El arte y el mundo del automóvil se cruzan frecuentemente. Uno de los más destacados es el diseño, donde los dibujantes expresan en el papel sus ideas sobre movilidad. También podríamos definir como artistas a esos pilotos que logran una conexión increíble con sus máquinas, dibujando trazos perfectos en las curvas de los circuitos e inspirando a los fanáticos del automovilismo y las generaciones de pilotos venideras.
Pero en este caso tenemos un ejemplo bastante pragmático del arte automotriz. El rumano Adrian Mitu ha desarrollado una técnica que consiste en usar el café como una acuarela, dándole una profundidad nostálgica a sus dibujos de autos, como si un filtro sepia se adueñara del papel y nos transportara en el tiempo.
Sus ilustraciones comienzan con trazos en lápiz, a los que luego agrega pinceladas de café en distintas densidades para dar los diversos efectos de profundidad y sombreado. Ocasionalmente mezcla también algo de color en algunas de sus obras, pero siempre manteniendo su paleta cromática en unos pocos tonos.
Adrian Mitu no vive de estas pinturas, en realidad él es arquitecto y diseñador de interiores, pero con un profundo amor por los autos. Según comenta, esta técnica nació un día de tedio en la que le dieron ganas de dibujar pero no de levantarse para ir a buscar sus colores. Lo único que tenía a su alcance eran pinceles y su taza de café a punto de terminar. Esto demuestra que a veces la vagancia también ayuda al proceso creativo, aunque a priori no lo parezca.
Disfruta en la galería asociada sus mejores obras.
