No es ningún secreto que el segmento de los sedanes está muriendo lentamente, pero no lean esto como una tragedia, que no lo es, ya que aprovechando plataformas y mecánicas los fabricantes de autos han creado un segmento, que se encuentra en un proceso de crecimiento y maduración, que gracias a las preferencias del consumidor en prácticamente en todos los mercados del globo, por ello prácticamente todos los fabricantes que comercializan autos en México tienen una –o varias- opciones dentro de este segmento llamado SUV Compactas, y la CX-5 no es una excepción a esa regla.
El segmento de los sedanes está muriendo lentamente
Hablemos un poco de los orígenes de CX-5, que nace como un vehículo conceptual, el Minagi que le mostraba al mundo en el marco del Salón de Ginebra del 2011 la visión que el fabricante tenía sobre los vehículos compactos, con un claro enfoque a las SUV y los Crossovers. Mazda además de mostrar un vehículo que se veía como un Hatchback alto, mostraba dos de sus conceptos –ahora muy conocidos- llamados Diseño KODO, y las tecnologías SKYACTIV.
La primera generación de la CX-5 nace en 2012, sustituyendo a la CX-7 y fue un éxito rotundo, ya que los consumidores aceptaron de inmediato las formas más reducidas que presentaba su diseño y compraron más de 1.4 millones de unidades en 120 mercados
Hacia finales del 2016, en el marco del Salón de los Angeles, el constructor de Hiroshima devela la nueva generación de el vehículo que le ha dado el 25% de sus ventas totales en el pasado lustro, y aunque ante el ojo no entrenado parecerá un pequeño “lavado de cara” el exterior, y el interior son completamente nuevos, los componentes mecánicos son los mismos que en la generación anterior, y como ya lo comenté líneas arriba todos están bajo el cobijo de la tecnología SKYACTIV.
Características mecánicas
La versión de prueba es la de tope de gama, la única en montar la motorización 2.5 litros SKYACTIV G, que entrega 188 hp en el rango de las 5,700 rpm. La fuerza de torque ronda las 185 lb-pie a 3,250 revoluciones, la transmisión es automática (tradicional con convertidor de torque) de seis cambios, con opción a cambios manuales. El esquema de suspensión es el conocido y confiable McPherson en el eje delantero, y multibrazo en el eje trasero, la tracción es delantera y los frenos son de disco en la cuatro esquinas, dotados de ABS y con control de tracción. Las dimensiones: Largo 4,550 mm, Alto 1,675 mm, Ancho 2,116 (Con espejos) Dist entre ejes: 2,698 y son un poco menores a la del modelo que sustituye. En cuanto al rubro de la seguridad pasiva y activa cuenta con seis bolsas de aire, y con controles de tracción y estabilidad además de un sistema vectorial de asistencia en curvas que se agradece en vehículos altos
Confort
Una de las cartas fuertes es el interior dotado de materiales de primera calidad, una combinación de plásticos de excelente factura, nos hacen sentir que estamos en un vehículo de un segmento más arriba de el que en realidad pertenece la CX-5, todos los materiales se ven y se sienten Premium, y salvo algunos "peros" de conectividad que más adelante expondremos. Las tapicerías son de piel y tienen un pespunte de color que le dan una mejor apariencia, el material del toldo, y las alfombras se notan resistentes y aguantarán el paso del tiempo, los paneles de las puertas tienen la misma textura que el tablero, un buen punto para la marca. El detalle que no nos convenció , que pese a ser la tope de gama no incorpora el “Head Up Display”.
El sistema de infoentretenimiento tiene muchos pros, por ejemplo la pantalla de 7 pulgadas en el tablero, de accionamiento táctil, que sumado al control el control HMI nos hace más fácil las búsquedas en los diversos menús disponibles. Hay algunos contras también siendo el más notorio la incompatibilidad con sistemas Android Auto o CarPlay. El sistema de audio está firmado pro BOSE y tiene 10 bocinas, además de un subwoofer localizado en la llanta de refacción, la calidad de audio es inmejorable, ofrece conectividad vía Bluetooth, o por puerto USB. La versión de prueba si cuenta con cartografía para el navegador, es decir no hay que pagar un extra para obtenerla como en el caso de los demás modelos de la marca.
Manejo
Mazda siempre se ha enfocado en el manejo de sus modelos, desde siempre ha utilizado el tema de la diversión tras el volante como estandarte, dándole un mensaje claro a la gente de que sus coches son divertidos, y en este caso la CX-5 no nos defrauda.
Si bien un vehículo de estas características no ofrece toneladas de emoción que si nos ofrece por ejemplo el MX-5, que pese a no ser tan poderoso, es sumamente divertido de manejar. La CX-5 está netamente orientada al confort de sus ocupantes, y una de las cosas más notables si comparamos esta nueva generación con la pasada, es precisamente el aislamiento del rodamiento una de las mayores virtudes del modelo 2018. La aceleración es constante y pareja, el trabajo de la caja es silencioso y no hay sobresaltos entre cambio y cambio, la comunicación de la suspensión es total con el conductor, pero la calidad de marcha es suave y aísla bien en caminos en no óptimas condiciones, y si el asfalto no está rugoso, la calidad de marcha es sumamente silenciosa y resalta la buena calidad de ensamble en general.
Gracias al sistema de control vectorial el aplomo en las curvas es muy bueno, incluso si se llega un poco pasado a ellas, si bien hay una clara tendencia subviradora si se exige demasiado, en caso extremo dicho control nos ayudará a minimizar el error de manejo, los frenos están completamente a la altura y los consumos fueron los esperados, pero por debajo de los 15 km por litro que ofrece el fabricante.
Conclusión
Con la CX-5 Mazda tiene una carta fuerte, pero no podemos olvidarnos de los competidores como Honda con la CR-V 2017, de reciente develación y que es la líder del segmento, sin dejar atrás tampoco a la X-Trail de Nissan, que tiene una buena aceptación en nuestro mercado, y que las condiciones mecánicas son bastante parecidas a las del modelo proveniente de Hiroshima, también hay ofertas de los competidores de Corea. La decisión no es fácil, aunque yo veo mucho más varonil la apuesta de Mazda, que las de sus competidores.