Vende tu carro
Test drive

Primer contacto con el Nissan LEAF 2018

Porque no sólo de gasolina vive el hombre

Primer contacto con el Nissan LEAF 2018

Napa, California. Hace algunos años –aproximadamente una década-, yo era de aquellos que no creían que los autos eléctricos fueran la alternativa viable que hoy en día demuestran ser; consideraba que su autonomía y prestaciones jamás estarían al nivel de los autos a gasolina o diesel. Y fue Tesla la primera marca que me cerró la boca, incluso recuerdo cuando Alejandro Konstantonis dijo luego de manejar el P100D que era lo más rápido en aceleración que había manejado y que era impresionante.

Pero no todo en esta vida se trata de deportivos eléctricos con precios de varios millones de pesos, existen otros pioneros en sus segmentos, que resultan mucho más accesibles e incluso prácticos.

Autocosmos fue invitado a California para conducir el totalmente Nissan Leaf, siendo éste el auto eléctrico que más tiempo ha estado disponible en nuestro país, desde 2014 para ser precisos. Con la primera generación del Leaf, Nissan marcó un precedente en el mercado mexicano, ofreciendo un vehículo cero emisiones con una autonomía de al menos 160 kilómetros.

El Leaf 2018 no está sólo uno, sino varios pasos delante de su predecesor. De inicio ofrece un incremento de cerca del 50% en la autonomía, siendo ahora de alrededor de 240 kilómetros gracias a una batería de 40 kWh. Adicionalmente incorpora dos interesantes sistemas, conocidos como e-Pedal y ProPilot Assist, de los cuales platicaremos en algunos párrafos.

Es cierto, el Chevrolet Bolt EV ofrece una autonomía muy superior (de 400 km), sin embargo el Leaf debería llegar al mercado con un precio sensiblemente menor. E incluso, la firma nipona ya ha confirmado que habrá en el futuro cercano una variante con un rango mucho mayor. 
 

¡Y además es mucho más bonito!

Buena parte de los autos eléctricos e híbridos suelen tener diseños, cortes de carrocería o ciertos rasgos que a un servidor no resultan particularmente bonitos –conste que mejor no digo nombres para no herir susceptibilidades, pero uno de ellos recientemente fue Green Car of the Year 2018 y tiene unas salpicaderas traseras innecesariamente rectas.

Por su parte, el Leaf 2018 se mantiene como un hatchback, con un exterior totalmente nuevo y que comparte la identidad de la gama Nissan como uno más, sin necesidad de recurrir a formas demasiado dramáticas por ser el auto verde de la marca y siendo claro que una de las metas de su diseño era obtener una mejora aerodinámica considerable. Es ahora ligeramente más grande, con dimensiones de 4,480 milímetros de largo, 1,790 de ancho y 1,560 de alto; y con un peso total de 1,560 kilogramos.

En el frente sobresalen faros alargados al frente con la conocida parrilla V-Motion. Por el costado se observan trazos limpios y muchos cristales, que van desde el Poste A y siguen durante las puertas delanteras y traseras para cerrar con un Poste C en color negro, que provoca la sensación de que los cristales continuaran hasta el vidrio de la quinta puerta y el techo fuera flotante, que ya conocemos en el Nissan Kicks. Es sin duda un auto mucho más aerodinámico que su antecesor.

Por dentro resulta muy cómodo, todo resulta muy ergonómico para el conductor con gran parte de los controles al volante, sólo el botón para activar y desactivar el recién incorporado e-Pedal se encuentra muy cerca de la perilla que controla la transmisión, en la consola central. La cajuela también creció, ahora tiene una capacidad de 668 litros, ideal para viajes –siempre y cuando no sean de distancias mayores a 240 kilómetros, eso sí.

Al centro del tablero cuenta con un sistema de información y entretenimiento muy completo, en el cual resulta sencillo tener conexión con teléfonos inteligentes, y donde tenemos desde el audio hasta la cámara de reversa, acompañados de mapas e información del viaje y el vehículo.
 

¿Se conduce como se ve?

