Hoy en día el objetivo de la seguridad pasiva para niños en los autos es muy importante tanto para los fabricantes como los conductores. No obstante a principios de los años 60, según se publica en un artículo de ese tiempo, amarrar a los niños con una correa en el asiento posterior era lo correcto y más seguro.
En un periódico del cual se desconoce el nombre, el autor W.U. McCoy, publicaba que utilizando lo que parece un arnés para perro y una correa amarrada a un niño, éste podía ser atado al respaldo del asiento posterior de un auto para viajar “seguro”.
Esto le permitía al infante estar cómodo pues podía estar parado, saltando y jugar al momento de estar ligado. Una idea genial para ese tiempo, de acuerdo con los estándares de seguridad en los 60s en EUA.
Hoy en día hacer algo así sería exponer a un infante a una muerte segura, pues en el caso de un accidente lo que único que está previendo es que salga volando para impactarse contra el parabrisas o salir de la unidad. No obstante ocasionaría que éste rebote impactándose contra cualquier parte metálica o plástica de la unidad, lo que obviamente lo lastimaría.
Te dejamos la imagen del artículo titulado “Seguridad para un niño en un Volkswagen” donde puedes apreciar lo que te mencionamos anteriormente.