Ya no hay muchas películas realistas acerca del automovilismo (dejemos de lado “Need for Speed” (2014) y la zaga de “Rápido y Furioso”), y por eso desde hace tiempo que estamos esperando el estreno de Contra lo imposible (Ford Vs Ferrari 2019).
¿Qué pasó con el título?
Claramente a ti, a mi (y creo que a cualquier mortal) le va a llamar más la atención el título original de la película; piénsalo así, aunque no te gusten mucho los autos, Ferrari es la marca más admirada del mundo sobre cuatro ruedas, y Ford es uno de los colosos más grandes del mundo. Aunque no sepas nada de la disputa de Le Mans, siempre vas a entender que se trata de un choque de titanes.
Ford V Ferrari
La película empieza a todo ritmo, puntualmente con Carrol Shelby (interpretado por Matt Damon) al volante de su Aston Martin rumbo a la victoria en las 24 Horas de Le Mans de 1959. Escena sigueinte, el médico le anuncia que debe abandonar el pilotaje debido a una afección cardíaca.
La primer parte de los 152 minutos que dura esta película está destinada a contar cómo Henry Ford II (inspirado por Lee Iacocca encarnado por Jon Bernthal) decide comprar a Ferrari que estaba al borde de la bancarrota. Ya te conté la historia de por qué Ford quería comprar a Ferrari y por qué los de Módena estaban hasta el cuello. Acá lo resumen de manera ágil y pintoresca, incluyendo como Don Enzo aprovechó la oferta del óvalo para subirle su precio de venta a FIAT. También muestran a un Commendatore en su máximo nivel de pedantería, ofendiendo directamente a Henry Ford II.
Ofensa recibida, Ford decide a toda costa que tiene que aplastar a Ferrari en su propio juego… todo está listo para desatar la tormenta… pero aún falta la entrada en escena de Ken Miles (Christian Bale), ingeniero, mecánico y piloto inglés que trabajaba en EE.UU., amigo de Shelby, y una persona no muy fácil de llevar, por decirlo de alguna manera.
Contra lo imposible
La película saltea problemático el inicio del desarrollo del GT40 y va directo a los ejecutivos de Ford yendo a golpear las puertas de Shelby para desarrollar su bólido. Quizás acá empieza lo más interesante de esta película, y la trama que justificaría el título que le pusieron en México, ya que además de mostrarnos el desarrollo del auto, pone en escena como un equipo independiente debe lidiar con la burocracia y conflicto de egos de una gran corporación.
Obviamente que el punto de mayor conflicto es Ken Miles, o mejor dicho el odio que le profesa Leo Beebe (Josh Lucas) alto ejecutivo de la marca que se convirtió en el Director de Competición de Ford por esa época. Para nosotros, gran parte de la felicidad está en ver el desarrollo del GT40, en escucharlo rugir y en algunas escenas de competición como las 24 Horas de Daytona de 1966 donde Shelby, Miles y su equipo se impusieron, no sin tener que enfrentar la pugna interna contra Leo Beebe.
¿Qué tal?
Sinceramente, casi no me di cuenta que estuve 152 minutos (2 horas y media) sentado. Como sucede en este tipo de películas -Rush (2013), pero también Bohemian Rhapsody (2018)- no tiene el mayor rigor histórico, pero anima al fanático.
Al estilo Hollywood los personajes están algo estereotipados, Shelby no deja de ser un encantador de serpientes, algo magníficamente mostrado la escena donde convence a un furibundo Henry Ford II de dejarle el control absoluto de la operación después del fiasco de 1965. Ken Miles tiene 2 o 3 momentos de “tipo complicado” y el resto del tiempo es un gran padre, esposo y amigo, logrando empatía con el público en contrapunto con Leo Beebe que es el “malo maloso” sin claroscuros.
Atención, el trabajo de Christian Bale vuelve a ser genial, y al mejor estilo de su interpretación en The Fighter (2010) encarna a un personaje real y muy peculiar de manera tan creíble y sincera que cuesta pensar que Batman estaba al volante del GT40.
Le Mans 1966, traición y el Fin
Finalmente la película nos regala una extensa recreación de las 24 Horas de Le Mans 1966 y de cómo le roban la victoria a un Ken Miles (sabemos a quién le apunta el dedo la película).
Tenemos el típico problema de Hollywood con las carreras donde dos autos se emparejan en plena recta y el que tiene más cojones sube un cambio, pisa a fondo y acelera más que el otro (cómo si los pilotos no fueran con el pedal contra el fondo en plena recta o si subiendo un cabio el auto acelerara más). Pero del lado positivo, la recreación de carrera es buena, y hay mucha atención por como el piloto de la época tenía que saber de mecánica para cuidar su vehículo y llevarlo hasta la línea de llegada.
Al final, agradezco que no fuera directo al golpe bajo para mostrar la muerte de Miles (cuando preparaba el auto para 1967) y como en las carreras, al igual que en el mundo del espectáculo, el show debe seguir.
Ford v. Ferrari: Contra lo imposible. Trailer Oficial