Una tendencia que se viene dando con fuerza desde hace algunos años es que las marcas prefieren destinar buena parte de sus recursos a eventos especializados, como el CES de Las Vegas o el Festival de la Velocidad de Goodwood, en lugar de gastarse el dinero en un Salón del Automóvil.
Y ahora toca al que, quizás, sea el salón más grande e importante del mundo: Frankfurt. Como se sabe, el IAA alemán rota con el Mondial de l’Automobile de París año por medio, pero hasta ahora no había sufrido grandes pérdidas comparado con Detroit o el propio París. Hasta ahora.
Para esta edición, que abre sus puertas el próximo 10 de septiembre, hay varios grupos que anunciaron que no se harán presente, entre ellos, Toyota, PSA y FCA. El conglomerado nipón no estará ni con Toyota ni con Lexus, los galos no irán ni con Peugeot, ni Citroën, ni DS Automobiles (solo mandarán a Opel, que es alemán), y FCA se bajó con todo: Jeep, Fiat, Alfa Romeo, Maserati y Ferrari.
¿Hay más? Por supuesto. Tampoco estarán las marcas de la alianza Renault-Nissan-Mitsubishi, ni Mazda, ni Kia, ni Suzuki, ni Volvo, ni Aston Martin, ni Rolls-Royce, ni Bentley, ni Tesla... Ufff.
Es tal el despliegue que ofrecen en Frankfurt las firmas locales, que ningún fabricante extranjero intenta siquiera eclipsarlos. Basta mirar en la ilustración inferior el nivel de stand que tendrá Mercedes-Benz.
Con los lanzamientos programados del Porsche Taycan, del Volkswagen ID.3, de los Opel Corsa y Astra, del Mercedes-Benz GLE Coupé, del Audi A3, de los BMW M3 y M8, y de tantos otros modelos, resulta realmente difícil conseguir algo de atención.
Pero si la novedad es buena, la vitrina de Frankfurt es insuperable, y es así como se develarán los nuevos Land Rover Defender, Ford Puma, Seat Leon, Skoda Octavia, Nissan Juke y Hyundai i10.
Aun hay patria para Frankfurt 2019.