Debido a que los neumáticos son el único elemento del automóvil que tiene contacto con el asfalto, son esenciales en la seguridad de los pasajeros.
Teniendo en cuenta esta premisa, es primordial que cada una de las ruedas esté en perfecto estado, teniendo un aspecto óptimo y una presión de inflado correcta. Este último es de gran importancia, ya que en caso de las llantas no tengan la cantidad de aire adecuada, esto podría ocasionar un desgaste prematuro.
Ante este escenario, debe comprobarse regularmente la presión de los neumáticos, para garantizar la seguridad, el rendimiento durante la conducción y la vida útil del neumático. Inclusive, unas ruedas con la cantidad de aire adecuada van relacionada con que el vehículo consuma más combustible.
Revisión periódica
Debido a que los neumáticos pierden hasta una libra por pulgada cuadrada cada mes, es importante revisar, cada 30 días o antes de realizar un viaje largo, todas las ruedas del vehículo, incluso los de repuesto.
Ya dispuestos a revisar la presión de inflado, es importante detectar la cantidad de aire recomendada por el fabricante. Esta cifra está indicada en la parte interior de la puerta del vehículo, en la parte interior de la tapa del depósito o en el manual del vehículo.
La cantidad de aire ideal
Siempre es vital hacer caso a la presión indicada en los puntos mencionados anteriormente y no la que está en el flanco del neumático, pues esta representa la cantidad de aire máxima.
Una vez que sepamos la presión ideal de inflado, es necesario tener un calibrador de presión para comprobar la cantidad de aire. Para obtener la cifra exacta, lo recomendable es hacer esta tarea en estado "frío", esto quiere decir que los neumáticos no tienen que estar calientes. Así que lo mejor es hacerlo al menos tres horas después de conducir.
- Si la cifra obtenida es mayor, hay que liberar aire hasta que la cifra coincida con la indicada
- En caso contrario, será necesario colocar un poco de aire hasta que la presión coincida con la conveniente.