Una de las compañías que mejor ha interpretado el concepto de marketing y vanguardia tecnológica es Apple. La empresa fundada por el difunto Steve Jobs, Steve Wozniak y Ronald Wayne ha sabido estar al frente del desarrollo de uno de los dispositivos con los que más interactuamos en el mundo moderno, el smartphone. Ahora, tal como lo hizo en su momento con el iPhone, la marca de la manzana parece estar preparando el terreno para sacudir el mercado con un vehículo de manufactura propia.
Lo que empezó como un simple rumor se está transformando con el correr del tiempo en algo muy serio, ya que la empresa ha estado contratando ingenieros relacionados con la industria automotriz y ha realizado pruebas callejeras con vehículos equipados con sensores láser y GPS, necesarios para lograr la conducción autónoma.
Según fuentes de Bloomberg dentro de la empresa, el auto se lanzaría para el 2020, tres años después de los vehículos económicos 100% eléctricos anunciados por Tesla y GM, los Model 3 y Bolt respectivamente. En un momento hasta se rumoró que Apple compraría Tesla, pero esto no le conviene, ni se acopla con el estilo de negocio de la empresa.
La producción del “iCar”, está bajo la esfera del Project Titan, un proyecto cada vez menos secreto en el que están trabajando casi mil empleados de la compañía por fuera de los cuarteles generales de Apple. También se rumora que este auto sería de conducción autónoma, algo con lo que Google ya viene trabajando desde el 2010 y que diferenciaría a la marca de la manzana con la competencia.
¿Puede Apple lanzarse a un mercado completamente distinto al que domina?
Con los autos eléctricos, el futuro de la industria automotriz promete cambiar bastante, ya que a la oferta de los fabricantes tradicionales se le suma la de las empresas de tecnología, que pueden acercarse mucho más a este mercado gracias a su expertise previo. Tenemos el caso de Samsung trabajando en conjunto con Renault-Nissan y vendiendo vehículos bajo su marca propia en Corea del Sur y Chile, o el ejemplo más resonante de Tesla, la empresa del visionario Elon Musk quien tiene en su haber la fundación de la plataforma de pago online PayPal y la creación de SpaceX, dedicada a la industria aeroespacial.
¿Cómo puede lograrlo?
Según informó Reuters, la empresa A123 Systems (líder en la fabricación de baterías para autos eléctricos, con clientes como BMW, GM, Fisker, entre otros) ha presentado una demanda contra Apple en el juzgado de Massachusetts por iniciar una “agresiva cacería de sus empleados” con el fin de conformar un equipo de desarrollo a gran escala similar al de A123 Systems, violando los contratos laborales de estos trabajadores. Y a decir verdad, aquí es donde nos ponemos a pensar que toda esta gente no va a estar trabajando para desarrollar la nueva batería del iPhone 7, sino que están pensando en algo más grande.
Según el sitio 9to5 Mac (que se especializa en hacer una obsesiva inteligencia sobre todos los movimientos de Apple) durante el 2014, Apple ha estado reclutando varios talentos de la industria automotriz, entre los que se destaca Mujeeb Ijaz, el jefe de tecnología de A123 Systems que en su momento lideró el desarrollo del paquete de baterías para el Chevrolet Volt. Además hay varios ingenieros con pasados en Tesla, Mercedes-Benz, Jaguar, Land Rover, Ford, Kia, Hyundai, Porsche, Fisker y Bentley, aunque también existen nombres relacionados a empresas como Autoliv, que desarrolla el software de tecnologías de seguridad activa como frenado automático y visión nocturna.
Otro de los factores que permiten pensar seriamente en el interés de Apple por fabricar un vehículo es que su líder de diseño, Jonathan Ive, es un confeso fanático de los autos, (tiene un Aston Martin DB4 y un Bentley Mulsanne) y que por otro lado el Vicepresidente Senior de la misma compañía, Marc Newson, es un hombre que participó en varias ediciones de la Mile Miglia, corriendo con un Cisitalia 202MM y con un Ferrari 225S de 1952.
Lo que atenta contra este rumor es algo muy sencillo: La industria automotriz es tremendamente compleja, competitiva y está plagada de legislaciones que limitan las posibilidades de los fabricantes, (como el caso de Tesla, que no puede vender sus vehículos sin intermediarios en varios estados de EE.UU.) factores que sumados a la titánica inversión que demanda fabricar un vehículo desde cero suponen un gran riesgo. Lo cierto es que tomar este tipo de riesgos es lo que ha hecho grande a Apple, justamente, apostando por algo que los competidores no pudieron ver antes.