Mazda necesitó de algunos años para que el MX-5, también conocido como Miata, se convirtiera en el convertible más vendido del mundo, algo que muchos otros descapotables no han podido presumir aun cuando ya tienen varias décadas en el mercado, como por ejemplo el Mustang.
Desarrollado en el Centro de Diseño de Mazda en Los Ángeles y construido en Japón, este MX-5 vio la luz en el Auto Show de Chicago de 1989. Fue ahí cuando la marca japonesa dio al clavo al crear un automóvil con atributos nunca antes vistos en un roadster: un precio accesible, un manejo deportivo, bajos costos de mantenimiento, confiabilidad y un tamaño compacto; a la fecha la cuarta generación mide menos de cuatro metros.
Ahora, con la llegada de la cuarta generación del MX-5, la marca japonesa reafirma su liderazgo debido a la cantidad de innovaciones que contiene. Aunque conserva la esencia de la primera generación, el nuevo capítulo fue perfeccionado en su totalidad para elevar la dosis de diversión y al mismo tiempo hacerlo más eficiente. En carretera el tanque de combustible puede rendir hasta 800 kilómetros gastando $550 pesos aproximadamente.
Esta economía de combustible parte de los 100 kilogramos (1,057 kilogramos en total) que perdió frente a su antecesor, asimismo la carrocería es 10 centímetros más corta que la tercera generación y 30 centímetros que la primera. Al combinar un cuerpo bastante compacto con ese estilo de diseño que ha venido implementado la marca japonesa en los últimos años permiten que el MX-5 luzca mejor que nunca.
Nutrido de 155 hp y 148 libras-pie de torque provenientes de un motor cuatro cilindros de 2.0 litros, este MX-5 se desenvuelve con bastante rápido y con una estabilidad que es de admirarse. No necesitó de un motor turbocaragdo y menos de un seis cilindros para impulsar de manera sublime la tonelada de peso. Encima de todo esto guarda algo que ya muy pocos deportivos de la actualidad conservan y es una caja manual, en este caso de seis velocidades. Es más, ni esos súper autos de las grandes ligas tienen ese verdadero espíritu deportivo que es hacer los cambios por medio de un tercer pedal y no con unos paddle shifts.
Pero bueno, está claro que para la mayoría de los que compra un auto como este siempre dejarán en segundo término el desempeño, aquí lo que importa es que los rayos del sol y el viento lleguen de manera directa a la cara, y este Mazda MX-5 cumple el objetivo al pie de la letra. Mientras que muchos fabricantes buscan desarrollar sistemas eléctricos que permitan el cierre y apertura del techo sea de lo más rápido posible e inclusive en movimiento, el accionamiento de la capota del MX-5 le gana a todos si se trata de tiempo. Bastan un par de movimientos y en menos de cinco segundos el techo ya está guardado o abierto según sea el caso. Aunque claro no todo es color de rosa, ya que la insonorización no es del todo perfecta al tener una cubierta de tela. Dirían por ahí, unas por otras.
Aun con este último detalle, no dejaremos de mencionar que este Mazda MX-5 es un auto para el uso diario. No obstante que es un vehículo que por su naturaleza es calificado como un deportivo, su excelente maniobrabilidad le permite, además de deslizarse de manera agraciada en las curvas, escabullirse con gran soltura en el tráfico citadino y algo sumamente importante, sobre todo para aquellos que viven en grandes ciudades, encontrar un lugar de estacionamiento. Siempre será más fácil encontrar un cajón de cuatro metros y medio que de seis.
Uno más de los atributos de este biplaza es la calidad de los plásticos y cuero que encontramos en la cabina. Asimismo se pone al día al equipar una pantalla táctil al centro del tablero donde es posible gestionar el sistema de audio. Como buen convertible, y más teniendo en cuenta las cotas de la carrocería, el más grande defecto de este MX-5 es el espacio de la cajuela, sólo ofrece un volumen de 129.9 litros, esto es una cuarta parte de lo que brinda un Volkswagen Jetta, por ejemplo.
Por todo lo anterior, Mazda seguirá ampliando su reinado en el segmento de los convertibles. Y es que una vez que lo manejas, lo ves no sólo como el roadster número, sino como el mejor auto en general.
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