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Autos clásicos

La verdadera historia del Nissan GT-R

Con motivo de su 50 aniversario, repasamos la trayectoria deldeportivo japonés más legendario de todos.

La verdadera historia del Nissan GT-R

Tal y como hemos visto, monstruos y deportivos japoneses hay muchos, muchos de ellos espectaculares, muy poderosos o con una fama gigantesca, pero, de entre todos estos kaiju (palabra japonesa que quiere decir bestia extraña o bestia gigante), sólo Godzilla merece el título de rey de los monstruos, y sólo un auto merece ser llamado así: el Nissan GT-R, emperador absoluto de los autos nipones.

Considerado por muchos como el mejor auto japonés de la historia, el antiguamente llamado Nissan Skyline GT-R es un automóvil con una mística sin igual. Es cierto, durante años su leyenda prácticamente se limitó a las fronteras de la isla asiática, pero cuando comenzó su aventura mundial, lo hizo con tal fuerza, que muy pocos opusieron resistencia ante semejante bestia. 

Es cierto, que los videojuegos y películas (Gran Turismo y Rápido y Furioso para ser más exactos) han ayudado a acrecentar su fama, pero tampoco hay que olvidar que Godzilla, prácticamente fue el auto responsable de desencadenar una guerra de tiempos en el Nürburgring. Vaya ironía, un monstruo japonés conquistando el infierno verde alemán. Tenebroso, cierto, pero también genial.

Tal y como lo hicimos con la historia del Nissan Z, en Autocosmos queremos rendirle un pequeño, pero merecido homenaje al Nissan GT-R, modelo que recién celebró sus primeros 50 años de trayectoria. Y para esto, viajaremos en el tiempo para conocer como es que este legendario monstruo forjó su propia leyenda.

ANTECEDENTES

El nombre Skyline, originalmente surge para nombrar a un sedán de lujo concebido por la Prince Motor Company en 1957. Este auto contaba con un motor de 60 Hp con el que alcanzaba una velocidad máxima de 140 km/h. Pese a su buena base, no se le vislumbraba un futuro deportivo más allá de una atractiva carrocería Coupé o de versiones ligeramente más potentes como el Prince GT Skyline, pero después de que la compañía fue absorbida por Nissan en 1966, los planes cambiaron radicalmente.

Primera generación C10 (1969–1972)

Fue en el Salón de Tokio de 1968, cuando se presentó el primero modelo que asoció el nombre Skyline con las siglas GT-R (abreviatura de Gran Turismo Racer). Conocido como Nissan Skyline 2000GT-R “Hakosuka” (Hako –caja en japonés– y Suka -la abreviación de Skyline) era impulsado por un motor S20 de seis cilindros en línea de 2.0 litros de 24 válvulas, y una cámara de combustión hemisférica alimentada por tres carburadores, con lo que era capaz de producir 160 hp y 130 lb-pie de torque. Era capaz de completar el ¼ de milla en 16.1 segundos, así como lograr una velocidad máxima de 201 km/h. La transmisión era una manual de cinco velocidades, la suspensión delantera era tipo McPherson y trasera independiente, mientras que la tracción era trasera con diferencial de deslizamiento limitado. Tan sólo se construyeron 1,945 unidades.

Segunda generación C110 (1973)

Mientras que el primer Skyline GT-R gozó de una relativa saludable vida comercial, la segunda generación fue todo lo contrario, ya que se presentó en el marco de la crisis del petróleo de 1973. En el apartado técnico estaba altamente emparentado con su antecesor, manteniendo elementos como el motor S20 que mantenía los 160 hp, pero incrementaba el torque a 133 lb-pie, así como la transmisión manual de cinco velocidades y el esquema de suspensiones, pero añadía algunas mejoras como frenos de disco en las cuatro ruedas y una aerodinámica más cuidada. Lamentablemente su producción se detuvo tras producir apenas 197 unidades, convirtiéndose en un modelo exótico y altamente buscado por los coleccionistas. Para muchos fans fue “el último auto digno de llevar la insignia GT-R”, hasta que ….

Tercera generación R32 (1989-1994)

Después 16 años de ausencia, Nissan retoma estas míticas siglas para nombrar a la versión más poderosa del Skyline. Es cierto, que siempre hubo un representante deportivo como los RS-X (R30) o GTS-R (R31), que ya eran bastante buenos para la época, pero ninguno, estaba a la altura de lo que suponía debería ser un GT-R.