La realidad es que sí, las mejoras sobre su predecesor se encuentran por todos lados, siendo éste un auto sumamente eficiente y de cierta forma hasta potente. Tiene un motor eléctrico que le permite ofrecer 147 caballos de fuerza y 236 lb-pie de torque. Y es bien sabido que, a diferencia de los autos a gasolina, los vehículos eléctricos entregan el total de potencia y torque desde el primer momento, por lo que al pisar a fondo el acelerador sientes la presión del cuerpo sobre el respaldo. No digo esto como una característica de deportivo, el Leaf definitivamente no lo es, pero es bueno conocer la capacidad y agilidad del vehículo para incorporarse desde cero a una vía rápida o en el retorno de alguna carretera; más cuando estamos conscientes que pesa poco más de tonelada y media.

La conducción es suave y obviamente silenciosa, el auto se percibe muy estable. Esto se trata principalmente al conjunto de mejoras en el auto, en este caso particularmente con los ajustes a la plataforma y posición del paquete de baterías de iones de litio, logrando una distribución de peso de 58% en el frente y 42% para la parte trasera.

Pero en esta ocasión lo que más vale la pena destacar son el e-Pedal y ProPilot Assist, desarrollos que se presentan por primera vez en el Leaf 2018 y que prometen una conducción más confortable, así como eficiente. Por su parte, el e-Pedal es algo que sólo se puede ofrecer en un auto eléctrico: acelerar y hasta frenar con sólo un pedal –siempre y cuando se active desde la consola central, no se espanten. De por sí la sensación al desacelerar un auto eléctrico es muy diferente a la de uno a gasolina, ya que la resistencia que se crea es mayor y se aprovecha al recuperar energía.

Así que el e-Pedal resulta útil en maniobras a baja velocidad, como el estacionarse. El mejor ejemplo para compararlo que se me ocurre es el de una lancha, donde no existe un freno como tal y funciona sólo a través de la aceleración y desaceleración, debido a la resistencia que se crea con el agua.

El funcionamiento de ProPilot Assist es mucho más fácil, podría decirse que se trata de un control de velocidad crucero más sofisticado, donde adicional a definirle una velocidad, el auto reconocerá al auto delante y guardará distancia respecto a él, adicional a que cuenta con reconocimiento de carriles y facilitará al conductor el manejo, ya que por sí solo puede definir el giro necesario para mantenerse en la ruta.

Es fácil saber cuándo y que está activado, ya que en el cuadro de instrumentos hay una pantalla lo suficientemente grande para estar al tanto de la velocidad programada en la velocidad crucero, la detección del vehículo al frente e incluso si hay reconocimiento de los carriles, simulados por un par de líneas verticales que se muestran en color verde al tener total detección o en color gris cuando no está al 100%.

Realmente es cómodo, tanto cuando el auto va en alguna carretera a una velocidad definida o cuando se trata de tránsito pesado a baja velocidad y el auto puede avanzar y detenerse cuando lo considera prudente, siempre y cuando el Leaf no pare por más de 3 segundos, ya que en ese caso esperará a que el conductor busque avanzar, para verificar que sigue al pendiente.

¡Importante! No se trata de una asistencia de conducción autónoma, si bien el auto de cierta manera lo hace, requiere de la decisión final del conductor, incluso si no percibe algo de resistencia en el volante por cierto tiempo, ocasionada por los brazos del conductor en el mismo, activa una alerta para que el operador regrese sus manos que va de menos a más, pudiendo terminar con la detención del vehículo si no hay respuesta por parte de quien maneja. Y sí, probamos el inicio de dicha advertencia, se trata de una alarma similar a la de los sensores de estacionamiento al detectar algo, siendo beeps cada vez más constantes los que alertan al conductor.

Creo que jamás pensé decir esto, pero me gusta. Me siento ahora mucho menos renuente a los autos eléctricos, sólo creo que aún tienen algo de camino por andar para ofrecer autonomías mucho mayores. Y considero también que una buena parte de esta evolución no depende de la industria, sino de nuestro gobierno; las marcas automotrices ya dieron los primeros pasos y lo que falta es que la infraestructura de recarga crezca considerablemente. En la Ciudad de México, desde hace ya un par de años es común ver estaciones de recarga en centros comerciales e incluso en algunos lugares públicos, pero la realidad es que aún son muy pocos para la necesidad de los usuarios y que poco a poco irá creciendo de manera tal vez exponencial.

 

Fernando Maqueo recomienda