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Manejamos el Chevrolet Cavalier 2018

El regreso de un nombre icónico para Chevrolet se dio en el lugar menos pensado

Manejamos el Chevrolet Cavalier 2018

El nombre Cavalier tiene una carga nostálgica importante para el mercado mexicano. Y es que el consumidor nacional conoció la segunda generación del modelo norteamericano en los noventas, incluyendo por supuesto a la versión deportiva de nombre Z24.

El Chevrolet Cavalier que por cierto se fabricó en la planta de GM en Ramos Arizpe, Coahuila era un compacto que competía en el mismo segmento que el popular Volkswagen Jetta, sin embargo gracias a su propuesta auténtica y muy a la americana, se hizo de su buena legión de fans. Se caracterizaba principalmente por su V6 de sonido ronco y atractivo, suspensión suave, así como un limitado espacio interior, sobre todo en la banca trasera.

Se caracterizaba principalmente por su V6 de sonido ronco y atractivo

Aunque es innegable que el Cavalier tenía una personalidad única dentro de su segmento, la presión de sus competidores nipones que ofrecían mejor economía de combustible y más espacio interior lo obligaron a evolucionar para la tercera generación que llegó en 1995. Este nuevo vehículo que adoptó formas redondeadas era más grande, amplio y optó por un cuatro cilindros.  Esta entrega se mantuvo en el mercado hasta que la firma lo reemplazó en México con los modelos Astra y Optra, mientras que en EU el sucesor fue el Cobalt. 

Diseño

Hablando de diseño, el Chevrolet Cavalier 2018 es un vehículo que podríamos calificar de sobrio, incluso conservador. Sin embargo, sí incorpora muchos de los elementos visuales a los que nos ha acostumbrado la marca en su más reciente lenguaje de diseño como la parrilla seccionada en dos o el emblema de gran tamaño en el característico color dorado.

Aunque por otro lado también estrena algunos elementos visuales interesantes como los faros que cuentan con una iluminación doble de LED o bien el trazo en forma de “U” que se observa en el Cofre.

En el costado, destaca la línea que nace en la puerta frontal y de forma ascendente cruza hasta la parte posterior, ésta tiene la intención de esconder la manija de las puertas, lo que le da un toque muy agradable.

Por su parte, la trasera mantiene el mismo nivel de discreción y nuevamente nos topamos con una iluminación doble para las calaveras, en este caso en forma de círculos. La tapa de la cajuela tiene un par de protuberancias que siguen el trazo de de las calaveras así como un pequeño alerón en la parte superior.

Confort

Puertas adentro el Cavalier resultó una grata sorpresa, si bien no encontramos plásticos suaves al tacto, se perciben bien ensamblados y la calidad general que transmiten es buena. La combinación de colores en tablero y asientos tan característica de Chevrolet está presente y adicionalmente incorpora algunos detalles de buen gusto como el marco cromado en la pantalla de info – entretenimiento o en la periferia de botones del climatizador y palanca de cambios. Así como el perfil que simula aluminio satinado en las ventilas laterales.

Del lado del equipamiento cumple a secas, incorpora aire acondicionado de accionamiento manual, volante multifunción que NO está forrado en cuero y no cuenta con ajuste de profundidad, quemacocos que definitivamente es un aditamento muy apreciado por los consumidores y finalmente los asientos están forrados en tacto piel con insertos en piel genuina.

Hablando del sistema de info – entretenimiento, se trata del Chevrolet MyLink con pantalla táctil de 7” y muy buena resolución que cuenta con interfaz Bluetooth y Mirrorlink, sin embargo nos queda a deber la compatibilidad con Apple Carplay y Android Auto. En cuanto a la conectividad ofrece puerto USB, Aux In y Micro SD.

Un detalle que es importante mencionar es que debido a la inclinación y posición que tiene la pantalla en el tablero y el hecho de que está enmarcada por un bisel bastante ancho en acabado piano, en repetidas ocasiones provocó mucho reflejo del sol.

