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Manejamos el BMW Serie 8 2019

Un sofisticado coupé que nació para contemplarlo y gozarlo ya sea en ciudad o carretera

Manejamos el BMW Serie 8 2019

El fabricante bávaro ha decidido traer de vuelta a la vida un nombre icónico para bautizar a su coupé de gran calado, el Serie 8 regresa al mercado luego de dos décadas de ausencia, y lo hace inspirándose casi en su totalidad en el Serie 8 Concept que debutó en 2017 en el Concurso de la Elegancia de Villa d’Este, lo cual créeme es una excelente noticia. Y es que salvo por un frente menos afilado, que seguramente tiene su explicación en la necesidad de cumplir con las regulaciones de protección a peatones, así como los delgados y estilizados espejos retrovisores, el Serie 8 es igual al estudio de diseño en el que está inspirado. Para no extendernos mucho en este tema, solo voy a decir que el nuevo BMW Serie 8 2019 luce simplemente espectacular.

Por principio de cuentas, vale la pena saber que no es la primera vez que el Serie 8 llega a reemplazar al Serie 6, este movimiento dentro de la gama de BMW ya había sucedido antes.

El primer Serie 6 que se vendió entre 1976 y 1989 llegó como reemplazo del CS, que por cierto no solo fue uno coupés más hermosos en la historia de la marca, sino de toda la industria. Para 1990, el Serie 6 desaparece y en su lugar se llegó el primer Serie 8, era un elegante coupé que incorporaba mecánicas de 8 y 12 cilindros, y aunque nunca existió duda acerca de su belleza o avanzada tecnología, fue descontinuado en 1999 por sus bajas ventas. Como dato, es posible encontrar en Europa ejemplares de este modelo verdaderamente baratos, sucede que son tan caros de mantener y reparar, que pocos son los valientes que se animan a tener uno en nuestros días.

Luego de poco más de una década de ausencia, en 2003, en plena época Bangle el Serie 6 resucitó con las extrañas formas que caracterizaban a los BMW de la época, y el modelo se mantuvo en producción por dos generaciones más hasta la actualidad, la gama ganó además de la versión coupé, varias configuraciones, dentro de las que podemos contar al convertible, el gran coupé, o el muy poco afortunado gran turismo.

El año pasado, BMW decidió retomar el nombre Serie 8 para su coupé insignia, mismo que nuevamente tendrá además variantes convertible y gran coupé. Con lo cual, la historia se repite y el Serie 8, reemplaza una vez más al Serie 6.

Mecánica familiar

Bajo el cofre encontramos al viejo y célebre V8 de 4.4 litros biturbo que para esta aplicación entrega 530 hp y 553 lb-pie de torque y que va asociado a la ya conocida transmisión automática de 8 velocidades, que huelga comentar, sigue siendo la referencia del mercado. Es decir, no vas a encontrar una caja tan suave y refinada para situaciones de manejo relajado y confortable, pero también endemoniadamente rápida y efectiva cuando se trata de exigir a fondo e ir muy aprisa. Asimismo, como sucede de un tiempo para acá en los modelos más poderosos de BMW, la tracción es a las cuatro ruedas vía el sistema xDrive.

Ya habrás notado entonces que este planteamiento mecánico es utilizado prácticamente en todos los modelos de gama alta de la marca, desde las variantes tope de gama de Serie 5, X5 o X6, hasta los opulentos Serie 7 y X7, sin dejar de mencionar las variantes más rabiosas como el brutal M5.

Evidentemente, el Serie 8 echa mano de todos los recursos tecnológicos disponibles dentro del consorcio teutón, por lo que encontramos suspensión adaptativa, barras estabilizadoras activas, modos de manejo (Sport, Confort, Eco Pro y Adaptive), así como tantos elementos de seguridad tanto activa como pasiva, que necesitaría varios párrafos más para enumerar.

Sofisticado y tecnificado interior

Puertas adentro, el Serie 8 entrega una experiencia impresionante, se percibe no solo tremendamente sofisticado y moderno, sino también muy lujoso. Sobra decir que todo lo que ves y tocas es de la más alta calidad, pasando por los asientos forrados en cuero bitono, cortesía del departamento de personalización BMW Individual, así como el tablero a dos tonos forrado en cuero y con pespuntes, o bien, cada botón y aplicación metálica que se perciben durables y bien hechos.

