Hace una semana se había presentado en sociedad la nueva generación de Explorer, la SUV más importante en el line-up de Ford, que aterriza con nuevo diseño, mejoras mecánicas y mucho equipamiento disponible.
Pues bien, la firma del óvalo se reservó para el Salón de Detroit el destape de dos variantes de la mítica Explorer: la híbrida, de la cual tenemos una nota por separado, y la deportiva ST, la variante desarrollada por la división Ford Performance, y que se convierte en la SUV más potente en la historia de la marca.
Se sabía que venía un modelo así luego de que Ford lanzara hace justo un año la variante ST de la Edge, equipada con un motor Ecoboost V6 con 335 caballos de fuerza. La duda por saber era si utilizaría el mismo tren motriz o llevaría a la Explorer a niveles nunca antes visto en una SUV de la marca.
Pues eso es justamente lo que hizo Ford Performance, la división deportiva de la marca encargada de los modelos potenciados ST y RS, que puso bajo el capó de la nueva generación Explorer un V6 3.0 Ecoboost con 400 caballos de fuerza y 415 lb-pie. Asociado a una caja automática de 10 velocidades calibrada por Ford Performance para ser más rápida y precisa que la convencional, y a un sistema de tracción total, le permite alcanzar los 230 km/h.
El paquete mecánico se completa con una suspensión más deportiva (que hace que la Explorer vaya más cerca del piso), una dirección especialmente calibrada para responder más rápido, frenos más grandes y un control de tracción progresivo que se adapta a los diferentes tipos de piso. Asimismo, cuenta con un modo de manejo Sport, que controla todos los componentes antes mencionados para hacerlos más agresivos.
Estéticamente, la nueva Explorer ST se distingue de la normal por las pinzas de freno en color rojo, y varios elementos pintados en negro brillante, incluyendo los rines de aluminio de 21 pulgadas de diseño específico, la parrilla, las barras longitudinales del techo y los detalles en las partes bajas, entre otros.