Antecedentes
La marca Mazda es una de esas que ha sabido entender lo que un conductor desea de sus autos, hace tiempo empezó con un slogan que definía el espíritu de la marca como el zoom zoom, nadie lo pudo traducir, pero todos lo entendimos perfectamente.
Vayamos un poco a la historia de la marca que se funda en 1920 en Hiroshima Japón –seguramente estarán planeando una celebración espectacular para conmemorar un siglo de vida. El origen del nombre Mazda significa Sabiduría en idioma persa antiguo.
La marca estuvo asociada con Ford de 1979 al 2010, y precisamente la CX-9 es fruto de esa sociedad.
La primera generación de CX-9 se develó en el 2006, el mismo año que la marca debutó en México. Esa CX-9 estaba construida sobre la plataforma compartida con Ford denominada CD3.
La segunda generación que es la que ahora nos ocupa se develó en el marco del Salón de Los Angeles 2015, y gracias a la filosofía de reducción de peso que ha desarrollado Mazda en estos últimos años, la plataforma de la nueva generación de la CX-9 redujo 120 kilos de peso. Hoy encontramos terminología que Mazda ha utilizado en todos sus modelos, y huelga comentar que el último que le faltaba por renovar era precisamente la CX-9, y me refiero a palabras que ahora ya son familiares, tales como: Kodo, Jinba Ittai, i-Activesense ó i-Active AWD.
Características Técnicas y Mecánicas
El propulsor es de cuatro cilindros de 2.5 litros de desplazamiento y con inyección directa, con la tecnología SkyActiv dotado de un ingenioso artilugio al que Mazda denomina Dynamic Pressure Turbo, que mediante un control de válvulas puede modificar la cantidad de gases de escape que ingresan a la turbina. Entrega 250 hp en el rango de las 5,000 revoluciones y genera una fuerza de torque de 310 lb-pie en el rango de las 2,000 vueltas. La transmisión es automática de seis cambios y la tracción es integral.
Las dimensiones son generosas: Largo: 5,075 mm. Ancho: 2,207 mm, Alto 1,747 mm, Distancia entre ejes: 2,928 mm.
En el apartado de seguridad cumple completamente con un vehículo de su nivel y precio, ya que ofrece bolsas de aire frontales, laterales y de cortina, además de frenos ABS, controles de estabilidad y tracción, además de los sensores de punto ciego y cámara de reversa
Da cabida a siete pasajeros, cinco van muy cómodos y los de la última fila no tanto.
Confort
Los interiores nos remiten inmediatamente a un vehículo de lujo, recordemos que para tener una CX-9 en tu cochera necesitas pagar 650 mil pesos.
Las tapicerías son de piel, y la combinación de materiales es de óptima calidad, cuenta con tres filas de asientos, o lo que es lo mismo, da cabida a siete pasajeros, cinco van muy cómodos y los de la última fila no tanto.
Hay casi todas las amenidades esperadas, cuenta con el sistema Mazda Connect, que ofrece protocolos alámbricos de conexión, léase USB o Aux, y también los inalámbricos como es el Bluetooth, que nos permite manipular un SmartPhone para hacer llamadas, o reproducir librerías de música almacenadas en él, el sistema de audio está firmado por Bose y tiene 12 bocinas.
Un punto criticable, es que no ofrece ningún tipo de interacción con los sistemas Car Play de Apple, o Android Auto
Un punto criticable, es que no ofrece ningún tipo de interacción con los sistemas Car Play de Apple, o Android Auto, ni tiene tampoco la facilidad de ofrecer la funcionalidad que hoy todos quieren y que se llama Mirror Link, cabe mencionar que en un distribuidor Mazda de la CdMx un vendedor nos comentó que estaba disponible un sistema con Mirror Link mediante el pago de 8 mil pesos extras.
Un detalle que se agradece es el portón trasero eléctrico, y el acceso y arranque sin necesidad de sacar el “transponder” del bolsillo
En verdad se puede manejar como un deportivo
Manejo
Sin dudas el zoom zoom de Mazda está presente en el manejo, y pese a que la CX9 es un pequeño leviatán de casi 1,700 kilos, no nos defrauda, la aceleración es constante y pareja, y si programamos la opción Sport, la respuesta es mejor, la dirección, pese a ser eléctrica, no se siente artificial, y aunque es larga y ancha, las reacciones son bastante ágiles.
Tiene un selector de manejo, en donde podemos elegir dos modos el “Normal” que está por “default” cuando se arranca el vehículo, o el “Sport” que nos brinda un acelerador más sensible, y los regímenes de revoluciones entre los cambios de la transmisión se hacen en un rango más alto. En verdad se puede manejar como un deportivo, pese a su enorme masa, no rola significativamente en las curvas, aunque se abuse de ella, y si hay alguna pérdida de adherencia el sistema AWD funciona correcta y silenciosamente, solamente la luz indicadora del control de tracción nos avisa que estamos cometiendo una imprudencia con un rápido parpadeo.
La sensación Premium además de que está presente en las formas, el diseño o en los interiores, la calidad de marcha –y el silencio del rodamiento- nos confirman que Mazda quiere competir con las alemanas, ya que a las estadounidenses las rebasó por la derecha.
Conclusión
Un producto interesante, bien construido y con una personalidad fuerte y un gran diseño, el precio no es bajo, pero lo que se paga se nota en prácticamente todos los detalles, quizá me queda a deber un skyview y una mayor conectividad para acrecentar la experiencia Premium.