Las preferencias de los compradores de automóviles están cambiando dramáticamente en todo el mundo, y México no es la excepción. Todos quieren una SUV, y en verdad me refiero a todos, o por lo menos eso dicen las cifras que ya no solo nos dejan ver mes a mes como disminuyen las ventas de las clásicas configuraciones de carrocería como hatchback y coupé, que ahora prácticamente son de nicho, sino también de los sedanes, que al parecer se enfrentan también a una potencial extinción.
Para muestra, recientemente Ford anunció que en los próximos años aniquilará absolutamente todos los autos de su gama en los Estados Unidos, solamente sobrevivirán; el Mustang y una variante camionetosa del Focus que llevará el apellido Active. Esto quiere decir que: Fusion, Fiesta, Focus y Taurus pasarán a mejor vida en el que hoy, es el segundo mercado más grande del mundo. Una decisión extremadamente radical en mi opinión, pero que deja muy claro mi punto.
BMW en particular es un fabricante cuya reputación en buena, está cimentada en sus autos, con lo cual dicha tendencia debiera ser, por lo menos, inquietante. Sin embargo, la casa bávara lejos de resignarse como Ford a dejar morir a los hatchbacks, sedanes, coupés o la combinación de ambos, los sigue perfeccionando, y para muestra, el último Serie 5 que es un sedán simplemente, excepcional.
Al mismo tiempo, BMW ha venido desarrollando una gama cada vez más robusta y refinada de SUVs, un ejemplo de ello es la más reciente X3 2018, un producto impresionantemente bien ejecutado ya sea desde cualquier perspectiva; funcionalidad, materiales, acabados y un manejo que no solo la posiciona bien por encima de sus rivales de Audi y Mercedes-Benz, Q5 y GLC respectivamente, sino que la coloca prácticamente a la par de la impecable Porsche Macan. Sin olvidarnos de X5, X6, X4, X1 y próximamente, el buque insignia X7.
Lo anterior sirve como preámbulo para entrar en materia de la más reciente SUV de BMW, la X2, que comparte plataforma con X1, Serie 2 Active Tourer y prácticamente toda la familia MINI, es decir, la tracción es delantera, aunque en otros mercados hay opción AWD.
Precio: BMW X2 sDrive20iA M Sport X - $659,900 pesos (versión probada $850,000 pesos aprox)
Ligeramente egoísta
La BMW X2 presume un diseño agresivo y dinámico, con proporciones que recuerdan más a un shooting brake o a un hatchback que a una SUV, cuenta con elementos de diseño que aportan frescura, como los emblemas de la marca montados en los costados, a la altura del Poste C y que son un homenaje a icónicos coupés de antaño como el 3.0 CSL. La parrilla de doble riñón no podía faltar, y fiel a lo que nos acostumbra la marca en sus entregas más recientes, es enorme.
Por su parte, el interior es típicamente BMW, con muchos botones y esa gran pantalla flotante en la parte central del tablero que de serie es de 6.5” y de manera opcional puede ser de 8.8”, que créeme, vale la pena. Al igual que el resto de la gama, se controla mediante el iDrive y gracias a la nueva interfaz de bloques es sumamente fácil de entender y operar.
En general, la calidad de materiales y ensamble están muy bien, a la altura de lo que debe ser un vehículo premium, con algunos detalles que la hacen ver fresca y juvenil, como la iluminación de LED que se va por debajo de la moldura central del tablero y continúa en las puertas. Asimismo, la consola central tiene una clara orientación hacia el conductor, ya que el diseño excluye un poco al copiloto de los botones y mandos que están ubicados en la consola central.
Es importante destacar que en general hay pocos espacios para guardar objetos y además son pequeños, la cabina es poco práctica, un aspecto que denota la orientación más personal que tiene la X2. De cualquier manera, lo anterior no significa que se hayan hecho sacrificios en materia de espacio para los ocupantes, ya que el espacio está muy bien aprovechado y cuatro adultos pueden viajar con comodidad.
Algunos otros elementos como el Head Up Display, quemacocos panorámico o la compatibilidad con Apple Carplay, así como la App de BMW que permite interactuar con el sistema de info – entretenimiento, suman para lograr una atmósfera moderna y agradable.
Deportiva no solo en apariencia
Tras el volante, se nota de inmediato el tradicional enfoque de BMW en el buen manejo, la X2 se conduce muy bien; es noble, bien plantada y predecible, al tiempo que es sumamente ágil, comunicativa y precisa. La dirección es rápida y con buen nivel de retroalimentación, mientras que el ajuste de la suspensión es más bien duro, de orientación más deportiva (incluso en ese apartado, no se siente tan elevada como otras SUVs) que de confort, algo que se agudizaba todavía más en nuestra unidad de prueba ya que montaba los rines de 20” opcionales. Que aunque no lo voy a negar, se ven increíbles, sí hacen un poco ríspida la calidad de marcha y además al llevar neumáticos de perfil tan bajo, se corre el riesgo de reventarlos en el primer bache o coladera destapada del camino, por lo que yo no recomendaría colocarlos.
Mecánicamente solo hay una opción disponible, se trata del motor de 4 cilindros y 2.0 litros turbo que entrega 192 hp y 207 lb-pie de torque, que va asociado a una rapidísima transmisión automática de doble clutch y siete velocidades que encía la potencia al eje delantero, el conjunto responde con mucha contundencia, permitiendo que la X2 se mueva con mucha agilidad y responda con brío. En todo momento se percibe excelente capacidad de aceleración y reservas de potencia para que cualquier recuperación sea cosa de risa. Por si fuera poco, con los frenos M Performance el desempeño es tremendo, el sistema parece completamente resistente a la fatiga y transmite una confianza como de deportivo más serio.
Conclusión
Entendiendo que la demanda de los consumidores por las SUVs obliga a los fabricantes a tratar de llenar cada nicho posible. Sin embargo, una de mis dudas principales antes de manejar la nueva BMW X2 era si la marca habría logrado diferenciarla adecuadamente de su hermana, la X1 y que no fuera simplemente lo mismo, en un empaque ligeramente distinto. Pero la ejecución es muy buena, y la X2 se percibe como un producto mucho más personal y egoísta que su hermana que tiene un enfoque más práctico y familiar al igual que rivales como la Volvo XC40 o Mercedes-Benz GLC.
El manejo es más divertido y comunicativo, al tiempo que la experiencia a bordo es claramente premium y para el que busque en este segmento una SUV de comportamiento deportivo, la elección lógica es la X2. Sin embargo, no dejo de pensar que si lo que se busca es un auto pequeño de orientación deportiva, BMW tiene en mi opinión, una mejor respuesta aun cuando ésta no sea tan de moda, y es el Serie 2.