Con el objetivo de volver a colocarse en la lista de las SUVs más vendidas, Dodge ofrerce una Journey totalmente nueva.
Aunque desde el nombre se trata de una segunda generación, la realidad es que la nueva Journey no es de ninguna manera una evolución, ya que proviene de un modelo de otra marca.
Ante el éxito que logró en el mercado mexicano, siendo el SUV más vendido en algún momento, los ejecutivos de Dodge en México decidieron crear una Journey diferente a lo esperado.
Al ya no existir la producción de un SUV mediano por parte de Dodge, lo que se decidió tomar como base a un modelo GAC Motors, el fabricante de automóviles chino con el que Stellantis sostiene una alianza.
Un diseño totalmente nuevo, pero reconocido en otros mercados
Pese a que el estilo y dimensiones son las mismas al modelo con el que está basado, es decir el GAC GS5, el equipo de diseño de Dodge impuso el sello de la marca en la medida de lo posible en el modelo adecuado al mercado mexicano.
Básicamente, la Journey adquiere su identidad por medio de la parrilla en color negro y los emblemas. Más no se hizo, debido a que sería costosa la transformación y porque el estilo de la camioneta, especialmente, las luces traseras son parecidas a lo que ofrece la Durango.
Del interior
Donde la Journey no registra un rediseño alguno en comparación con el GS5 es en el interior. Salvo el emblema en el volante, todo se mantiene.
Destaca la calidad de ensamble y materiales del tablero, paneles de las puertas y consola central. Además, contiene un diseño que evita complejidades, lo que lo hace de la cabina sumamente atractiva.
De lo que hemos visto en los modelos de marcas chinas que se ofrecen en México, se puede decir que es de lo mejor que hay, tanto en arquitectura como en acabados. Ni se ve anticuado, ni malo de calidad, ni tampoco exagerado en cuestión de estilo.
Dentro de todas las partes que conforman la cabina, lo que más llama la atención es la parte central del tablero que contiene un panel de negro brillante donde aglomera la pantalla táctil multimedia, el sistema de aire acondicionado, la palanca de velocidades y distintos controles de aluminio entre ellos el volumen y los modos de manejo.
Como lo marca la tendencia, la Journey equipa una segunda pantalla, esta se trata del cuadro de instrumentos configurable. Lo que se pudo notar en este primer contacto es que la pantalla touch pudo ser un mayor tamaño y ambas lograr una mayor resolución y nitidez.
Algo que también es de llamar la atención del interior de esta “segunda generación” de Journey es el gran espacio que existe en la segunda fila, existe casi un metro de espacio para las piernas y una abundante altura para los pasajeros, la insonorización y el aire acondicionado que no deja pasar ningún tipo de bacteria.
Desempeño
Del andar, el motor 1.5 litros turbo 169 hp y 195 libras-pie de torque, cumple en todos sentidos, tanto a bajas velocidades como cuando se le exige para un rebase o una incorporación.
Aunque se trata de un vehículo que busca la eficiencia y el confort, la caja de cambios automática ofrece un modo de manejo Sport, que permite una mejor respuesta del motor.
Ya sea en modo Deportivo o en Drive es posible subir o bajar las relaciones de manera manual desde un botón en el pomo. No hay paletas de cambios.
En el manejo, también hay que destacar el excelente trabajo de la suspensión que absorbe de manera adecuada las imperfecciones.