El 1989 aparece el GT-R R32 nacido por el interés de Nissan de conquistar el Grupo A del campeonato del Campeonato Japonés de Autos Turismo, para ello, Nissan tenía que crear un auto que superara en todo al R31 GTS-R, con el que ya habían logrado un título un tanto sufrido. Para lograr su objetivo, los ingenieros se inspiraron en el Porsche 959.

La principal carta de presentación del R32 era el legendario propulsor RB26DETT, un seis cilindros en línea de 2.6 litros Twin Turbo desarrollado por NISMO y elegido por Autocosmos como uno de los mejores motores de la historia. Este bloque anunciaba una potencia de 276 hp (debido a un pacto de caballeros entre los fabricantes nipones), pero al remover un sencillo limitador se lograban 310 hp.

Otro destacado técnico del R32 es de tracción integral ATTES E-TS, el cual, gracias a la ayuda de una computadora que supervisaba los movimientos del auto 10 veces por segundo, era capaz de detectar una pérdida de tracción, corrigiendo al enviar hasta el 50% de la potencia a las ruedas delanteras. Por cierto, la suspensión era multibrazo en ambos ejes y la caja era una manual de cinco velocidades.

Esto en combinación con un peso de 1,427 kilogramos le permitían acelerar de cero a 100 km/h en 4.7 s y hacer el cuarto de milla en 12.8 segundos. Sólo como dato curioso, en Nürburgring establece un tiempo de vuelta de 8 minutos y 22 s, convirtiéndose en el auto de producción más rápido en el infierno verde, iniciando una batalla que continúa hasta nuestros días.

El GT-R R32 puede presumirse ser el emperador absoluto del mencionado Grupo A donde resultó el ganador absoluto desde 1990, hasta 1993. En Europa, obtuvo la victoria general en 1990 en las 24 horas de Nürburgring y Spa Francorchamps (repitiendo en 1991). Asimismo, ganó el campeonato australiano Touring Car por primera vez en 1991 y posteriormente en 1992. De hecho, gracias a esta victoria, es que los Nissan Skyline GT-R adquieren el apodo de Godzilla.

Cuarta generación R33 (1995-1998)

Como podemos ver, el R32 era un automóvil casi perfecto para la época, por lo que los ingenieros japoneses tenían frente a sí unos estándares muy altos al momento de construir a su sucesor. Aunque se apostó por continuar con lo ya establecido, recibió algunas mejoras en el motor, suspensiones, transmisión, aerodinámica y en el sistema de tracción total ATTES E-TS. Todas estas actualizaciones redundaron en un peso de 1,542 kilogramos, esto es un incremento de casi 90 kilogramos con respecto a su antecesor. Con todo fue capaz de volar en Nürburgring en 7:59 m, 21 segundos más rápido que el R32.

La evolución continúo con las versiones V.Spec, V.spec N1 o LM, este último un derivado de calle de aquel R33 que compitió en las 24 Horas de Le Mans de 1995. No obstante, el máximo representante llegaría con el NISMO 400R, una versión altamente modificada, que anunciaba una potencia de 395 Hp y 353 lb-pie de torque.

Sólo como curiosidad, Autech, la misma división que nos regaló al exótico Zagato Stelvio AZ1 cuya historia ya abordamos en otra ocasión, creo un GT-R R33 de cuatro puertas con el fin de celebrar el 40 aniversario de la aparición del primer Skyline.

Quinta generación R34 (1999-2002)

Simple y sencillamente, el R34 es la quintaesencia de una mecánica y filosofía iniciadas en el R32, con sólo verlo, la piel se enchina, arranca suspiros y hace soñar a muchos, no por nada, se le considera el GT-R más increíble de la historia.

Es cierto, que hereda mucho de sus antecesores, pero a diferencia del R33, en el R34 se decidió reducir un poco las dimensiones y el peso gracias al uso de elementos construidos en aluminio y fibra de carbono. Se aumentó la rigidez estructural y se mejoró la aerodinámica.

