Mientras muchos adoran los autos nuevos, algunos nos quedamos babeando cada vez que vemos un clásico, especialmente de fines de los 60s y principios de los 70s cuando las líneas fluidas y las proporciones lo decían todo sin necesidad de trazos artificiales.
Entre los mejores exponentes de este diseño simple, sincero y seductor están los viejos deportivos japoneses. Y uno de sus mejores representantes es el legendario RX-3 de Mazda.
Entre los mejores exponentes de este diseño simple, sincero y seductor están los viejos deportivos japoneses
Hoy hablaremos del Madbul, el RX-7 FD que utiliza el piloto neozelandés de drifting Mad Mike. Junto al Madbul, tambien cuenta con el Badbul (RX8) y el Radbul (MX-5) siendo un especialista en los modelos de Mazda. Con el Madbul, Mad Mike decidió abandonar (un poco) la exuberancia propia de los autos para estas competencias y dar cabida a los lineamientos del otro Mazda clásico.
Si bien la zaga conserva demasiado del auto de los 90s, el frontal aporta todo el encanto “setentero”, abandonando la trompa baja y con faros pop-up en favor de un corte más vertical. El resultado es más musculoso, especialmente en la combinación con el labio superior del cofre, el spoiler rojo y las salpicaderas sobredimensionadas.
En el lateral se disfruta de la línea plana del cofre, que va cediendo hacia las curvas del RX-7 a medida que la cintura avanza por las puertas.
Todo este despliegue tiene el respaldo del motor Wankel con cuatro rotores y 537 caballos que van a parar a las anchas ruedas traseras para hacerlas deslizar en perfectos, largos y humeantes derrapes.