Antecedentes
Al igual que el Dodge Charger, el Challenger que tomó como base al Plymouth Barracuda vio la luz en 1970 para competir contra el Ford Mustang y Chevrolet Camaro. Sin embargo, este muscle car desapareció de la escena. En el caso del Challenger después de dos generaciones, la primera 1970 a 1974 y la segunda 1978 a 1983, la marca lo dejó de producir.
Tras una ausencia de 25 años, este american car vuelve a la escena con el mismo objetivo, contratacar a los muscle cars de Chevrolet y Ford. A diferencia del Charger que vio transformada su carrocería de coupé por sedán, el Challenger conserva esa misma imagen de dos puertas además que ostenta un diseño completamente retro. Sin duda de los cuatro muscle cars que existen en el mercado es el que conserva más ese estilo setentero.
Después de seis años de su regreso, la tercera generación de este Dodge acogió importantes modificaciones estéticas, así como la incorporación del V8 de 6.4 litros y la caja de ocho velocidades.
Hoy en día, la marca pone a la venta en nuestro país de tres versiones; una con motor V6 y un par de variantes con motor de ocho cilindros. En esta ocasión hablaremos de una de las opciones con bloque de ocho cilindros, el SRT Scat Pack Shaker además de sobresalir por los 485 hp, destaca por ciertos elementos estéticos.
Características técnicas y mecánicas
Situado entre el Challenger Black Line que tiene un V6 de 3.6 litros con 305 hp y 268 libras-pie de torque y el Hellcat con 707 hp y 650 libras-pie de torque por medio del V8 de 6.2 litros supercargado, este el Challenger SRT Scat Pack Shaker obtiene un V8 HEMI de 6.4 litros mismo que produce 485 hp a 6,100 rpm y 475 libras-pie de torque a 4,200 rpm.
Todo este poder es administrado y controlado por una caja automática de ocho cambios, un sistema de frenos de alto desempeño con calipers de cuatro pistones y una suspensión con amortiguadores Bilstein.
Produce 485 hp a 6,100 rpm y 475 libras-pie de torque a 4,200 rpm
Evidentemente lo que más llama la atención de la carrocería de casi cinco metros de longitud y casi dos toneladas de peso es la toma de aire que se asoma en la parte central del cofre. Básicamente esta ventilación tiene como misión dirigir la mayor cantidad de aire frio al filtro de alto flujo y de ahí al múltiple de admisión. Otros elementos estéticos que distinguen a este Challenger SRT Scat Pack Shaker es la parrilla en color negro idéntica a la primera generación, el splitter de mayor tamaño, los rines de 20 pulgadas, la tapa de combustible en color negro, el spoiler en negro satinado y los gráficos de Scat Pack, un emblema de marketing creado por la marca en la década de los 60 para promover la línea de autos de alto desempeño, el cual es representado por un abejorro.
Confort
Me atrevo a decir que frente a sus competidores, este Challenger tiene la cabina con el mejor estilo. Y es que además de tener un diseño que mezcla el pasado con la modernidad tiene materiales de buena calidad, además que los asientos forrados de alcántara son sumamente cómodos. Inclusive la fila trasera ofrece espacio para dos personas, claro no viajarán cómodamente pero si gozan de más confort que en el Mustang y en el Camaro.
Dentro de las características de equipamiento incluye aire acondicionado de doble zona, pantalla táctil con una pantalla de 8.4 pulgadas (la más grande del segmento), con navegación, una cámara de vista trasera, un sistema de audio Harman Kardon, Bluetooth, además que permite también controlar el aire acondicionado y la ventilación y calefacción de los asientos.
Antes de concluir este apartado es importante mencionar que este Challenger tiene la cajuela con el mayor volumen del segmento, y es que en total cuenta con 458 litros frente a los 257 del Camaro y 382 del Mustang.
Manejo
Claro que con casi 500 hp obtenidos al natural este deportivo acelera con una libertad esplendorosa a pesar que la masa ronda los 2,000 kilógramos. Sin embargo, este exceso de peso y el chasis hacen que el manejo en las curvas no tenga la estabilidad que vemos en deportivos alemanes, por ejemplo. Aunque no podemos pedir más, pues ese es el toque especial que tienen los muscle cars, bueno al menos este Challenger, ya que la nueva generación del Mustang y Camaro, ofrecen un menor balanceo de la carrocería.
Tomando en cuenta lo anterior, es obvio que el mejor papel del Challenger lo encontramos en las rectas, ahí donde es un campeón. Sobra decir que el 0 a 100 km/h lo hace en 4.5 segundos y el cuarto de milla en 12.9 segundos a 180 km/h. Por si fuera poco el ocho cilindros tiene capacidad para llegar a una máxima de 280 km/h.
Si hay algo que también debemos destacar es el trabajo de la suspensión. A pesar de ser rígida para permitir todo su potencial en la pista, en el manejo del día a día no resulta ser cansada al momento de pasar por topes o al descuidarnos de algún bache que se cruce por nuestro camino. Completa la misión un sistema de frenos de alto desempeño Brembo de cuatro pistones, una barra estabilizadora trasera y un sistema de escape activo que produce sonido realmente adictivo cada que pisas el acelerador.
El 0 a 100 km/h lo hace en 4.5 segundos y el cuarto de milla en 12.9 segundos a 180 km/h
Pensando en los momentos que se desea salir disparados como misil, este Challenger integra Launch Control programable. Ahora bien, basta presionar el botón Super Track Pak que la dirección, el motor, la transmisión, el control de tracción pasen a un modo deportivo. De igual forma es posible elegir entre tres modos el control electrónico de estabilidad.
Es obvio que quien compra un muscle car como este poco importa el gasto de combustible, pero sólo por no dejar pasar por alto el V8 de este Challenger consume 8.1 km/l, por lo que la autonomía ronda los 500 kilómetros gracias al sistema de desactivación de cilindros. No obstante, esta cifra puede disminuir a poco más de la mitad si el acelerador es exigido en demasía.
Conclusión
Habrá que poner en la balanza que es lo que se desea, al momento de decidir la compra de un muscel car. Por un lado tenemos al Camaro y al Mustang, que al día de hoy distan mucho de ese manejo puro que los caracterizó por tantos años. Ahora este par de americanos ofrecen un manejo más cómodo y dócil.
Ahora bien, en el otro lado tenemos al Challenger que además de portar un estilo netamente retro, al volante encontramos un manejo bastante rudo.
Sólo queda decidir qué es lo que se quiere, un auto al más puro estilo "old school" o uno que ofrezca mayor confort.
Dodge Challenger SRT Scat Pack 2016 a prueba