No podía ser en otro lugar más que en Goodwood donde Singer exhibiera su última y más impresionante creación: el Porsche 911 DLS, siglas para Dynamics and Lightweighting Study, en el que participó activamente la división de ingeniería de Williams.
Se trata de una reinterpretación de un 911 964, pero utilizando la tecnología de 2018. Para ello se usa como base un 911 de última generación, y se le dio un diseño rememorante con, en este caso puntual, el Porsche 911 de 1990.
Cuenta con un motor de cuatro litros que produce 500 hp a 9,000 rpm, el que fue modificado con válvulas de titanio, cilindros de magnesio e inyectores inspirados en los de Fórmula 1, gentileza de Williams.
La división de ingeniería de la firma vinculada a la competición aportó también el trabajo aerodinámico y el trabajo en túnel de viento. Esto llevó a un rediseño del frontal y una optimización del tradicional spoiler cola de pato, para generar una mejor calaización de los flujos de aire y una mayor carga aerodinámica.
Toda la carrocería es de fibra de carbono y cada panel es único para este auto. No se ha informado el peso total, pero se supone que rebajó significativamente la masa respecto de un 911 normal.
Mecánicamente, el 911 de Singer recibió una nueva arquitectura de suspensión, frenos Brembo con ABS de Bosch, y neumáticos Michelin Cup, instalados en llantas de magnesio con tuerca central.
Por dentro se muestra un interior en tonos amarillos, con el tablero fabricado en fibra de carbono, asientos Recaro, volante Momo y caja de cambios mecánica con su mecanismo expuesto a la vista.
Este auto es el fruto de un encargo realizado por un cliente en noviembre de 2017. El resultado es el Porsche 911 Reimagined by Singer DLS.
Junto con este modelo, Singer está exhibiendo otras seis unidades del 911 restauradas en sus talleres.