La nueva KTM 790 llega para ocupar el hueco que existe entre la 390 y la 1290, además de continuar con una tradición que comenzó en 1994 con las KTM 620 y 400. Esta moto de carácter deportivo hará que te emociones gracias a su potencia, sin ser incómoda para el uso diario.
Tuvimos un primer contacto con la nueva KTM 790, y tal como debe ser una presentación, manejando, en carretera y con un extra, un trazo de kartódromo. La idea sonaba muy bien y luego de escuchar la presentación, se escuchaba mejor al poder conocer la moto en las circunstancias habituales que puede usarse.
Un día frío fue el marco de la presentación, además había mucha humedad, puntos que pondrían a la 790 a prueba ya que la idea es que del Kartódromo Bosque Real, realizáramos una ruta al Centro Ceremonial Otomí, un recorrido relativamente corto, pero que permitía circular por carretera de cuota, seguido de un tramo con piso realmente dañado y posteriormente curvas cerradas y técnicas. Al regreso de esto, ingresaríamos al kartódromo.
Luego de la rigurosa presentación con diapositivas y palabras de los directivos de la marca, tocaba prepararse y escoger una de las muchas unidades disponibles, colocadas como si fueran espejo.
La KTM 790 continúa con el lenguaje anguloso de la familia DUKE, particularmente el de la 390, con ese faro dividido que te puede encantar o no. El chasis no es tan visible ya que se ha optimizado (el motor va anclado al chasis) para reducir el peso y masa, de hecho este bloque es menor que motores de la misma cilindrada en otras marcas. En total el conjunto en orden de marcha se queda en los 174 kg.
Al subirme y antes de arrancar pensé mucho en esos datos de peso, además de la potencia generada por el motor bicilíndrico de 799 cc, 105 hp y un par motor de 87 Nm, y es que hace unos años estas cifras estaban destinadas a motos deportivas, incluso son mejores que las casi extintas motos deportivas de 600 cc, se nota el avance tecnológico. Arriba de la moto se siente alta pero sin exagerar, además de contar con opción de reducirla desde el chasis o con un kit especial post venta.
La posición de manejo me llamó mucho la atención, ya que se supone que es de naked, pero no es así, es más relajada, algo que debo confesarles que me costó acostumbrarme al principio, ya que el cuerpo va en forma de ataque/deportivo y el manubrio es alto, -cuando se suban me comprenderán-. Giro de llave, botón de encendido y el sonido es increíble con una línea roja que sube hasta las 10 rpm, un tono ronco que se agudiza un poco en alta que invita a acelerar a tope.
Antes de salir nos notificaron que tuviéramos mucho cuidado ya que las KTM Duke 790 eran realmente nuevas, a tal grado que las llantas todavía no llegaban al punto óptimo de uso, más el frío que hacía y el pavimento mojado; aun así la “calentura de darle” causó que aceleráramos en autopista, donde por un breve momento llegué a 160 km/h y tenía para más, dijeron en la presentación que podía rozar los 220 km/h.
La caja de cambios de la 790 es secuencial con clutch asistido, tanto para subir o bajar las velocidades, con un toque realmente preciso. Luego llegamos al “paraje lunar”, lleno de baches y lodo, donde no siempre podía esquivar todo, y si bien la suspensión es firme no permite que estos golpes lleguen todos al cuerpo, algo que se agradecerá, especialmente en el día a día.
Por último, la zona sinuosa fue donde más se pudo sentir la moto, la frenada es realmente contundente sin movimientos nerviosos, al igual que el chasis en todos los movimientos que realizamos; incluso con las llantas sin el mejor agarre, esto les da una idea del buen trabajo de KTM con esta moto que ellos llaman “El Escalpelo”, por la precisión que tienen la frenada y dirección.
Por desgracia, nuestra prueba de manejo en el kartódromo fue arruinada por la lluvia, pero más adelante, cuando te traigamos una prueba más a fondo con la KTM Duke 790 te daremos más detalles en pista.