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Manejamos la Hyundai Tucson 2016

Comodidad, diseño y buen valor son sus armas contra las japonesas

Manejamos la Hyundai Tucson 2016

Antecedentes

La firma coreana Hyundai renueva uno de sus productos clave, se trata del SUV compacto que a partir de ahora se comercializará bajo el nombre de Tucson y que reemplaza al que a la llegada de la marca se posicionara como ix35, algo que en definitiva no tiene nada contentos a aquellos que adquirieron uno.

Se trata de la tercera generación del Tucson, modelo que se presentó en 2004 y del cual se han comercializado 4 millones de unidades. La Tucson 2016 emplea el atractivo lenguaje de diseño denominado Fluidic Sclupture 2.0, que es comandado por esta inmensa parrilla hexagonal muy al estilo Audi. Asimismo, es más grande en todas las cotas, por lo que ahora se ubica como un competidor frontal de populares productos como Nissan X-Trail, Honda CR-V y Mazda CX-5 por mencionar algunos.

Características técnicas y mecánicas

Para México, la Hyundai Tucson 2016 llega con un motor 2.0 litros de 155 hp y 143 lb-pie de torque que se acopla a una transmisión automática de 6 velocidades con modo manual y que envía la potencia al eje frontal, cabe destacar que no llegan variantes con tracción a las cuatro ruedas.

Por su parte, la suspensión es de geometría McPherson para el eje delantero y Multilink para el posterior.

En materia de seguridad, encontramos 6 bolsas de aire, ABS, ESP y cámara de reversa para todas las versiones. Es importante destacar que este renovado SUV coreano ha obtenido 5 estrellas en las pruebas de impacto tanto de Euro NCAP como de NHTSA y Top Safety Pick del IIHS.

Confort

Puertas adentro encontramos un habitáculo que presume buena calidad de materiales y ensamble, si lo comparamos con el agresivo diseño exterior lo podemos hasta de conservador, sin embargo resulta bastante ergonómico, la versión probada es la Limited cuyo precio es de $370,900 pesos y que se ubica un escalón antes de la tope de gama.

Destaca la pantalla táctil de 8” al centro del tablero que nos permite controlar el sistema de sonido y el teléfono móvil que se enlaza vía bluetooth, es notable la ausencia de navegador. Asimismo, el volante es multifunción, mientras que el climatizador es bizona y cuenta con salidas de aire para los pasajeros posteriores.

Adicionalmente tenemos acceso y arranque mediante llave inteligente, una pantalla monocromática de 3.5 pulgadas ubicada en la parte central del cluster de instrumentos y que despliega información relativa a la computadora de viaje, asientos forrados en piel, etc.

La variante más equipada, denominada Limited Tech agrega elementos como: techo panorámico, freno de mano eléctrico, pantalla del cluster de instrumentos a color y de 4.2 pulgadas, rines más grandes, sensor de punto ciego y cajuela con apertura eléctrica.

Un aspecto que es importante señalar es la comodidad y buen espacio interior que ofrece la Tucson tanto a los pasajeros delanteros como los de la banca posterior, excluyendo a la plaza central que queda algo justa si se trata de acomodar un adulto.

Manejo

Quizá este tema del manejo fue una de las pocas áreas de oportunidad que le pudimos encontrar a la Hyundai Tucson 2016, y es que por un lado tenemos que la dirección de asistencia eléctrica retroalimenta poco de lo que sucede en las ruedas. Esto de ninguna manera quiere decir que no obedezca nuestras instrucciones de manera rápida y precisa al momento de girar el volante, pero de alguna manera deja una sensación de no nos enteramos en el volante de lo que está ocurriendo con los neumáticos. La suspensión por su parte, tiene un ajuste algo firme y se percibe muy robusta, algo muy apropiado para los caminos.

Por su lado, el 2.0 litros aunque entrega suficiente potencia para el manejo en ciudad, se queda algo corto al momento de transitar por pendientes pronunciadas, incorporaciones a vías rápidas y trayectos en carretera. Es cierto que contamos un botón con la leyenda “Drive Mode” que nos permite activar un modo de manejo Sport en el que los cambios se efectúan a mayor régimen de giro y que el motor responde con mayor rapidez a las instrucciones del pedal de acelerador,  y es la realidad que se siente mejora, pero es marginal, por lo que con frecuencia nos topamos con situaciones en las que la Tucson se sentía pesada, aun cuando pesa unos 90 kilos menos que la CR-V.

Lo anterior también impacta al consumo en ciudad, ya que al demandar con frecuencia que el motor gire por arriba de las 4 mil vueltas, el rendimiento no es tan bueno como podría ser en carretera, en donde podemos tomar ritmos alegres sin exigir demasiado gracias a relación de la sexta marcha de la caja.

Y ya que hablamos de la caja, hay que destacar la suavidad con la que se efectúan los cambios, prácticamente imperceptibles, lo que aunado a las nulas vibraciones y ruido del motor, permiten trayectos confortables y silenciosos.

Al transitar por caminos sinuosos, la Tucson presenta un comportamiento bastante neutral y predecible, con una tendencia naturalmente subvirante, el agarre es bastante bueno gracias a la geometría de suspensiones y como ya habíamos mencionado anteriormente al ajuste habíamos algo firme.

Por último, el pedal de freno es firme y transmite mucha confianza, algo que siempre se agradece.

Conclusión

La nueva Hyundai Tucson es un producto innegablemente atractivo y bien logrado, que además cuenta con una relación valor – precio bastante interesante. Creemos que justamente esta versión que estamos probando, la Limited es la mejor compra de dentro de la gama, ya que ofrece un excelente balance entre precio y equipamiento.

Su punto débil definitivamente es la falta de algunos caballos de potencia, aspecto en el que ciertamente es inferior a sus rivales frontales. Aun con lo anterior y en virtud de su atractivo diseño exterior, elevado nivel de equipamiento de conveniencia y seguridad, así como buena calidad de materiales debiera convertirse en un éxito rotundo.

 

Hyundai Tucson 2016 a prueba

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