Es bien sabido que los precios del petróleo han incrementado de manera exponencial en los últimos 10 años, y Porsche preocupado por esta situación pensó que la mejor forma de ofrecer a los usuarios vehículos con un mayor grado de rendimiento lo haría elevar sus ventas, además de poder ofertar una amplia gama de opciones para complacer a sus usuarios y captar a otros tantos que aún no poseían fidelidad por la marca.
Fue así como en el año 2009, Porsche tomó la decisión de incorporar motores diésel para algunos de los modelos, en donde el Cayenne fue el primero en incluir este propulsor para posteriormente lanzar este tipo de variante para sus modelos Panamera y Macan.
En febrero del presente año, la firma comunicó que serían eliminadas las variantes diésel de estos dos últimos con motivo de un cambio cultural y generacional, que demandaba cada vez más el uso de tecnologías híbridas y eléctricas, así como de los tradicionales motores de gasolina que tanto éxito le han dado a la marca a través de los años, para posteriormente anunciar el cese de producción de este tipo de motores para toda la gama de productos que ofrece.
Pero esto, ¿a qué se debe? La baja demanda de vehículos en este tipo de variantes, ya que en 2017 el total de ventas globales únicamente ocuparon el 12% de unidades comercializadas, cuestión que por supuesto no redituaba como se había esperado desde un inicio.
Los planes de la marca ahora están centrados en mejorar el sistema híbrido de sus vehículos, así como de enfocarse en el lanzamiento del primer automóvil cero emisiones de la firma, mismo que llegará al mercado en 2019 bajo el nombre de Porsche Taycan.
Se tiene planeado que para el año 2025 cada modelo de la firma posea una variante híbrida y eléctrica, apostando por la electromovilidad de manera contundente, que de momento parece una excelente noticia para el planeta y más aún para la marca.