Se acabó todo para Borgward, el ambicioso proyecto de Christian Borgward, nieto del fundador de la compañía, quien anhelaba con resucitar a esta marca y colocarla al nivel de BMW, Mercedes-Benz y Audi. El plan incluía una acotada nómina de SUVs, modelos eléctricos y por supuesto, en algún momento traer de regreso al Isabella. En su tiempo, la marca prometía bastante, incluso con planes de introducirse en Latinoamérica, alcanzando a homologar algunos modelos. Sin embargo, la marca nunca logro pasar de sus ambiciones, tampoco consiguió levantar ventas ni internacionalizar la marca, salvo por un par de oficinas en Alemania y Luxemburgo. Hoy Borgward está en la quiebra y los que fueron sus socios, Foton (BAIC), vendieron su participación a una empresa de movilidad a la que le quedó grande el desafío, sin contar los embates de la pandemia, que fueron un catalizador para que Borgward no pudiera levantarse más.
Borgward en su primera etapa
El proyecto de Borgward tiene bastantes años en esta nueva etapa. Hay que recordar que Borgward fue un afamado fabricante alemán de automóviles con sede en Bremen. Los inicios de Borgward están ligados a la fusión de Hansa Automobilgesellschaft con NAMAG (Hansa-Lloyd-Werke AG, para los amigos) y luego, la fusión de esta empresa con el proyecto de Carl Borgward, los triciclos Goliath y Blitzkarren. Los proyectos de Borgward despegaron después de la Segunda Guerra Mundial, con modelos que eran realmente avanzados. De hecho a Borgward se le debe ser pionero en su mercado con las cajas automáticas y la suspensión neumática (aunque no con tanta confiabilidad). Lamentablemente la economía de escala y la estrategia de reducción de costos no iban en la filosofía de su dueño, quien podría haber administrado mejor su empresa. Borgward murió en 1963 y la empresa cerró con todas sus submarcas, tras pedir créditos y atravesar el periodo de la bancarrota.
Todo el equipo y la matricería del Isabella y el P100 fueron vendidas a México, donde la marca tuvo un breve periodo de vida, antes de cerrar en 1970. Incluso, en Argentina, también se llegaron a fabricar modelos como el Isabella y el famoso Rastrojero gracias a una alianza entre Borgward y la IAME.
Borgward resucita
La nueva era llegó el 2005, cuando Christian Borgward comenzó con los planes de revivir esta compañía junto a diferentes socios. El 2008 se fundó Borgward Group en Suiza y luego las operaciones migraron a Alemania. Borgward encontró sociedad y capitales con Foton (BAIC) y pudieron darle forma final a algunos de sus prototipos, especialmente los SUV. El regreso oficial de Borgward se anunció en el Salón de Ginebra del 2015 con el BX7, basado en la plataforma del Senova X65. Senova es la marca principal de BAIC y como sabemos, BAIC es dueño de todos los assets que quedaron de SAAB, en especial la plataforma del 9-3, que estrictamente era una plataforma de General Motors/Opel.
Al BX7 le siguió el BX5 y el BX6, una versión tipo "coupé" del BX5. El último modelo desarrollado por Borgward era el BX3, un crossover compacto. Durante el 2017 comenzaron los planes de expansión de Borgward, incluyendo los planes para poner una planta en Alemania y desde ahí poder pactar el renacer de la compañía. Mientras la marca seguía vendiéndose en China, el plan era generar versiones eléctricas o con algún grado de electrificación para su comercialización en países europeos. Los modelos de Borgward, a pesar de contar con piezas de Foton o Senova (BAIC), eran modelos con una calidad percibida y un diseño mucho más elaborado, aunque en varios casos, con un estilo derivativo de BMW.
El declive
Tras diversos problemas económicos, Foton vendió el 67% de su participación en Borgward a la empresa de movilidad UCar en el 2019, por 614 millones de dólares. Las últimas cifras de venta de Borgward parecían mostrarse al alza, pero todo fue culpa de UCar quienes terminaron por comprar toda la producción para su empresa.
Además, tres agravantes extra de todo esto fueron, el alto valor de los autos versus la brutal competencia que emergió en China con el segmento de los SUV, el azote de la pandemia del Coronavirus y el escándalo al que UCar fue arrastrado culpa de Charles Zhengyao Lu, el presidente de Luckin Coffee (algo así como Starbucks, pero chino), principal accionista de UCar, quien se vio envuelto en un escándalo de contabilidad.
Ya desde el 2020 no hay rastro de la gente de Borgward en las oficinas alemanas y aunque la página de Borgward sigue activa, no hay más actividad comunicacional hace bastante. Finalmente, hace muy pocos días, el medio chino Gasgoo reportó que Beijing Borgward había firmado la bancarrota, comunicación oficializada por Foton. Esa fue la última estocada en el ataúd.