Que la automatización ya prácticamente reemplazó las tareas manuales en las fábricas no es ninguna novedad, al punto que actualmente existen instancias completas de la cadena de producción donde no hay ninguna presencia humana. Pero no todo es robots desplazando humanos de su trabajo, también hay casos de sinergia y colaboración como el que sucede en esta fábrica de Ford en Alemania.
Allí, Dietmar Brauner es un veterano operario que ha visto disminuida su movilidad de hombro y muñeca por un problema de salud. Debido a esto no podía realizar su trabajo con plenitud, pero todo cambió con la llegada de un pequeño brazo robótico que lo asiste en las tareas.
Bautizado por él mismo como “Robbie the Cobot” este brazo robótico de la marca KUKA (una empresa que prácticamente está presente en todas las plantas automotrices que tienen robots) ayuda a su compañero humano en el ensamblaje de motores. Brauner coloca dos cubiertas en un soporte, luego le indica a Robbie que las levante y las presione firmemente en su lugar. Eso permite que el humano intervenga y atornille las cubiertas en su lugar y las mueva a lo largo de la línea.
Que en una fábrica coexistan robots y humanos no parece una novedad, sin embargo la cuestión aquí radica que por primera vez se logra que puedan trabajar en un mismo espacio, ya que por seguridad, habitualmente donde trabajan robots no pueden haber humanos. En este caso, Brauner y “Robbie” han demostrado que los robots pueden operar de manera segura sin necesidad de dispositivos de protección o barreras de seguridad, ya que “Robbie” se mueve solo cuando Brauner lo activa y tiene sensores que pueden decir, por ejemplo, cuando las manos de un humano están en el camino.
Su trabajo conjunto fue parte de un período de prueba de 18 meses que ha tenido tanto éxito que Ford ahora mantiene a Robbie en la planta de forma permanente. Y no sólo eso, sino que el proyecto también podría conducir a la instalación de más robots de este estilo en las instalaciones de producción para ampliar las oportunidades de trabajo a una gama más diversa de personas.
Mathias Hüsing, profesor de la Universidad RWTH Aachen, que trabajó con Ford para desarrollar Robbie the Cobot, dice: “Tras el éxito de este proyecto, ahora estamos implementando estos lugares de trabajo en otros proyectos específicos para personas con discapacidad. De repente, las posibilidades parecen infinitas para las colaboraciones entre humanos y robots”.
Robbie the cobot