Para esta nueva generación, Ford decide lanzar la versión híbrida como modelo de entrada, con un esquema de precio, hay que decirlo nada contenido, mientras que la Titanium queda como tope de gama, renunciando por completo a la franja de acceso del segmento.
Ya desde la tercera iteración, estaba claro que la Escape había dejado buscar el volumen, pero con esta nueva estrategia, se firma la intención de convertirla en producto de nicho.
Lo anterior tiene justificación en que la Ford Escape 2020 es un producto lleno de tecnología tanto de conectividad, como de seguridad, mientras que presenta mejoras sustanciales en espacio interior y manejo, en donde, dicho sea de paso, ya era de lo mejor de su categoría.
Apariencia discreta
La nueva Escape luce muy distinta en comparación del resto de la gama de camionetas de Ford, los trazos son suaves y redondeados, a diferencia no solo de la más pequeña Ecosport, sino también a sus hermanas mayores, Edge, Explorer y Expedition.
Resulta que guarda muchas similitudes a nivel de diseño con los Fiesta y Focus más recientes, ambos, modelos que ya no llegan a nuestro mercado. Y ello explica el por qué, al menos dentro de la gama que ofrece la marca en México, parece no tener aire de familia.
Emplea la plataforma C2, y por lo tanto es ligeramente más grande que antes, mide 4.58 metros de largo, es decir 6 cm más que antes y 1.88 metros de ancho, 4cm adicionales. La distancia entre ejes creció muy poco, y ahora es de 2.7 metros.
Para empezar, es híbrida
Al momento de su presentación global, La Escape anunció como mecánica de acceso un 1.5 litros Ecoboost que sustituiría al 4 cilindros de 2.5 litros. Sin embargo, para México, Ford decidió que ese motor no llegaría a nuestro mercado
Lo anterior significa entonces que, nuestra versión de acceso, que es la que pude probar, ofrece un tren motor híbrido que se compone de un L4 2.5 litros de ciclo Atkinson y un motor eléctrico para entregar 198 hp y 153 lb-pie de torque, que son gestionados por una transmisión CVT hacia el tren delantero, la batería es de iones de litio y tiene 1.1 kWh de capacidad. Por su parte, en la parte alta de la gama se encuentra el 2.0 litros Ecoboost con 250 hp y transmisión de 8 velocidades.
A nivel de seguridad, además de 7 bolsas de aire, ABS, ESP o cámara de reversa, incorpora el sistema Copilot 360° que incorpora tecnologías de asistencia a la conducción como: control de crucero adaptativo, frenado de emergencia, asistente de mantenimiento de carril y alerta de tráfico cruzado.
Interior sobrio y minimalista
Atrás quedaron las formas dramáticas, caprichosas y llenas de botones del modelo anterior, la nueva Ford Escape Hybrid 2020 presume en el interior de formas simples y sobrias, dominan las líneas rectas con perfiles redondeados aquí y allá. Tanto calidad de materiales como de armado se perciben bien, ligeramente por arriba de la media del segmento, aunque no podría decir que están en la parte más alta.
Al centro del tablero encontramos una pantalla táctil de 8” pulgadas de excelente resolución y brillo con sistema Sync 3 que es compatible con Apple Carplay y Android Auto, luego más abajo un par de perillas y botones para controlar el sistema de audio, mientras que en la parte baja del tablero, se ubica la botonera del climatizador que es automático de una sola zona (uno bizona le habría venido mejor).
En general, no hay demasiados botones y controles, con lo cual, el interior es muy limpio, casi diría, minimalista. Destaca el clúster completamente digital de 12.3” desde donde se puede visualizar toda la información relacionada tanto con las asistencias a la conducción, como lo relacionado a la computadora de viaje y el velocímetro.
Ah, eso sí, el quemacocos panorámico es enorme y la cortinilla es de accionamiento eléctrico, algo que muchos encontrarán muy atractivo.
La parte trasera te recibe con una gran noticia, ya que, si bien es cierto la Escape 2020 creció, también lo es, que el aprovechamiento del espacio al interior es tal, que se siente sustancialmente más grande que antes. La banca trasera ahora entrega muchísimo espacio, es comodísima y por si fuera poco, se puede recorrer, con lo cual, podemos incrementar ya sea el volumen de carga, o el espacio para las piernas, una gratísima sorpresa.
Por su parte, en cifras oficiales, la cajuela en el caso del modelo híbrido va de 869 litros en formato optimizado, que me imagino, es una posición intermedia del asiento trasero para entregar el mejor balance de espacio tanto para piernas como cajuela, hasta 974 litros con la banca recorrida hasta el frente. Y también te dará mucho gusto saber que la llanta de repuesto es de las mismas 19 pulgadas que las cuatro que van montadas en el exterior.
Manejo
Tras el volante, la Escape también presenta cambios importantes, por principio de cuentas, la posición de manejo ahora es más baja y también hay que reconocerlo, más cómoda.
La tuve por muy poco tiempo, por lo que fue imposible efectuar una prueba de consumo en forma, sin embargo, la computadora arrojó 16.3 km/l, y para ser claro, por supuesto que va a haber diferencia con respecto del número real, pero las computadoras de Ford no suelen ser demasiado optimistas, así que estoy seguro que en ciudad va a entregar algún valor por encima de los 14 km/l, ya veremos cuando la volvamos a manejar.
Más allá del rendimiento, que evidentemente es un factor fundamental tratándose de un modelo híbrido, la sensación de manejo es agradable, la potencia es más que suficiente, no se siente ese letargo en aceleraciones y recuperaciones que muchas veces caracteriza a este tipo de autos (a los híbridos me refiero). No quiero decir que es muy rápida, porque no es así, pero puedes estar seguro que tiene capacidad de respuesta adecuada.
La calidad de marcha es buena, filtra debidamente el ruido del exterior, así como de las imperfecciones del camino, así como del trabajo mecánico en general, aunque al exigirle más, como por ejemplo en alguna incorporación o rebase, hay mayor ruido del motor, seguramente por el hecho de que la caja es CVT.
Por su parte, el sistema de frenos resultó una grata sorpresa, el pedal tiene un tacto firme y la camioneta se detiene con contundencia, es decir, no hay esa sensación esponjosa que normalmente viene asociada al frenado regenerativo. Esto por supuesto transmite mayor confianza.
Por último, la Escape va bien plantada, se deja llevar aprisa y transmite confianza al entrar en curvas, lo que prueba que esta plataforma bien podría manejar mecánicas mucho más potentes, no solo pensando en la Titanium que ya es bastante potente de por sí, sino algo por encima, cuyo nombre tendría que ser Escape ST y que viendo la tendencia de Edge ST y Explorer ST, esperemos que sí suceda.
Conclusión
La nueva Ford Escape 2020 es un gran producto, de eso no cabe la menor duda. Evolucionó notablemente en aspectos clave como el espacio interior y capacidad de cajuela, mejorando o manteniendo en otros importantes como manejo y conectividad.
Sin embargo, la ecuación de precio la pone en una posición complicada, ya que su rival más frontal, la RAV4 Hybrid es unos 40 mil pesos más accesible, y encima, al ser Toyota cuenta con un posicionamiento inmejorable tratándose de autos con tecnología híbrida.