Fue en el Salón de Detroit 2018 que Acura anunció que volvería a crear autos con el sello Type S. Denominación que históricamente había sido usada para darle vida a algunos de sus modelos más deportivos, pero que, desde hace ya varios años, había caído en desuso.
No fue hasta a mediados del año pasado, cuando en el marco del Pikes Peak International Hill Climb, la firma presentó el Acura TLX Type S, el cual fungió como auto de seguridad en dicho evento. Y sí, las intenciones eran claras, ya que este auto fue anunciado como el NSX de los sedanes, un calificativo lleno de osadía que ponía la vara muy alta.
Ya con el TLX normal, Acura nos había mostrado que estaba para cosas grandes, pero con el Type S, simple y sencillamente, regresa a las grandes ligas, no por nada se introdujo a nuestro mercado durante el GP de México. Sí, estar presente en los mejores eventos es una de las cartas de presentación de este sedán.
Estéticamente, es un auto que parece haber sido tuneado por alguien de excelente gusto. Las formas señoriales del TLX están ahí, pero se añaden elementos que le quitan formalidad y agregan emoción como los rines, alerón, parrilla, espejos y difusor trasero en color negro, tono, que resalta del resto de la carrocería.
Sin embargo, tal vez la mayor declaración de intenciones es la incorporación de las cuatro salidas de escape, así como los anagramas Type S y SH AWD. Es como una especie de sleeper, ya que la imagen es deportiva y agresiva, pero conserva cierto perfil bajo. Todos a tu alrededor creerán que tuneaste tu sedán, pero nadie imagina que de lo que es realmente capaz. Es por decirlo así, la antítesis del BMW M3 que con su gigantesca parrilla grita a todos los vientos lo extremo que es. No a todos, nos gusta llamar la atención de forma innecesaria.
Cuando se aborda al vehículo nos recibe un interior de calidad, aunque las formas, se antojan un tanto pasadas de moda. Las vestiduras son de piel en negro con contrastes en rojo, tono, que también vemos en el cuadro de instrumentos, donde se le ve resaltar en el fondo blanco de los relojes análogos. Los asientos están tapizados en Ultrasuede y las paletas detrás del volante destacan por el acabado metálico.
En cuanto a la parte mecánica, el TLX Type S recurre a un motor V6 de 3.0 litros turbo capaz de entregar 355 Hp y 354 Lb-pie de torque, el cual se acopla a una transmisión automática de 10 velocidades. La tracción es a las cuatro ruedas mediante el sistema Super-Handling AWD. Como no puede ser de otra forma, los frenos están firmados por Brembo.
Con todas estas cartas, era justo y necesario incluir al Acura TLX Type S en el especial de fin de año. Además, su propuesta como un sedán deportivo sin ningún tipo de electrificación, tiene el calificativo de exótico. Sí, es un auto de nicho al doble.
Una cosa es la teoría y la otra la práctica, por ello, el TLX Type S debía de mostrar su valía en el autódromo Moisés Solana de 1.75 kilómetros de longitud. Obviamente, para explorar al máximo sus calidades técnicas y dinámicas fue necesario elegir el modo de conducción Sport +.
La aceleración está lejos de calificar como brutal, pero sí, es muy efectiva. Al pisar el pedal a fondo, los escapes dejan escapar una melodía atractiva, disfrutable, que complace a quienes la escuchan a su andar y le comunica al conductor lo necesario para una conducción deportiva.
La dirección es un tanto anestesiada, y en las primeras curvas es necesario adaptarse, pero ya entrando en calor destaca el excelente trabajo del esquema de suspensión y del sistema de tracción integral. El auto es pesado, pero gracias a la gran ingeniería es posible andar a velocidades muy altas.
De entre los vehículos que tuvimos, el TLX fue el que permitió rodar con mayor comodidad y tranquilidad en el circuito, pero eso no quiere decir que fuese lento, ya que con un tiempo de vuelta rápida de 59:500 segundos, superó al Toyota GR Yaris y al CUPRA Formentor. Para que te des una idea, arriba de él quedaron bestias como el BMW M3, Chevrolet Corvette o Porsche Taycan.
Las siglas Type S regresan a Acura y lo hacen a través de la puerta grande con un gran auto encuentra en el equilibrio entre usabilidad y desempeño dinámico su mayor atractivo.
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