Antecedentes
Con la intención de revivir glorias pasadas, Citroën anunció en 2009 el nacimiento de un nuevo modelo denominado DS3, cuya misión era la de competir el segmento premium de autos pequeños, un mercado dominado por MINI.
Evidentemente la firma gala eligió las siglas DS, evocando toda la tradición e historia del que para muchos, es el automóvil más bello jamás diseñado, el Citroën DS de los cincuentas.
Luego del debut del DS3 y con el paso de los años, llegaron más modelos, sin embargo Grupo PSA está consciente de la importancia que juegan las marcas premium en términos de rentabilidad en la escena mundial, basta revisar las cifras de ganancias que desde hace años reportan Audi, BMW o Mercedes-Benz. Lo anterior trajo como resultado que en junio de 2014 Grupo PSA anunciara la separación de DS como marca premium independiente de Citroën, lo que para beneplácito de los entusiastas, significaba el nacimiento de una marca de lujo netamente francesa.
La intención de Grupo PSA con DS es competir frontalmente con la triada alemana Audi, BMW y Mercedes-Benz, sin olvidarnos de Alfa Romeo o las niponas Infiniti y Acura. Para lograrlo de manera exitosa, DS está preparando una gran ofensiva de producto de aquí a 2020, en donde planea debutar al menos 7 vehículos completamente nuevos.
Sin embargo, de momento se tiene que conformar con tratar de reposicionar los modelos otrora conocidos como Citroën DS, una tarea nada fácil, aunque si consideramos que los retoques estéticos como nuevas parrillas, fascias y grupos ópticos, así como una que otra adición en equipamiento también significan mejoras en calidad y mecánica, la cosa por lo menos no parece misión imposible.
Tuvimos oportunidad de conducir el buque insignia de DS, el DS5 (que se posiciona justo contra A4, Serie 3 y Clase C) y que ofrece un diseño verdaderamente especial, ya que mezcla características de los hatchback y las shooting brake, dando como resultado una apariencia única que definitivamente no encontraremos en ninguna propuesta teutona.
Características técnicas y mecánicas
Como lo adelantábamos, el nuevo DS5 no es otra cosa que el viejo Citroën DS5, lo que nos indica que no ha utilizado aún la nueva plataforma modular del Grupo PSA. Por lo mismo, no es grande de tamaño, pese a sus ambiciones de posicionamiento, pero sí muestra una construcción bastante ligera, con 1,615 kilos de peso.
El DS5 mide 4,530 mm de largo, lejos de las medidas de un A4 y más cercano a un Serie 3. Tampoco es muy ancho, con 1,871 mm, y es definitivamente bajo con sus 1,505 mm, gracias a lo cual consigue una silueta alargada y acuñada.
El diseño incorpora el nuevo frontal dela marca denominado DS WINGS, una gran parrilla verticalizada, con ascias más definidas y con los grupos ópticos integrados, que en conjunto dan la idea de unas alas extendidas. Los faros son nuevos, denominados DS LED Vision, que combinan tecnología LED con luces de xenón, y luces de niebla direccionales.
Bajo el cofre se ofrece la última tecnología de PSA: el motor BlueHDI 180, un turbodiésel de cuatro cilindros y dos litros, que eroga 180 caballos de fuerza y 236 lb-pie de par a 2,000 rpm, y que está asociado a una caja automática de seis velocidades.
El DS5 anuncia cifras de consumo de 17.9 km/litro en ciudad y 22.6 km/litro en carretera, muy respetables para un modelo de estas características y que en definitiva no estamos acostumbrados a ver dado que no existen modelos diésel de este segmento en México.
Confort
La habitabilidad nunca ha sido una fortaleza de este modelo, que privilegia el diseño sobre la función. Si bien las plazas delanteras son óptimas para cualquier persona y la cajuela ofrece 468 litros de capacidad, es en las plazas traseras donde se hacen bastantes sacrificios; primero, porque el acceso ya es limitado debido a que la baja altura del techo obliga a agacharse demasiado; segundo, porque no hay mucho lugar para la cabeza o piernas; y finalmente, porque sólo caben dos pasajeros cómodos, y un tercero realmente mal. Ahora, niños… ellos caben en todas partes.
El interior cuenta con un diseño futurista, inspirado en la industria aeroespacial con formas dramáticas en tablero, consola e incluso la forma de los botones, como en los mandos puestos en el techo, que además dividen el quemacocos de pasajero y acompañante, creando una experiencia muy distinta. Eso sí, no es fácil acostumbrarse a ciertas posiciones de mandos, por ejemplo el de los vidrios eléctricos que están colocados en la consola central.
Al centro del tablero luce la nueva pantalla táctil de 7”, con un sistema de info-entretenimiento compatible con Apple CarPlay y Android (a través de Mirror Link). Si bien tiene buen tamaño, está tan encajonada que termina luciendo muy pequeña.
Lo mismo pasa con el cluster de instrumentos, que al estar divididos en tres cajas no lucen tan tecnológicos como demanda el segmento.
En cuanto a calidad percibida, el DS5 ofrece materiales de primera y acabados elegantes. Sin embargo, no crea de manera exitosa la atmósfera de auto premium. Obviamente que está menos logrado que un Mercedes-Benz o un Audi y más a un BMW, que realmente jamás se ha preocupado mucho de este tema.
Si nos vamos al equipamiento, el DS5 ofrece mucho de todo, igualando a sus competidores en sus versiones más altas. Incorpora seis bolsas de aire, frenos de disco en la cuatro ruedas con ABS y EBD, controles de tracción y estabilidad, sensor de punto ciego, aviso de cambio de carril, luces automáticas, sensor de lluvia, sistema keyless con botón de encendido, llantas de 18'', cámara y sensor de retroceso, navegador GPS, asientos eléctricos y tapizados en cuero, techo panorámico dividido en tres, todos con cortinilla eléctrica y climatizador automático bizona.
Manejo
El DS5 se conduce tan bien como casi cualquier vehículo del Grupo PSA. Tiene un sólido aplomo tanto en curvas como en rectas, sin movimientos extraños o pérdidas de balanceo. La dirección ofrece un buen tacto y una rápida reacción a los movimientos del volante. La suspensión mezcla acertadamente confort y firmeza, ofreciendo un buen balance dependiendo del uso. Y en general se siente un auto sólido, firme, bien plantado.
El motor BlueHDI 180, sin embargo, nos deja con un sabor azúcar - amargo. Si bien entrega una buena dosis potencia, y el turbolag inicial es casi imperceptible, no parece empujar con tanta decisión cuando se pisa el acelerador a fondo.
La transmisión tampoco ayuda mucho en esta materia, ya que si bien es suave y ofrece pasos de marcha muy suaves, no es tan rápida como la de doble embrague de Audi o la de ocho cambios de BMW.
Pero también hay que tener bien claro que el DS5 no es un vehículo de altas prestaciones sino más bien de confort, y en este apartado vaya que lo hace bastante bien. Es cómodo, responde bien a lo que pide el conductor, y ofrece una experiencia bastante refinada.
Conclusión
El DS5 sería una muy buena opción para quienes busquen un diseño especial, algo extravagante y muy original, una propuesta francesa en la arena de las marcas de lujo. Pese a su tamaño, es un auto más bien personal, cómodo adelante, con un buen nivel de equipamiento y un motor que privilegia los consumos por sobre las prestaciones.
La duda es, qué tan premium es DS como para competir con marcas consolidadas como Audi, BMW y Mercedes-Benz. Desde mi punto de vista, todavía se encuentra un par de escalones atrás, aunque el futuro luego de ver sus propuestas conceptuales parece promisorio.