Los fabricantes premium son los que se han adaptado mejor y más rápido a los cambios en las preferencias de los consumidores, y es que en unos años hemos visto un cambio drástico en sus gamas de producto, mientras hace un tiempo firmas tan prestigiadas como Mercedes innovaban con la presentación del coupé de cuatro puertas (el primer CLS), hoy, todo gira alrededor de las camionetas o SUVs.
Si bien, Mercedes-Benz ofrece desde hace décadas la Clase G, ésta nació como un 4x4 de uso militar, mientras que varios años después nació la ML, cuya misión original era la de reemplazar a la sempiterna G, algo que ya sabemos, no sucedió.
Hoy en día, la gama de camionetas que ofrece la marca de la estrella de tres puntas es enorme, empezando por la icónica G, pasando por; GLS, GLE, GLC, GLA y aunque nadie lo hubiera creído, todavía había espacio para un producto entre GLC y GLA, que es el que hoy nos ocupa, me refiero a la nueva GLB, que además, está fabricada en México, en el complejo COMPAS que se desarrolló conjuntamente con la alianza Renault – Nissan para la producción de un modelo Infiniti.
El diseño
La Mercedes-Benz GLB 2020 es un vehículo compacto, que comparte plataforma con Clase A, Clase A Sedán, Clase CLA y la nueva Clase GLA que todavía no llega a México. Sin embargo, tiene la particularidad de que ofrece tres filas de asientos. Es entonces un vehículo compacto, ya que mide 4.6 metros, pero que gracias a sus 2.8 metros de distancia entre ejes, es capaz de alojar en una tercera banca a personas, de hasta 1.68 metros según la marca. Aunque te invito a ver el video que está al final de esta nota y atestiguar como yo, un adulto de 1.73 que no me caracterizo por mi agilidad y flexibilidad, podría viajar sin problema en la tercera fila, siempre y cuando sea un trayecto no muy largo claro está.
Así luce el exterior de la nueva @MercedesBenzMx GLB 2020 https://t.co/nZGmRzscxz pic.twitter.com/g9xNJriWlm
— Autocosmos México (@Autocosmos) February 5, 2020
Desde afuera y excluyendo a la G, la GLB rompe un poco con el diseño del resto de sus hermanas, los trazos son muy rectos y la apariencia en general es bastante cuadrada, tanto que podrías pensar que se trata de una evolución de la ahora extinta GLK.
El diseño tiene su razón de ser, ya que, para alojar ocupantes en la tercera fila, fue necesario adoptar una forma como de caja, con superficies acristaladas muy grandes y un parabrisas en una disposición muy vertical. El resultado es agradable a la vista, la GLB luce ruda y el aspecto es muy de camioneta.
Mecánica
Probamos la única versión disponible por el momento, que ofrece la motorización más potente sin tener que recurrir a las siglas AMG. Se trata de la GLB 250, que lleva bajo el cofre un 4 cilindros 2.0L turbo con 224 hp y 258 lb-pie de torque y que va asociado a una caja automática de doble clutch y ocho velocidades.
La potencia es enviada a las cuatro ruedas vía el sistema de tracción integral de la marca denominado 4Matic. Por su parte, la suspensión es independiente en las cuatro esquinas.
Interior
Puertas adentro encontramos una cabina muy similar a la más reciente iteración de la Clase A, el tablero es dominado por ese set de dos pantallas de altísima resolución y 10.25” desde donde se visualizan y controlan buena parte de las funciones de la GLB. La pantalla de la derecha es táctil, aunque también se puede operar a través del pad táctil ubicado en la consola central que por cierto tiene feedback háptico.
La interfaz en general es muy agradable de ver y es fácil de utilizar, algo que mejoró muchísimo en el último tiempo con los Mercedes, que en las dos generaciones previas se caracterizaban por su interfaz compleja y poco amigables con el usuario. Por si fuera poco, el asistente virtual “Hey Mercedes” está presente también, con lo cual, interactuar con la GLB es muy simple y se puede hacer de formas muy variadas.
