Para poder participar en la Electric Production Car Series, el Tesla Model S P100D tuvo que pasar primero por las pruebas de choque de la FIA. Esto es parte de la homologación necesaria para poder competir en categorías deportivas, que requieren un fuerte nivel de seguridad.
El Model S, que cuenta con el último equipo de seguridad OMP, fue sometido a una colisión frontal contra un bloque de concreto de 130 toneladas, cubierto con una placa de madera de 19 mm, a una velocidad exacta de 50.4 km/h. Debido a que esta prueba trata de simular un impacto real, esta versión de carreras del Tesla Model S no sólo llevaba al volante un dummy de 88 kg, sino que también llevaba activa la batería de alto voltaje que alimenta a los motores eléctricos.
Una vez llevado a cabo el choque, los responsables evaluaron cada uno de los factores que intervienen en un impacto, entre ellos la aceleración del vehículo y del dummy, la protección contra la fuga de electrolitos y la descarga eléctrica, además de la deformación estática en diferentes puntos del vehículo.
En total, son 20 pilotos los competirán con el Tesla Model S P100D dentro de la Electric Production Car Series, que comenzarán en este 2018. Esta competencia consiste en una sesión de entrenamientos de 20 minutos, una sesión de clasificación de una hora, una carrera diurna de 60 kilómetros y una nocturna con la misma longitud.
Prueba Tesla Model S P100D