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Manejamos el Audi RS3 Sedán 2018

El mejor Audi de la actualidad, punto.

Manejamos el Audi RS3 Sedán 2018

El Audi RS3 Sedán es sin lugar a dudas uno de los deportivos más demenciales que existen, para muestra solo basta revisar un poco los números. Es capaz de acelerar de 0 – 100 km/h en apenas 4.1 segundos (esto es 0.4 segundos menos que el M2), aun cuando pesa 1,655 kilos.

Por si fuera poco su cinco cilindros, un motor emblemático y muy especial que ha evolucionado desde hace cuarenta años fue nombrado Motor del Año 2017 en la categoría de 2 a 2.5 litros, superando a los fantásticos 2.5 litros del Porsche Boxster y Cayman, o bien el 2.3 litros del Focus RS.

El RS3 Sedán es el mejor Audi de la actualidad y por lo tanto se acaba de convertir en mi auto favorito de la marca, y estoy seguro que si sigues leyendo, te vas a convencer de que es así.

Diseño

Identificar un Audi RS3 Sedán es tarea fácil; adelante destacan, la parrilla con inmensas entradas de aire enmarcadas con un perfil color plata y en la parte inferior, la leyenda quattro bien grande. En los costados, las salpicaderas son más anchas y los espejos llevan carcasa de aluminio, asimismo, los rines son de 19 pulgadas y esconden unas pinzas de freno en color rojo. Por su parte, atrás es relativamente discreto y además del pequeño alerón esta la salida de escape doble en forma ovalada, que nuevamente va enmarcada perfil plateado del frontal.

Mecánica de abolengo

El gran protagonista de esta historia es el motor 2.5 litros de cinco cilindros turbo que entrega 400 hp y 354 lb-pie de torque, y es que resulta una gran noticia que la firma alemana mantenga este motor, mismo que lleva desarrollando más de cuarenta años y que traza una línea directa entre el RS3 Sedán y el pedigrí de Audi en el deporte motor, concretamente el rallismo y el mítico Audi Quattro del Grupo B.

Si bien, se trata de un motor que Audi viene desarrollando desde hace cuatro décadas, este que probamos en el RS3 Sedán es la generación más moderna y ello no solo significa que entrega más potencia y torque que antes, sino que también es 26 kilos más ligero. Más importante aún es que se mejoró la entrega de par en el rango medio, que de por sí ya era muy buena.

Es cierto que en la actualidad es bastante posible extraer 400 hp de un motor de cuatro cilindros, con lo cual es todavía más loable que Audi mantenga este icónico motor que también utiliza el TT RS o el RS Q3 Performance que probamos hace no mucho tiempo, solo que en aquella aplicación la potencia era 38 hp inferior.

Adicionalmente el sonido del cinco cilindros es increíble, tiene un grado de dramatismo que ningún seis cilindros puede igualar, ya no digamos uno de cuatro. Del lado no tan agradable hay que decir que es un motor gastalón, aunque siendo honestos dadas las pretensiones del RS3 Sedán eso queda relegado a un asunto sin importancia.

Hardware de purasangre

La transmisión es una nueva y rapidísima S-Tronic de doble clutch y siete relaciones que envía la potencia a las cuatro ruedas vía el sistema de tracción integral quattro, como no podría ser de otra forma en un Audi de altas prestaciones. El rediseñado AWD cuenta con un diferencial electrónico que envía tanta fuerza como sea necesaria para garantizar una capacidad de curveo impecable. El Audi RS3 rueda como si fuera sobre rieles, entregando un comportamiento muy neutro y un aplomo impecable incluso en curvas muy cerradas, pero al mismo tiempo tremendamente ágil.

Los frenos merecen mención aparte, son tremendamente efectivos gracias a unos titánicos discos de 370 mm adelante con mordazas de ocho pistones, así como discos de 310 mm atrás. Es impecable y parece incansable. Hablando de la dirección, es muy precisa, aunque se siente más ligera que en el BMW M2, sin embargo apunta perfectamente y retroalimenta adecuadamente lo que sucede en el tren delantero.