Puedo asegurar y sin temor a equivocarme que, en cuanto a materiales y ensamble, el Serie 8 está en lo más alto de la pirámide y nada tiene que pedir a vehículos ya sea de la aspiracional marca hermana Rolls Royce, o bien Bentley, Aston Martin, Porsche por mencionar algunas. Puede que sea menos extravagante, pero no es inferior.

La parte central del tablero nuevamente nos recuerda al Serie 8 Concept, solo que no es tan minimalista, es decir aquí hay más botones, la pantalla central es táctil de 10.25”, pero además se puede controlar con el iDrive o bien algunos comandos se pueden ejecutar con movimientos de las manos, como subir o bajar el volumen, así como responder o descartar una llamada, entre otros. Siguiendo con el equipamiento encontramos climatizador de dos zonas, clúster de instrumentos digital configurable de 12.3”, Head Up Display y para rematar, un equipo de audio Harman Kardon de 16 bocinas que suena increíble.

Hay solo un detalle que no me gustó nada, se trata de la palanca de cambios con una terminación en cristal cortado, misma se enciende en la noche con LED dibujando el número 8, puede que suene interesante, pero como sea me parece de mal gusto, creo que prefiero un pomo de palanca más tradicional, llámame anticuado si quieres.

Hablando de espacio, los ocupantes viajan a todo lujo y comodidad, por muy grande que seas, en el Serie 8 vas a ir comodísimo, siempre y cuando vayas adelante, ya que aun cuando se trata de un 2+2, el espacio atrás para piernas es muy limitado, el respaldo es incómodo y de espacio para la cabeza mejor ni hablamos. Yo que soy un adulto de talla media viajaría muy incómodo, con lo cual, las pequeñas plazas posteriores quedan reservadas para niños.

Manejo impecable

Ya tras el volante, el BMW Serie 8 rápidamente te deja saber que se es un Gran Turismo en toda la extensión de la palabra, es un auto perfectamente usable para el diario; es silencioso, bien aislado, de marcha confortable y lleno de amenidades. Sin embargo, al accionar el modo “Sport” muestra un carácter distinto, se vuelve infernalmente rápido, basta decir que es capaz de hacer de 0 – 100 km/h en 3.7 segundos, nada mal para un titán en la frontera de las dos toneladas, incluso podríamos decir que está sobradísimo de potencia.

Su entorno favorito entonces son las autopistas y carreteras con curvas no muy cerradas, es ahí donde brilla con más fuerza y es en ese ámbito en el que nos recuerda a la época dorada de los Gran Turismo, la década de los sesenta, en donde esos coupés llenos de estilo y más poder del que jamás podrías necesitar eran la elección de los adinerados para una escapada de fin de semana.

Con lo anterior no quiero decir que el Serie 8 sea incapaz de entrar a una pista y hacer un papel más que digno, ten la seguridad de que si vas a un track day vas a salir bien librado gracias a lo efectivo que es poniendo la potencia en el piso y lo bien que hace el trabajo el inmenso sistema de frenos. Es solo que un circuito no es el lugar para el que fue concebido, para esas instancias en todo caso está el M8 que todavía no llega a nuestro mercado lo va a hacer mejor.

Conclusión

El Serie 8 entonces es de esos autos que se causa emoción con solo verlos, que se goza ya sea en un embotellamiento o en una carretera y que manda un claro mensaje de éxito, uno que definitivamente no consigue transmitir ningún sedán o SUV del mercado.

Por otra parte, tristemente el Serie 8 pertenece a una especie que ya podríamos catalogar como extinta, y es que, si repasamos la oferta del mercado, su único rival frontal es el Mercedes-Benz Clase S Coupé o bien, habría que escalar a opciones de marcas muy exclusivas como el Bentley Continental o el Aston Martin Vantage. Por precio, un Porsche 911 Carrera S sería un rival directo que además representa a la realeza de los autos deportivos, el más icónico de todos, sin embargo es un deportivo algo más radical y por lo tanto ligeramente menos llevadero en el uso diario.

Sin embargo, el grave problema radica en que anteriormente los Gran Turismo, además de entregar exclusividad y estilo, también ofrecían niveles de desempeño que no se podían encontrar en autos más comunes como los sedanes. Algo que en la actualidad no es así, para muestra, dentro de la misma gama de BMW puedes encontrar Serie 5 o X5 con prestaciones parecidas, pero que además otorgan mayor versatilidad y practicidad.

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