En el año de 1998 Yamaha lanzó la R1 una moto de carácter deportivo que ha sabido evolucionar con tecnología, un excelente chasis y es una heredera directa del prototipo M1 que corre en el MotoGP. Son ya ocho generaciones del modelo que para este último cambió radicalmente, partiendo de un diseño que no dejó indiferente a nadie y una avanzada electrónica. Y lo mejor, es que la pudimos manejar en la Pista Pegaso.
Les puedo comentar que esta prueba no es precisamente actual, pero el modelo no ha cambiado en nada, tal vez solo la gama de colores ya que en el presente solo se encuentra en un tono azul.
Comencemos con el diseño, esta R1 rompió una larga tradición en la parte frontal, con unos faros que parecían ojos, que según la generación iban carenados o no. Esto fue muy polémico en su momento, pero el cambió radica en lo aerodinámico, similar a la BMW S1000RR que dejó atrás sus faros asimétricos. La R1 muestra una forma más moderna y “robótica” por decirlo de alguna manera, con luces diurnas LED y faros pegados al carenado. Del resto encontramos formas convencionales excepto en el colín trasero y en la prueba que tuvimos la moto tenía un sistema de escape firmado por Yoshimura que nos daba unos hps extras.
En el apartado mecánico, contamos con un motor de 4 cilindros de 998 cc, que desarrolla 197 hp y 83.5 lb-pie. La caja de cambios es de seis velocidades sin asistencia, al menos en este modelo. La suspensión de horquilla invertida es totalmente ajustable y ofrece de serie frenos ABS y gestión del mapeo motor de una manera sencilla, que como ya sabemos controla el control de tracción, frenos y entrega optima de potencia al curvear.
En cuanto a dimensiones, tiene una longitud de 2.055 mm, una altura del asiento a 855 mm y un peso de 201 kg en orden de marcha, prácticamente una relación de peso / potencia de 1 a 1.
Esta vez les deberemos la apreciación de manejo en la ciudad ya que la moto nos fue entregada directamente en Pegaso sin placas, es decir solo para la pista. Pero bueno, no sé quién podría decir que una moto deportiva pueda ser cómoda para andar en la calle, vamos, que sí se puede, pero se calienta a temperaturas superiores a los 100°, tienen un pésimo rango de vuelta, a baja velocidad se siente peso y claro, la postura es muy incómoda. Estas motos son para una pista o si ya curtiste tu espalda puedes hacer viajes largos, o no tanto, ya que en la ficha técnica nos arroja un consumo de 7.2 l/km.
Antes de comenzar las impresiones de manejo, les comento que hace unos años pude manejar la generación pasada de la Yamaha R1 y en una situación controlada pude acelerar a 280 km/h, pero el sentir de la nueva desde el arranque es completamente distinto, puro poder y además control que seguro llevan a esta moto a una velocidad aún mayor.
Comenzaron las primeras vueltas de calentamiento, ese día la pista no estaba tan sucia como cuando manejamos la Kawasaki Z900 por lo que la confianza llegó muy rápido. Esta R1 tiene niveles de control de tracción y comencé con todas las ayudas puestas, en este modo la aceleración si bien era buena, sabías que por ahí había una nana electrónica cuidándote, de esta forma la moto va sobre rieles incluso en el curveo, la gestión del acelerador es suave y casi es un paseo.
Comienzo a reducir las asistencias y lo primero que te demanda la R1 es una buena posición, nada de ir relajado, debes acomodarte apoyando la aerodinámica y comenzar a usar el cuerpo para curvear, la moto se siente sólida y poderosa, y esto lo apoya un sonido del motor ronco y fuerte, dejando atrás lo común en este segmento de tonos agudos ascendentes. En este modo, la entrega de potencia es mayor, y me percato que la pista Pegaso, le queda un poco chica a la R1, en la zona de aceleración apenas si puedes desarrollar tres velocidades, por un momento metes cuarta y ya rondas los 180 km/hr. Sí, una locura.
Siendo sincero nunca eliminé del todo los controles de tracción, ya que, al llegar a puntos mínimos, la R1 se convierte en un caballo bronco, puedes salir patinando, y las curvas exigen un poco de derrape en la llanta trasera para poderlas tomar mejor, además tú eres mucho más responsable de la aceleración con tu mano derecha y sí, la frenada también.
Un punto que no he puesto porque creo que es el más importante, es que aun con la solidez que ofrece la R1 y esa potencia abrumadora, el curveo es realmente sencillo, en poco tiempo estarás con la rodilla abajo y con inclinaciones pronunciadas. El paso por curva rápida es emocionante y pronto tus sentidos van a querer más velocidad, y en zonas sinuosas con el uso del cuerpo se hace algo sensitivo (y un excelente ejercicio cardiovascular). Doblar tu cuerpo y casi apoyar tu barbilla en el manillar se hacen algo adictivo, sin dudas este es el encanto de estas motos, que aun con otras de más potencia no se logra.
Una moto doble propósito te lleva por los escenarios que quieras, en una crucero, eres un cómodo pasajero, pero en una deportiva fluyes con la moto, eres parte de la curva, de la frenada y aceleración. La R1 te da con creces estos sentimientos. El lado triste de todo esto es el precio, una constante de la marca en México, con productos caros y con competencias directas más accesibles, por ejemplo, la R1 tiene un costo de $ 419,999, mientras que la BMW S1000RR la encuentras en $ 342,300 pesos o la Suzuki GSX R1000R en $382,780 (ambas un poco más ligeras y con unos 4 hp más).
Lo anterior hace que los usuarios vean a otras opciones, a menos que seas fanático acérrimo de Yamaha. Como producto la R1 vale totalmente la pena, solo esperemos que la marca recapacite y se ajuste al mercado, incluso para poder ver en nuestro mercado productos como la Teneré 700, que sigue sin llegar.
Ficha Técnica:
Motor: 4 cilindros
Cilindrada: 998 cc
Potencia: 197 hp
Par motor: 83.5 lb-pie
Tanque de combustible: 17 l
Peso en orden de marcha: 201 kg
Rendimiento de combustible: 7.2 l / km
Altura del asiento: 855 mm