El espacio en las plazas posteriores es bueno, adecuado para dos adultos de talla media y gracias a que es posible colocar los pies debajo del asiento delantero, con lo cual se puede viajar bastante cómodo. Atrás no hay amenidades como puertos USB o salidas de aire acondicionado y un aspecto a resaltar es que si bien es cierto, incorpora cinturón de seguridad de tres puntos para la plaza central, no tiene cabecera, lo que representa un tache importante en materia de seguridad.

Siguiendo con el tema del espacio, la cajuela es de 405 litros que se ubica en la media del segmento.

Manejo

Ya tras el volante queda más que claro que a nivel de performance, el renacido Cavalier 2018 nada tiene que ver con aquel sedán V6 que presumía de un desempeño alegre y un adictivo sonido de motor. Ahora incorpora un pequeño motor de 1.5 litros con 107 hp y 104 lb-pie de torque y que va asociado a una transmisión automática de seis velocidades con modo manual y que funciona de manera suave y con buenos niveles de rapidez. También estará disponible una caja manual de cinco relaciones.

En términos de potencia el pequeño propulsor queda justo e incluso cuando se trata de maniobras de recuperaciones, subidas pronunciadas o incorporaciones a vías rápidas se extrañan unos 30 caballos más. Aunque la firma está apostando más por el lado del rendimiento de combustible con cifras oficiales en el orden de los 19 km/l, que en condiciones reales de manejo es altamente improbable que se puedan conseguir, aunque sí se pueden esperar un buenos niveles de eficiencia también en parte gracias a la presencia de la tecnología Start & Stop.

Emplea la plataforma del Cruze de primera generación, por lo que la calidad de marcha es competente y razonablemente silenciosa, el Cavalier se siente bien ensamblado y no presenta ruidos o rechinidos, aunque el ruido del motor se filtra de más conforme sube de revoluciones. Asimismo, el trabajo de la suspensión es suave, aunque al caer en un bache se filtra un ruido seco y fuerte que llamó mi atención.

4 bolsas de aire, ABS, ESP y frenos de disco en las cuatro ruedas para la versión Premier

En materia de seguridad la versión de entrada que por cierto llegará más adelante y que se denomina LS ofrece bolsas de aire frontales ABS, mientras que la LT que es la intermedia adiciona ESP y Hill Start Asist. Por último, la Premier que fue la que probamos suma bolsas laterales, monitor de presión de llantas y frenos de disco en el eje trasero.

Conclusión

Como había mencionado anteriormente, el nuevo Chevrolet Cavalier 2018 se ubicará en la gama entre el Sonic y el Cruze, sin embargo analizando un poco las cifras nos podemos dar cuenta que el Sonic es más potente (8 hp más), aunque ciertamente es más pesado. Pero es poco común encontrarnos con que un vehículo que se ubique por encima de otro ofrezca menor potencia. Aunque por otro lado, el Cavalier ofrece mejor espacio interior, con lo cual la familia viajará más cómoda.

Del lado positivo, el renacido Cavalier tiene un diseño sobrio pero bien logrado, con un adecuado nivel de calidad de materiales y ensamble, lo que deja en buena posición a la manufactura china. Mientras que en los puntos a mejorar, las bolsas de aire laterales y el ESP debieran ser de serie en todas las versiones, la cabecera central en la banca trasera debiera estar y unos cuantos caballos más de fuerza no le vendrían mal.

Resulta interesante también que el Cavalier encuentre a uno de sus competidores más frontales a otro sedán que ha resucitado un nombre emblemático para su marca, aunque la propuesta no se apegue en nada al concepto original. Se trata del Dodge Neon que tiene el mismo largo total y misma distancia entre ejes, aunque eso sí, el exponente de FCA con su pequeño 1.4 litros se queda 17 hp atrás.

 

Chevrolet Cavalier - Regresa el ícono noventero | Autocosmos

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