Viajar con tu mascota al igual que con la familia es algo realmente placentero y divertido. Sin embargo al ser un animal -tu mascota-, con condiciones físicas diferentes entre otras cosas, puede ser un problema durante el traslado o manejando si no se tiene el cuidado apropiado.
Es por ello que en esta ocasión te damos los cinco riesgos más frecuentes de conducir con una mascota abordo y qué hacer para evitarlos.
1. Tu mascota se puede marear
No importa si tu animal favorito disfruta poco o mucho trasladarse en el auto contigo, el mareo puede afectar hasta la mascota más viajera. Usualmente es relacionado con el movimiento del auto, pero la ansiedad de estar encerrado o la poca familiaridad de desplazarse en auto pueden contribuir.
Si este es el primer viaje de tu mascota, haz unos viajes cortos de práctica para ver cómo se comporta antes de hacer un trayecto largo. Permítele al perro tener una ventana abierta y aire fresco, le puede ayudar adaptarse a las sensaciones del auto. Dale poco de comer antes de salir y si es un viaje prolongado, realiza paradas continuas para alimentarlo, estirar sus patas y ¿Por qué no? para que haga sus necesidades.
Para mascotas propensas a marearse, hay algunos remedios que el veterinario puede recomendar para hacer el viaje más confortable. Nunca olvides proteger el interior de tu auto con fundas de asientos contra agua y cargar con un kit de limpieza.
2. Mascotas nerviosas o miedosas
Mientras que algunos perros aman viajar en un vehículo, algunas otras mascotas –como gatos o incluso ciertas razas de cachorros- asocian los trayectos en auto con eventos desagradables como ir a ver al veterinario y ponerse ansiosos en cualquier viaje.
Para aliviar el nerviosismo de tu mascota, llévalo a viajes cortos en auto a destino divertidos (tales como al parque) esto podría ayudar a cambiar esas asociaciones negativas. Igualmente mímalo con unas palabras de aliento para animarlo. Si todo lo anterior falla, necesitarás hablar con el veterinario, existen medicinas y productos diseñados para asistir los miedos de las mascotas.
3. Tu mascota se puede perder
No olvides llevar una correa. Dependiendo de la distancia que pienses recorres con tu mascota, a lo mejor tienes planeado hacer una paradas en el camino. Necesitarás una correa para evitar que la misma esté corriendo por donde quiera –especialmente en lugares desconocidos. Asimismo será muy útil en pausas inesperadas, tales como accidentes o descomposturas de tu unidad, te permitirá tener al perro cerca de ti y lejos del tránsito.
Por otra parte sin importar qué tan lejos vayas de casa, no olvides que tu mascota debe portar alguna placa –con información actualizada de a quién contactar en caso de una emergencia. También puedes ponerle un microchip, aunque esto va mucho al gusto de cada persona.
No todas las mascotas que viajan se pierden porque corren fuera de la vista de su dueño. Algunas personas amantes de lo ajeno pueden querer tu mascota al igual que su sistema de audio. Un animal sólo dentro de un auto corre el riesgo de ser robado. Mantén a tu perro con una correa y contigo todo el tiempo que estés fuera del auto.
4. Distraer al manejar
Una mascota suelta dentro del auto, puede ocasionar un accidente.
Las mascotas deben ir amarradas –al igual que un ser humano con el cinturón de seguridad. Existe una variedad de abrazaderas y arneses, así como cajas, jaulas y barras para todo tipo de animales. Una mascotas suelta dentro tu unidad viajando en asientos posteriores puede ser catapultada al área frontal de la cabina durante un accidente o parada repentina.
Igualmente una mascota moviéndose por todas partes, puede distraer al conductor y ocasionar que pierda la atención del camino. Una mascota podría brincar al regazo del piloto, obstruir su visibilidad, incluso atorarse entre los pedales del freno o acelerador, provocando que no se tenga control de la unidad.
5. Tu mascota se puede herir
Una de las cosas más desagradables y tristes es que tu mascota sufra una herida o la muerte. Perros o gatos que no son asegurados en cajas, jaulas o con sistemas de sujeción se convierten en proyectiles dentro del auto. Si un pastor alemán de 27 Kg anda suelto, el vehículo viaja a 48 Km/h y hay una colisión, el perro puede causar un impacto de 1,224 Kg en contra de otro pasajero o contra el parabrisas.
Un animal nunca debe viajar en el asiento del acompañante, no importa si va atado. Algunos vehículos cuentan con bolsas de aire en esa posición y son diseñados para proteger adultos. Si hay una colisión, éstas se despliegan a una velocidad de 321 Km/h. Esto es muy peligroso para una mascota –incluso un niño- podría salir herido o morir por la fuerza ejercida.
Por otra parte, los perros no deben viajar en el área de carga de pickups ya que podrían caerse o saltar; si van amarrados corren el riesgo de estrangularse. Igualmente no deben sacar sus cabezas fuera de las ventanas, pueden salir lastimados por algún objeto volador, cualquier cosa que podría pegarle al parabrisas lograría también alcanzar la cabeza del animal.
Finalmente, mascotas que se dejan solas dentro del auto corren el riesgo de herirse o morir por una apoplejía de calor y deshidratación, al momento que la temperatura dentro de la unidad sube. Si tú no estás en el auto, tu mascota tampoco debería estar.