Este es el interior de la nueva @MercedesBenzMx GLB 2020 https://t.co/nZGmRzJNp7 pic.twitter.com/a5oGTRFBQC
— Autocosmos México (@Autocosmos) February 5, 2020
Las áreas temáticas que vimos en la Clase GLE también están presentes aquí, entonces la información desplegada en las pantallas, así como la iluminación puede cambiar por completo dependiendo de cual elijas. Por ejemplo, en modo “Experiencia”, muestra únicamente indicadores de desempeño, entrega de potencia y torque por mencionar algunos, en una iluminación en amarillo, mientras que en modo “Eco” la iluminación es verde y la información desplegada se refiere al ahorro de combustible.
Los materiales son muy buenos, hay plásticos suaves al tacto y manipular salidas de aire, así como la botonería te deja esa sensación de calidad y durabilidad que siempre han caracterizado a la marca. El único pero, está en los bajos del tablero, que son plásticos duros al tacto, algo que no estamos tan acostumbrados a ver en un Mercedes. No están mal, pero tampoco están a la altura del resto del conjunto.
Siguiendo con el equipamiento, queda una sensación de azúcar amargo, por un lado, hay cargador por inducción y cuenta con climatizador automático, pero éste es de una zona y no ofrece salidas de aire para las plazas traseras. También cuenta con arranque mediante llave inteligente, pero no para el acceso, por lo que tendrás que sacar la llave para desbloquear los seguros. Otros elementos como el techo panorámico o el head up display son opcionales, por lo que hay que sumarlos a un precio inicial que para empezar no resulta muy accesible que digamos.
Ahora bien, en cuanto a espacio interior, la Mercedes-Benz GLB 2020 es simplemente genial, la banca intermedia tiene mucho recorrido y cuando está lo más atrás posible, deja un espacio inmenso para las piernas que nada tiene nada que envidiar a una GLE, eso sí, en esa disposición, no hay forma de meter un pasajero en la tercera fila de asientos. Con lo cual, es mejor reclinarla y habilitar una cajuela muy grande.
Sin embargo, recorriendo la segunda fila a una posición intermedia, es posible que dos adultos de talla media viajen cómodamente hasta atrás. Es cierto que es necesario flexionar un poco las piernas, pero créeme que las dimensiones son más que aceptables y eso, es en verdad todo un logro. Ya que por lo general las camionetas de acceso de las marcas premium siempre han ofrecido poco espacio para los pasajeros posteriores, ya no digamos una tercera fila utilizable. Y la nueva GLB no solo es adecuada, es perfectamente funcional. Eso sí, llevar ocupantes ahí significa que no tienes básicamente nada de cajuela disponible, unas por otras.
Manejo
Tras el volante, ya esperaba que la GLB fuera un auto de buenas maneras, ya que con la llegada de la nueva Clase A, la evolución fue notable. Sin embargo, he de confesar que quedé gratamente sorprendido, es mejor de lo que pensaba, en gran medida gracias a la ganancia en distancia entre ejes y el hecho de que la tracción es integral.
Tenemos entonces que, la nueva Mercedes-Benz GLB 2020 no solo es silenciosa y cómoda, sino que también va bien plantada y puede rodar verdaderamente rápido transmitiendo total seguridad.
El 2.0 litros empuja con mucha decisión, la transmisión hace un trabajo impecable extrayendo las 258 lb-pie de la mejor manera posible, la GLB 250 se siente ágil y poderosa, es muy agradable de manejar y logra transmitir cabalmente una experiencia de conducción de auto premium.
Pero no solo es apta para manejo alegre en autopista, al llegar a un camino con curvas, la tracción integral hace de las suyas y la GLB muestra un agarre muy superior de lo que podrías pensar. Para redondear, la dirección es precisa, los frenos son potentes y la suspensión tiene una calibración bien balanceada entre rigidez para manejo deportivo y suavidad para una marcha confortable.
Conclusión
La nueva Mercedes-Benz GLB desde mi punto de vista representa un gran acierto por parte de la marca. Ofrece toda la versatilidad y practicidad que una familia podría necesitar, con el refinamiento, sofisticación y tecnología que caracterizan a la firma, pero sin la necesidad de escalar a las exclusivas GLE y GLS.
Claramente Mercedes ha sabido leer perfectamente las necesidades del mercado y esta nueva GLB es la mejor prueba de ello.
Mercedes-Benz GLB a prueba