Si bien famoso RB26DETT, entregaba los mismos 276 Hp (ya sabemos que en realidad eran más) fue revisado para mejorar su entrega de potencia y torque, al mismo tiempo que se estrena una transmisión manual de seis velocidades. El sistema de tracción integral también fue pulido. En el momento del lanzamiento se ofrecieron seis versiones diferentes del Nissan GT-R R34: el GT-R, el GT-R V.spec, el V.spec II, el V.spec Nur, el GT-R M-Spec y el GT-R M-Spec Nur.

Uno de los elementos tecnológicos que sorprendió al momento de su lanzamiento fue la pantalla digital de 5.8 pulgadas, que proyectaba información como la presión del turbo, temperatura, fuerzas G e incluso los tiempos de vuelta. Hoy, esta tecnología es relativamente común en algunos deportivos, pero recuerda que estamos hablando de un auto de 1999. No por nada, es uno de los grandes iconos del videojuego Gran Turismo y uno de los autos estrella de Rápido y Furioso.

Pero la joya de la corona llegó en 2005 (tres años después del fin de producción), cuando Nismo, en un movimiento extraño y poco común en la industria convenció a 20 clientes para que les revendieran sus autos usados con el único fin de crear una nueva serie llamada Z-Tune, que tras una exhaustiva actualización dio por resultado una bestia de 500 Hp capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 3.8 segundos y lograr una velocidad máxima de 326 km/h.

Esto solo era el preámbulo que se avecinaba.

Sexta generación R35 (2007-presente) 

Hoy Carlos Ghosn no la está pasando nada bien, pero en su momento fue pieza clave para resucitar al poderoso Godzilla (algo que dejó muy claro en 2001 cuando se presentó el Nissan GT-R Concept), pero tenía que elevar la vara nuevamente y para ello, se hizo uso de las mejores tecnologías disponibles en Nissan. Quería al monstruo de vuelta.

El nuevo GT-R R35 es presentado en el Salón de Tokyo 2007 y aunque es fácilmente reconocible como un sucesor del magnífico R34, la evolución es tan dramática que la firma decide apartarlo por completo del nombre Skyline, denominación que pasa a usarse en la versión japonesa del Infiniti G35/G37.

Por cierto, Ghosn a sabiendas que el GT-R era ya un icono en Gran Turismo, decidió colaborar con Polyphony Digital, para diseñar la nueva pantalla multifunción del R35. El éxito fue tal, que Nissan le regaló un GT-R R35 a Kazunori Yamauchi, creador de la popular zaga.

Al inicio, sus cartas de presentación eran un motor V6 biturbo de 3.8 litros VR38DETT ( que distribuía sus 479 Hp y 434 lb-pie de torque a las cuatro ruedas a través de un ATTESA E-TS de nueva generación, así como a una transmisión de doble embrague de seis relaciones. Este mix técnico, le permitía alcanzar los primeros 100 km/h desde cero, en apenas 3.8 segundos (usando la función Launch Control) y lograr una máxima de 313 km/h.

Más furioso que nunca, nuevamente Nissan se puso como meta derrotar a Porsche en Nürburgring y como era de esperar, lo lograron con un tiempo de vuelta de 7:38 minutos frente a los 7:40 del 911 Turbo (997). Autos como el Lexus LFA, Ferrari 430 Scuderia, Mercedes-Benz SLR McLaren, e incluso el propio Bugatti Veyron 16.4, también mordieron el polvo.

Desde entonces, Porsche y Nissan se involucraron en una guerra de tiempos, que terminó derivando en una serie de mejoras que en 2015 redundaron en una vuelta de 7:08.679 marcada por el GT-R Nismo.

Hablando de evolución, en 2010, el R35 sufre su primera actualización importante que lo llevó a elevar su potencia hasta los 523 caballos, después en 2012 se llega a los 542 Hp, mientras que en 2014 se presenta la versión Nismo (591 Hp). La última gran mejora llega en 2016, cuando el VR38DETT se estira hasta los 562 caballos de fuerza.

Pero la historia del R35 no culmina aquí, ya que, a más de 10 años de estar presente en el mercado global, en el marco del Salón de Nueva York 2019, Nissan presentó el GT-R 50th Anniversary, que como su nombre indica, nace para celebrar cinco décadas de la rica historia que, precisamente, acabas de leer y que de la que al parecer, todavía le queda mucho que contar, ya que según se dice, el próximo R36, podría estar a la vuelta de esquina… ¡Larga vida al deportivo más emblemático de Japón, larga vida a Godzilla!

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