Si bien el afamado deportivo japonés sigue gozando de gran aceptación en el mundo automotor, no es ningún secreto que poco a poco se ha ido quedando atrás en la cadena evolutiva quizás, en algunos apartados más que otros, pero rezagado al fin.
¿Qué pasa?
Primero que nada, hay que aclarar que Nissan no tiene ningún plan oficial de sustituirlo o extinguirlo, así que, por ese tema, tranquilos todos. De hecho, Nissan se ha esmerado en mantenerlo al día. Basta recordar que el Nissan GT-R Nismo 2021 logró superar a su antecesor en detalles muy específicos como fue el caso de la rapidez con que el GT-R actualizado realiza los cambios de marcha, o lo bien plantado que va sobre la carretera gracias a la suspensión revisada.
¿Entonces, cuál es el problema?
Sucede que a voz de algunos afortunados que han tenido la suerte de probarlo, incluyendo a los chicos de Top Gear, el sentir general es que Godzilla se siete desactualizado, falto de esa chispa de modernidad y sofisticación que ya tienen muchos de sus rivales, ¿les suena el Audi R8 o el Jaguar F- Type? Por supuesto que del Porsche 911 Turbo o el Mercedes-Benz AMG GTS mejor ni hablamos…
Y es que, analizando fríamente al querido deportivo japonés, es cierto que su desempeño sigue siendo tan brutal como adictivo, aún con ese dejo de nostalgia mecánica que, claramente, sus creadores se esmeran en conservar. Solo basta revisar algunos aspectos técnicos y de equipamiento:
- Motor V6 de 3.8 litros con doble turbocompresor.
- Transmisión automática de doble embrague.
- Turbos GT3 Racer.
- Genera 600 Hp y 481 Lb-ft de torque.
- Logra el 0-100 km/h en 3 segundos.
- Frenos carbono-cerámicos.
- Suspensión mejorada para conducción y aerodinámica.
- Instrumental analógico y sistema de infoentretenimiento.
- Vestiduras de piel y alcántara.
Quizás la culpa no sea del propio Nissan GT-R, tal vez sea el acelerado ritmo que llevan el diseño, la sofisticación o los propios desarrollos tecnológicos de la industria automotriz en el apartado mecánico, electrónico, etc. Quizás también la culpa sea nuestra por ser tan nostálgicos y preferir con el corazón, un auto que aún huela a gasolina, que te “hable” con el silbido de los turbos o el feeling de la dirección; un auto que se encuentre en el límite ideal de la evolución mecánico-tecnológica tal como lo es el querido Godzilla de Nissan.
¿Crees que sería buena idea seguir “actualizando” el GT-R? ¿es mejor idea llevarlo a la evolución que merece o debemos prepararnos para su extinción?