Hace décadas era impensable que un motor de cuatro cilindros pudiera ofrecer más de 400 hp como lo hace ahora 2.0 litros turbo de Mercedes-AMG. Antes, para poder llegar una alta cantidad de poder había que desarrollar bloques de un gran volumen y/o varios cilindros.
Con el paso de los años, la ingeniería fue evolucionando por lo que fueron llegando motores más compactos, pero aun así eran bastante gigantes comparándolos con los estándares actuales. Estamos hablando de aquellas épocas donde el costo de la gasolina no era problema y donde lo que vendía era la cantidad de poder, y no la eficiencia.
Aunque hubo grandes avances, los motores grandes daban estatus social, al grado que los sedanes de lujo siempre portaban motores V8. Pero antes de llegar a esta época, el volumen de los motores iba en proporción al tamaño de la carrocería. Antes de la década de 1950 era común que los autos equiparan bloques de ocho, diez y 12 cilindros. Incluso hubo quien se aventuró a desarrollar una máquina de 16 cilindros, como lo hizo Cadillac en 1930.
Este enorme motor, catalogado como el primer V16 de la historia, resultó ser toda una maravilla por el derroche de tecnología y diseño. Desarrollado con el objetivo de competir contra Packard, Cadillac creó un plan estratégico que consistía en contratar al mejor ingeniero de Marmon Motor Company -con sede en Indianápolis, Indiana- para que desarrollará el motor de 16 cilindros, así como nuevos bloques V12 y V8, y la transmisión automática Hydra-Matic. Igualmente, este especialista tuvo la misión motores de aviones Allison durante sus 21 años de carrera en General Motors.
Hasta el final del desarrollo del V16 de 452 pulgadas cúbicas -7.4 litros- todo era maravilla al ser implementado en el Series 452 de Cadillac. En su primer año, es decir en 1930, vendió 2,500; luego 750 en 1931; 300 en 1932 y 49 por año desde 1935 hasta el 1937. Desgraciadamente, el precio y el volumen no fueron suficientes para obtener ganancias, pero el prestigio a cualquier costo parece haber sido el verdadero motivo de Cadillac.
Además de ser un derroche de tecnología, este motor V16 con 175 hp era sumamente atractivo a la vista. Esto se debió a que el diseñador de carrocerías Ernest Schebera tuvo la misión de desarrollar conceptos del motor sobre arcilla y madera para lograr la mejor apariencia en cada uno de sus componentes.
Tanto la ingeniería como el diseño, permitieron que el V16 ofreciera una conducción suave y silenciosa, una aceleración enérgica, una velocidad máxima alta, confort de marcha y una apariencia hermosa.