Antecedentes
Si bien la Iron 883 no luce exactamente como la que tenemos el día de hoy con nosotros, sí es la misma moto y es también una de las más buscadas por los entusiastas de la marca pues hasta antes de la introducción de la Street 750, funcionaba como modelo de entrada.
Ésta fue severamente modificada con accesorios disponibles para este nuevo modelo 2016 para darle una apariencia mucho más agresiva. Encontramos rines, manillar, posapiés adelantados, tapas del motor, bocinas con entrada auxiliar, pinzas de freno en rojo y con ABS, tapa del tanque, escapes Screamin’ Eagle, cables de bujía, filtro de aire Screamin’ Eagle, velocímetro digital, spoiler frontal, radiador de aceite, puños y faro de LED Daymaker que por supuesto tienen un costo extra. De hecho, para dejarla como la vemos aquí se necesitaron 66 accesorios en total y más de $170,000 pesos extras.
Hablando de los cambios de este modelo 2016 respecto a su antecesor, encontramos nueva suspensión frontal, rines de 10 rayos más ligeros que no se muestran aquí, escapes, asiento más confortable, luces traseras, diseño de los gráficos en el tanque, frenos más grandes y potentes filtro de aire redondo y suspensión trasera con ajuste de precarga.
Características técnicas y mecánicas
El motor de la Iron permanece intacto, encontramos el clásico dos cilindros en V colocados a 45 grados de 883 centímetros cúbicos enfriado por aire que produce cerca de 53 caballos de fuerza y 54 Lb-pie de torque llamado por la marca simplemente como Evolution. Éste se encuentra acoplado a una transmisión tradicional de pedal de cinco relaciones que realiza la entrega final mediante una banda dentada.
Encontramos frenos de disco en ambas ruedas y en el caso de la unidad probada, también estaba equipada con el sistema ABS opcional. La suspensión delantera es una horquilla telescópica mientras que la trasera es un brazo basculante con doble amortiguador.
Confort
La posición de manejo original es mucho más erguida que la que encontramos en esta moto específicamente, donde se le cambió el manillar por uno más bajo y los cambios y posa pies se adelantaron lo más posible para quedar a la altura de donde termina el cuadro en la parte baja. El resultado, hay que decirlo, luce muy bien pero en la práctica se vuelve muy incómodo pues las piernas quedan completamente estiradas, al igual que los brazos y el cuello muy forzado.
El nuevo asiento es muy cómodo, además cuenta con una forma como de cuña en la parte trasera que ayuda al soporte lumbar.
Algo que sí debes considerar adquirir es la llave de presencia. Simplemente se porta en tu bolsa, te subes a la moto y arrancas, así de sencillo. Para apagarla, aprietas el switch para cortar la corriente, pones la pata lateral, te bajas y está completamente desactivada hasta que te vuelvas a montar en ella. Definitivamente algo súper práctico y que recomendamos mucho.
Otros extras que encontramos muy útiles son el enfriador de aceite que se coloca del lado izquierdo y que ayuda enormemente a bajar la temperatura del motor tanto en el tráfico como cuando rodamos y el faro de LED que ilumina mucho mejor que el de halógeno.
Manejo
La respuesta del motor es gratificante, con apenas tocar el acelerador, la moto responde inmediatamente gracias al impresionante torque que caracteriza a los productos de la marca de Milwaukee. Por supuesto viene acompañado de un grueso bramido del motor que en el caso de la unidad que probamos es todavía más impresionante gracias al equipamiento Screamin’ Eagle que consta de filtro de aire, cables de bujía y escapes. No se necesita revolucionar mucho el motor para experimentar la aceleración pero si lo deseas, puedes realizar los cambios hasta las 6,500 revoluciones por minuto, haciendo todavía más ruido.
La transmisión se siente completamente mecánica, en todo momento se percibe cómo entran cada una de las relaciones y aunque el clutch es bastante pesado de accionar, queda muy bien con el resto de la moto que se siente sólida y bien construida. Esto es algo que hay que aplaudirle a Harley-Davidson pues logra que todos sus productos tengan la misma sensación de calidad inmaculada de materiales y ensamble desde las grandes Ultra hasta las más pequeñas como es el caso de esta Iron 883.
La relación de la caja es muy larga, al principio pareciera que cinco velocidades le quedarían cortas, pero la realidad es que rara vez se utiliza la quinta en ciudad y en carretera funciona meramente para reducir las revoluciones a velocidades crucero.
El sistema de frenos de esta nueva generación se siente muy eficiente y gracias al ABS opcional por $11,900 pesos inspira todavía más confianza a bloquear alguna rueda.
Hablando de la suspensión, la marca presume que gracias a los cambios es mucho más confortable. Aquí nosotros diferimos. Ok, tal vez sea más cómoda que modelos anteriores pero de todos modos hay que cuidar mucho las superficies disparejas y todavía más con estos rines opcionales que por lo menos el de adelante crece de diámetro a 21 pulgadas en lugar de las 19 del rin de serie, el de atrás se mantiene en 16 pulgadas.
La Iron 883 se siente bastante más ágil de lo que pensamos, cambia de dirección fácilmente y aunque no alcanza grados de inclinación espectaculares, sí es suficientemente divertida para una zona de curvas.
Los mandos se sienten súper ergonómicos, ahora en este modelo encontramos por ejemplo las direccionales divididas, esto es que del lado derecho tenemos un interruptor para indicar cuando daremos vuelta a la derecha y otro más del lado izquierdo para girar en sentido contrario. Toma tiempo acostumbrarse pero resulta muy cómodo ya que lo haces. Todos los switches se sienten robustos y están al alcance de la mano en posición de manejo, inclusive los controles de las bocinas extras quedan muy bien.
El cuadro de instrumentos es muy sencillo, hasta en este que es opcional. Encontramos el tacómetro análogo y una pequeña pantalla LCD donde se muestra el odómetro, dos viajes reiniciables y un indicador de la marcha engranada, nada más.
Por supuesto que la vibración no podía faltar, finalmente se trata de una Harley y es parte del manejo, pero en el caso de nuestra Iron 883 a prueba, se le pusieron estos puños metálicos y posapiés que se ven espectaculares, pero que no tienen gomas. Esto provoca que las vibraciones se transmitan mucho más, a tal grado que a ciertas revoluciones por minuto las botas empiezan a deslizarse, quitándote sensación de seguridad en el manejo.
Conclusión
Harley-Davidson ha hecho una gran labor por mejorar sus productos y llevarlos a la era moderna pero preservando la esencia que los caracteriza. El resultado son motos con mejor tecnología y que no dejan de sentirse como clásicas, esto es lo que creemos que es clave de su éxito. La Iron 883 sin duda ha avanzado mucho en esta generación, solamente nosotros la mantendríamos más sencilla que esta que tenemos aquí. Esto es una gran ventaja de la marca Harley pues si hay algo que no te gusta, fácilmente lo puedes cambiar y hay tantas opciones que seguramente encontrarás algo que se adapte a tu gusto.
Probamos la Harley-Davidson Iron 883 2016 a fondo