Deportivo y radical

Cuenta además con cuatro modos de manejo que se pueden seleccionar desde el botón Drive Select, en modo Confort la caja tira los cambios a muy bajo régimen y tanto dirección como respuesta del pedal son más suaves por lo que salvo el hecho de que la suspensión es durísima, más aún por el perfil tan bajo de las llantas, el RS3 en este modo entrega una marcha bastante relajada.

El modo Auto se adapta a las necesidades de conducción según que tanto exijamos al motor y la caja, mientras que al accionar el modo Dynamic, la transmisión rebaja una marcha, el sonido del motor se fortalece y el RS3 se convierte en un deportivo purasangre que envía más y más potencia al eje trasero. Por último, en el modo Individual se puede configurar a gusto del conductor.

A destacar también está el hecho que el RS3 Sedán no transfiere tanto peso como algunos de sus hermanos mayores, como por ejemplo el RS7, que si bien es cierto entrega un poder descomunal, también te deja saber siempre que es bastante pesado.

Tiene mucho tiempo que no manejo el M2, por lo que me cuesta un poco determinar cuál es más capaz, aunque me queda clarísimo que el RS3 Sedán está por lo menos al mismo nivel, incluso transmite más confianza en altas velocidades gracias al sistema de tracción, aunque también lo hace ligeramente menos divertido, ahí ya es cuestión de gustos. Mientras el BMW es más nervioso y muy divertido, el Audi sacrifica algo de diversión con la intención de ser más efectivo y más fácil de llevar al límite.

Interior conocido y bien logrado

Mientras que en su momento, el interior del BMW M2 me decepcionó un poco debido a algunos materiales que se utilizaron y que demeritaban la experiencia general del vehículo, en la cabina del Audi RS3 la historia es totalmente opuesta, la cabina es impresionante y la utilización de alcántara para el volante deportivo, insertos en fibra de carbono genuina y aluminio o bien, los asientos deportivos más espectaculares que hayas visto que están forrados en cuero con costuras en forma de rombos generan una atmósfera agradable, de buen gusto, muy deportiva y que presume mucha atención al detalle.  

Aun con lo anterior no podemos olvidar que la actual generación del A3 está en el mercado desde 2012 y por lo tanto el interior ya es un viejo conocido y por lo tanto algunos elementos como la pantalla central que es retráctil ya es chica para los estándares actuales, asimismo no ofrece interfaces cada vez más necesarias como Apple Carplay o Android Auto.

Interfaz moderna y deportiva

El Virtual Cockpit, esa inmensa pantalla de 12.3” de alta resolución que sustituye al cluster de instrumentos está presente y estrena una interfaz especial para los modelos RS, aquí el tacómetro es inmenso y se ubica en la parte central, mientras que la velocidad se grafica en forma numérica, del lado izquierdo del cuenta revoluciones se muestra un medidor de fuerzas G, mientras que del derecho encontramos dos círculos pequeños, que despliegan el porcentaje de potencia y torque que estamos utilizando, mientras que más abajo hay una barra que se llena parecido a un progress bar y nos deja saber qué tanta capacidad del turbo estamos empleando.

Conclusión

Recordarás que hace un año aproximadamente cuando probamos el BMW M2 decía que ese es el mejor modelo de la firma bávara en la actualidad, ya que se apega mucho a esa filosofía original de simplicidad, deportividad y gran manejo. Y con el Audi RS3 Sedán sucede exactamente lo mismo, se trata del mejor exponente del fabricante que puedes comprar hoy en día y no me estoy olvidando del R8, solo que aun cuando se trata de un espectacular y capaz super deportivo, conceptualmente es mucho más un Lamborghini que un Audi, sin que ello sea en absoluto un pecado. Mientras que el RS3 Sedán en mi opinión se apega más a lo que tendría que ser un auto de altas prestaciones de la marca, manteniendo además esa conexión con la gran herencia de Audi con los rallies.

 

 

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