En el verano, conocimos la historia de un Ferrari F40, que como tradicionalmente acostumbran a hacer los autos deportivos, en especial los italianos, decidió quemarse por sí mismo. Hay autos que eventualmente son más fáciles de reparar, porque hay más piezas disponibles y es cosa de buscar en Instagram o en YouTube montones de casos donde hay autos que se han podido recuperar exitosamente. Sin embargo, el Ferrari F40 es una historia completamente distinta, aunque tiene puntos a favor.
Primero, el Ferrari es un auto de edición limitada, muy exclusivo y más que un clásico, un verdadero ícono entre los supercars de los 80, junto al Porsche 959 o el Lamborghini Countach. Se fabricaron 1,315 unidades en total. Esto significa que, si va a ser reparado, el trabajo tiene que ser con piezas originales o trabajadas con algún importante grado de certificación. Por poner un ejemplo, el Sultán de Brunéi, cuando quiso modificar sus F40, sabía que Ferrari no iba a cumplir sus caprichos, pero no le importó pagar los servicios de Paolo Garella, encargado de prototipos en Pininfarina. Con esto nos referimos a que no es un trabajo para cualquier taller.
Por los daños que lleva el Ferrari F40 podemos ver que hay piezas que tendrán que ser reconstruidas, incluyendo las ventanas de lexan o los paneles de fibra o kevlar. Si tienes suerte, podrias conseguir piezas de algun donante (si, hay deshuesaderos especializadas en autos exóticos). Pero, por otro lado, hay estructuras metálicas que solo podrían necesitar volver a ser pulverizadas, tratadas contra la corrosión y que pueden mantener su integridad.
Cuando se lanzó el F40, fue un contrapunto a lo que Porsche había hecho con el 959. Los alemanes, siendo alemanes, impulsaron todas las tecnologías que tenían disponibles para elevar el performance de un auto digno del Grupo B, a un estándar superior de ingeniería. Pero Ferrari volvió a sus raíces espartanas, con un auto muy liviano y análogo, pero que según se sabe, se torcía y crujía en cada curva. Capaz que esa sencillez, lo haga más fácil de ensamblar.
El motor V8 también hay que desmontarlo y revisar que puede salvarse y que no, aparte de planificar de donde conseguirse esas piezas, aunque de seguro un par de llamadas a Ferrari y un suculento deposito te consigan pistones, anillos, mangueras y otros elementos.
Hay muchos que darían este F40 por perdido y que cualquier reparación le haría perder su originalidad. El desafío, lo tomó el concesionario RM Autosport de Mónaco y por lo que sabemos, el trabajo lo realizará Maranello Service, un taller italiano especialista en modelos de Ferrari. Por lo visto, el auto está desarmado y listo para ser inspeccionado al detalle.
Para recordar, el 2011, un mecánico de Houston tuvo la desafortunada idea de probar el Ferrari F40 de un cliente y terminó chocándolo, ocasionando la torcedura del chasis, lo que inmediatamente lo deja en calidad de pérdida total. Ese auto fue rescatado por el taller Gas Monkey y restaurado por completo, claro que con una manita de "tuning" y subastado más tarde, luciendo luces LED, llantas deportivas y color negro. Ojalá que no sea una referencia para la restauración de este ejemplar.