Situado dentro del segmento de los subcompactos, en la categoría de los hatchbacks superiores o mejor conocido como subcompactos B, el Mazda 2 2018 figura como uno de los mejores exponentes de este sector por la calidad de materiales que ofrece, buena eficiencia de combustible y excelente dinámica de conducción.
Pese a que la actual generación mejoró en todos los sentidos, principalmente en la conducción al adoptar el sistema G Vectoring Control que se ha hecho común en los modelos de firma japonesa.
Mejora la dinámica de manejo
Una vez al volante, esta tecnología tiene la tarea de controlar la variación del torque en las ruedas delanteras, esto permite que el Mazda 2 tenga una mayor precisión al rodar en curvas, al tiempo que disminuye considerablemente la necesidad de efectuar las clásicas correcciones. Esto permite que el hatchback tenga un andar más suave al aminorar los giros bruscos en el volante. Lo anterior además de ofrecer un mejor control y precisión, nos otorga confianza, seguridad y confort.
Al agregar este sistema de reparto de par motor a la posición de manejo agradable que ya existía en el Mazda 2, así como el buen desempeño de la suspensión, dirección y transmisión, podemos decir que la experiencia de conducción de este japonés es una de las mejores que existe dentro del mercado. Tal vez el único granito en el arroz que podemos encontrar es en el espacio que hay en la fila posterior y el volumen de la cajuela.
Habitabilidad
Haciendo una analogía con la competencia, queda claro que los pasajeros de la banca trasera quedan limitados principalmente en el área de las piernas. Refiriéndonos al espacio que hay en la zona de carga, el Mazda2 con 280 litros está a la par del Volkswagen Polo, pero queda por abajo del Toyota Yaris, del Ford Fiesta Hatchback y del SEAT Ibiza.
Pero bueno, estas carencias son recompensadas por una calidad de materiales en el tablero, consola central y puertas que supera a cualquiera de sus rivales. Y es que además de ofrecer plásticos de excelente calidad, ya sea en las zonas visibles o no, tiene unos acabados y elementos dignos de un vehículo de mayor precio.
Posiblemente, nuestra única queja es la ausencia del velocímetro análogo. No obstante que el velocímetro es desplegado de forma digital en el cuadro de instrumentos de forma diminuta y en el Head-up display, se decidió dejar a primera vista al tacómetro. A lo mejor si el Mazda 2 fuera un auto deportivo orientado al alto desempeño no tendríamos objeción con ir viendo el cuenta revoluciones, sin embargo, este no es el caso.
Dejando a un lado estas cuestiones del cluster, el Mazda 2 dispone en su versión más equipada en el mencionado Head-up display, asientos con calefacción, aire acondicionado automático, control de velocidad crucero, una pantalla táctil de siete pulgadas con operación táctil o por medio control central de mando.
Gran eficiencia de combustible
Lo que si se agradece para esas situaciones de rebase y/o al manejar en carretera es el modo de manejo Sport, que al alterar el comportamiento de la caja automática de seis velocidades permite sacar mejor provecho de los 106 hp y 103 libras-pie de torque, que para la categoría en la que se encuentra y la masa total del vehículo son más que suficientes para un desempeño adecuado en carretera. Algo que también es de llamar la atención del manejo de este Mazda 2 es la delicadeza con la que baja la aguja del medidor de combustible, y es que gracias al sistema Skyactiv, el tanque de gasolina logra una autonomía de 750 kilómetros si se mezcla la conducción urbana y en carretera. Por lo tanto podemos decir que es uno de los automóviles que mejor hace rendir cada peso que se gasta en combustible.
Un par más de airbags no estarían mal
No podemos dejar de mencionar que además del control de torque vectorial, este Mazda2 está cerca de la perfección en términos de seguridad al integrar control de tracción y de estabilidad. Decimos que está cerca de ser perfecto porque sólo integra dos bolsas de aire frontales, las bolsas laterales y de cortina le vendrían muy bien.
En resúmen
Quizás hay quienes digan el precio del Mazda2 juega en su contra, pero sin duda podemos decir que es porque no han tenido un verdadero contacto con el vehículo. Basta ver los acabados del interior, estar en la posición de manejo y percibir la calidad de marcha para decir que este hatchback vale lo que cuesta.