La seguridad en la Fórmula 1 siempre ha sido un tema de preocupación para la Federación Internacional del Automóvil. Por eso no extraña que haya decidido, de una vez por todas, avanzar con la idea de proteger la cabeza de los pilotos. Tras presentar a los equipos de la Máxima tres posibles soluciones, (una cabina tipo caza de combate, un protector con tubos y el que ilustra la nota) la FIA optó por utilizar el denominado Halo que presentó el equipo Mercedes hace unos meses. El sistema, como se dijo oportunamente, será utilizado a partir de la temporada 2017.
El sistema está basado en dos postes que salen de la parte posterior del habitáculo, sobre los hombros del conductor, y que se unen en la parte delantera, justo por encima del campo de visión. Desde allí, otro poste sale hacia abajo para unirse a la cabina y reforzar la parte central.
La decisión fue bien tomada por la Asociación de Pilotos de Grandes Premios (GPDA, por sus siglas en inglés) que preside del austríaco Alexander Wurz. “Este cambio obligará a retoques estructurales en el chasis, pero con un año de tiempo no hay problema técnico”, aseguró el ex piloto de Benetton, McLaren y Williams.
“La seguridad nunca está de más y ya existe una tecnología que se podría adaptar, lo vemos en el Mundial de Resistencia y no creo que se pierda el ADN del deporte por ello, ni se perdería el de la Fórmula 1”, agregó el español Fernando Alonso.
No obstante, no todos están de acuerdo con esta medida. Como por ejemplo el alemán Nico Hulkenberg (Force India). “El riesgo forma parte de la Fórmula 1. Los monoplazas deberían seguir como están para no esterilizar la F-1.
No se pueden excluir todos los riesgos y no debería ser así tampoco, si no estaríamos perdiendo un cierto estímulo. Siempre se corre con un cierto riesgo, pero eso genera también un cosquilleo particular”, explicó.
El debate para incluir una mayor protección en las cabinas abiertas de los pilotos cobró especial fuerza tras el accidente sufrido por el francés Jules Bianchi en octubre del 2014 durante el Gran Premio de Japón, se estrelló bajo una grúa que retiraba a otro vehículo accidentado. Bianchi falleció meses después por las graves lesiones cerebrales.