos en la espalda.

Sin embargo, tampoco olvidemos que más que un superdeportivo, es un GT de altos vuelos que tiene la dualidad de ser perfectamente usable en el tráfico citadino y es que empleando el modo “Confort” pasa a ser un auto tranquilo y fácil de llevar, ideal para presumir en las calles y despertar el sueño o envidias de hombres y mujeres por igual.

Eso incluye al niño que junto a su madre viajaba en un colectivo que coincidió con nosotros en un semáforo. Y como todo un futuro macho alfa, corazón de turbo con gasolina de alto octanaje en las venas, dejó a un lado sus actividades infantiles para tomar el celular de su progenitora para tomarle una foto al Audi RS5 azul me congratula informar que tenemos un nuevo caso de ansiedad automotriz prematura y eso, no se cura con una simple visita al pediatra.

De corazón, espero que algún día ese niño tenga la experiencia de ponerse tras el volante para llevar al límite de un Audi RS5. Esa va a ser su única salvación, solo ten en cuenta que la medicina, tiene una  etiqueta de $1,559,900 pesos, sin contar que esta cifra puede elevarse a la potencia si se eligen algunos extras disponibles. 

 

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