El inicio del mundo motor se le puede atribuir históricamente a Mercedes-Benz, sin embargo, antes de 1926, existieron dos hitos fundamentales, instaurados por las dos marcas que forman parte de esta alianza como fue Benz y Daimler. En el caso de Benz, es el famoso triciclo de 1885, el primer vehículo motorizado del mundo y en el caso de Daimler, es el Mercedes 35 Hp de 1901, modelo que después evolucionó en el Simplex, el cual con su motor delantero, tracción trasera y disposición frontal del motor, con una cubierta y un radiador, sentó la formula por la cual se rige la fabricación de prácticamente todos los autos modernos, con la excepción obvia de todos los autos que llevan el motor en disposición trasera o central, por motivos de tradición (Porsche) o por performance.
Así que Mercedes-Benz se puede dar el lujo de traer al presente a su histórico modelo, pero interpretado según los códigos futuristas de hoy. Por ejemplo, la cubierta del motor es redondeada y muy minimalista. Incluso con las rejillas superiores y el color blanco, parece más cercano a un electrodoméstico que a un auto. Para dar un toque clásico, Mercedes puso un par de correas y hebillas para mantener esta tapa en su lugar.
El radiador, claramente suavizado e integrado a la forma de la cubierta del motor, es de color cobre, mientras que la parrilla frontal da lugar a una pantalla negra, donde brilla el antiguo logo de Mercedes, en letras manuscritas y la estrella de tres puntas. Esto solo significa, que detrás de la pantalla hay un motor 100% eléctrico.
La parte posterior del auto, imita el estilo de los antiguos carruajes, con espacio para dos ocupantes. La tapicería azul contrasta con el color blanco y negro de la carrocería, exhibiendo un acolchado estilo Chesterfield en el respaldo. Tal como el nombre indica, la simplicidad es canon en este modelo. El panel frontal es traslucido y proyecta la información estrictamente necesaria para no quitar las manos del fino volante, el cual parece sacado de un yate.
La parte posterior de los asientos, presenta un lacado negro impecable, con una alforja de cuero a modo de cajuela. Mientras que una fina tira de LED corta el respaldo de manera longitudinal, haciendo de luz de freno.
Los neumáticos son delgados y van descubiertos como en un monoplaza de la Fórmula Uno, con rines semitraslucidos, brazos de fibra de carbono y neumáticos delgados que en cuyo dibujo llevan la estrella de Mercedes.
El Vision Simplex fue exhibido en el contexto del Design Essentials 2019, un taller de diseño que Mercedes-Benz realiza y que este año tuvo como locación, el centro de diseño internacional de la marca, ubicado en la Costa Azul. De hecho, fue ahí mismo, en Niza, donde el Simplex original ganó su reputación como auto de carreras, en una pista que hoy ya no existe, pero que dio pie a esta sede de Mercedes-Benz.