Debido a las violaciones cometidas en vehículos a diésel, la fiscalía de Stuttgart, Alemania, impondrá una multa de entre uno a 800 millones de euros a Daimler, compañía a la que pertenece Mercedes-Benz.
Al igual que sucedió con el dieselgate de Volkswagen, Audi y Porsche, las autoridades alemanas descubrieron que ciertas unidades del Mercedes-Benz Clase C y Clase E con motores a diésel, equipaban un software que altera las emisiones de contaminantes de los motores. Ante esta situación se ordenó al fabricante germano retirar 280,000 vehículos de los modelos antes mencionados.
Hasta el momento, la fiscalía de Stuttgart está considerando imponer una multa de hasta 5,000 euros por vehículo. Un portavoz de las autoridades alemanas dijo que la investigación estaba en curso y que no concluiría antes de fin de año.
En mayo de 2017, los fiscales alemanes registraron las oficinas de Daimler como parte de una investigación de fraude relacionada con la posible manipulación del tratamiento posterior de los gases de escape en automóviles diésel.
Además, Daimler enfrenta un escrutinio regulatorio por parte de las autoridades de Estados Unidos. Luego de que, en febrero de 2016, la Agencia de Protección Ambiental, le pidiera a Mercedes-Benz que explicara los niveles de emisiones en algunos de sus automóviles diésel.