Como ninguna otra marca, Porsche ha triunfado 19 ocasiones en las 24 Horas de Le Mans. Además de esta cifra, la marca alemana también ostenta muchos otros récords, como el de número de victorias consecutivas, gracias a la hegemonía del 956 y 962C triunfó de 1981 a 1987. A menor escala pero igual de sobresaliente fue 919 Hybrid que logró tres triunfos seguidos en las ediciones de 2015, 2016 y 2017.
Todos estos éxitos se han obtenido con una enorme variedad de pilotos y en épocas muy diferentes. Lo que si es un hecho que todo este legado inició en 1970, con la primera victoria de Hans Herrmann y Richard Attwood al volante de un Porsche 917K.
Este icónico auto de carreras, además de pasar a la historia como vehículo de culto, es considerado como el mejor vehículo de competición del Siglo XX.
Y es que para la época en la que fue creado, el Porsche 917 destacó tanto por su diseño como por su poder que llegó a alcanzar 1,200 hp en la variante 917/30 de 1973. Todo ello, unido a su papel protagonista en la película ‘Le Mans’, con Steve McQueen conduciendo, le han convertido en el auto de carreras más famoso de todos los tiempos.
Aunque no lo pareciera, en 2019, este majestuoso 917 cumple de 50 años de haber sido presentado al público en el Auto Show de Ginebra. Para celebrar este aniversario, Porsche ha restaurado esa primera unidad con el número de bastidor 917-001, hasta devolverla a su estado original. Este auto es uno de los protagonistas de la exposición “50 años del 917: los colores de la velocidad”, que se muestra en el Museo Porsche con 14 modelos en exhibición, entre ellos 10 unidades del 917. A la vez, la marca también ha realizado el 917 Concept, un prototipo para rendir homenaje al célebre Porsche 917 con decoración roja y blanca que ganó de las 24 Horas de Le Mans de 1970.
Una primera victoria “de película”
Este auto de carreras con menos de un metro de alto, resultaba impresionante por su motor de 12 cilindros opuestos, que tenía una cilindrada de 4.5 litros y estaba refrigerado por aire. Así, el 917 KH fue creado para participar en el Campeonato del Mundo de Marcas de aquella época y para luchar por la victoria en las 24 Horas de Le Mans. Y así fue: acabó dominando el certamen y la carrera durante varias temporadas, hasta que cambió el reglamento.
Puede que las 24 Horas de Le Mans de 1970 sean las más famosas de la historia, porque Steve McQueen filmó en esa edición su célebre película. De hecho, Porsche aún no había ganado nunca en esta mítica carrera y tenía enfrente a los temibles Ferrari, con un batallón de once unidades del nuevo 512S, casi todas equipadas con las carrocerías "cola larga" para lograr mayor velocidad.
Sin embargo, el 917 llegaba a Le Mans en plena forma y Porsche tenía ya casi en sus manos el Campeonato del Mundo de Marcas, que solo necesitaba rematar en la prueba francesa tras haber vencido en las 24 Horas de Daytona, Brands Hatch, Monza y Spa-Francorchamps, además de en la Targa Florio y Nürburgring con el 908/3.
Tras la desilusión de 1969, en la que Porsche finalizó en segunda posición por apenas 120 metros después de 24 horas de competencia, no se quería dejar nada al azar. Así que los equipos de fábrica competían con los flamantes 917L con la nueva carrocería "cola larga" y también había otras unidades en manos de escuderías privadas. En su mayoría, los 917 montaban el motor de 580 hp.
Se recuerda que los 917 "cola larga" fueron los más rápidos en los entrenamientos y el comienzo de carrera fue un duelo entre el 917L blanco con rayas rojas de Porsche-Austria (Elford-Ahrens) y el mejor 917K-Gulf de Siffert-Redman. Pero de repente se presentó la lluvia. Un intenso diluvio como no se había visto en muchos años y que, con breves intervalos, duró casi toda la carrera. Esto hizo que las carrocerías largas resultaran muy difíciles de controlar en la pista mojada y hubo numerosos accidentes.
Apenas dos horas después de la salida, cuatro Porsche se situaron en solitario en cabeza tras un choque múltiple en la curva de Indianápolis. Entre los rivales, solo el Ferrari 512S oficial de Ickx-Shetty, en sexta posición, se mantenía con opciones de arrebatarles la victoria, posibilidad que se desvaneció cuando el piloto belga se salió en la nueva Chicane Ford, por lo que tuvo que abandonar la carrera.
Entre los Porsche, los mejores autos del equipo Gulf quedaron fuera por problemas mecánicos y, a media carrera, el liderato lo ocupaba el 917K de Porsche-Austria (con motor de 4.5 litros), conducido por Herrmann y Atwood, seguido por los dos 917 "cola larga". Su compañero de equipo, Elford, tuvo que salir de la competencia durante de madrugada con el motor roto cuando estaba reduciendo la distancia.
Con el Porsche 917K de Hans Hermann y Richard Atwood, el menos potente y rápido de los autos oficiales, terminó la carrera en primera posición, dando a Porsche su primera victoria absoluta en las 24 Horas de Le Mans. Fue una fiesta completa, pues otros dos auto de la marca alemana acapararon el podio. Por si fuera poco, situaba cinco coches entre los siete primeros y doce de los dieciséis coches que acabaron eran de la marca de Stuttgart. Además, Vic Elford marcó la vuelta más rápida de la carrera, con un tiempo de 3:21:0, promediando 241 km/h.
Tras la celebración, Hans Herrmann anunciaba su retirada de la competición. Con 42 años, cumplía la promesa hecha a su mujer de dejar las carreras si vencía en Le Mans, prueba en la que llevaba corriendo desde 1951 y en la que debutó con un Porsche.