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Manejamos el Volkswagen Beetle Turbo R 2014

Una edición limitada a 3,500 unidades y que para otros mercados se denomina GSR

Manejamos el Volkswagen Beetle Turbo R 2014

Antecedentes

Por principio de cuentas hay que decir que este Beetle Turbo R, es en realidad la edición especial GSR que debutó en el Salón de Chicago de 2013 y está limitada a 3,500 unidades, de las cuales solo 200 llegarán a nuestro país. Aunque no tenemos ninguna confirmación, creemos que Volkswagen optó por nombrarlo como Turbo R, en virtud de que alguna otra marca debe tener registrada las siglas GSR, presumiblemente Nissan para su ya mítico Tsuru GSR 2000.

Pero volviendo al Beetle, esta edición tiene más historia y pedigrí de lo que se podría creer en un inicio, resulta que las siglas GSR no son simplemente para que suene más deportivo, tienen un significado y razón de ser, en alemán significan Gelb Schwarzer Renner cuya traducción sería Yellow and Black Racer. Y evoca a los exitosos Volkswagen Sedán GSR 1973 que llegaron al mercado como respuesta a la demanda de los consumidores por un Vocho más potente y apto para participar en las diferentes competencias de rallies basado en los sedanes 1303S conocidos en EU como Super Beetles. El motor era 1.6 litros, tenía una caja de radios más largos, suspensión delantera McPherson y frenos de disco al frente.

A su vez esos GSR celebraban a los Salzburg Rallye Beetles, unos sorprendentes Vochos preparados por un Distribuidor Porsche de Austria que fueron dotados de una transmisión de Porsche 914 de 5 cambios y tras unas severas modificaciones mecánicas entregaban 129 hp. Aquellos autos eran pintados en cofre y cajuela de color negro, con el fin de evitar reflejos a los ocupantes y de ahí que el GSR tuviera ese tipo de pintura.

 

Características técnicas y mecánicas

Bajo el cofre de este Beetle Turbo R (alias GSR) tenemos un motor de cuatro cilindros y 2.0 litros TFSI que entrega 210 hp y 207 lb-pie de torque y se acopla a una transmisión DSG de seis velocidades.

La dirección es de asistencia eléctrica y la suspensión es McPherson adelante y Four Link atrás.

Por lo que hace a la seguridad, ofrece Bolsas de aire frontales y laterales, ABS, Control de Tracción ASR, Asistente de arranque en pendientes HHC y sistema de bloqueo electrónico de diferencial EDL.

Como detalles estéticos relevantes tenemos la pintura bitono en donde cofre, toldo y cajuela están pintados en color negro, mientras que el resto de la carrocería es amarilla (también lo hay en gris). Los rines de 19 pulgadas también muestran dos tonos, negro y aluminio pulido. Por último en los costados hay unas franjas delgadas con la leyenda Turbo R.

 

Confort

En el interior, encontramos unos asientos deportivos R-Line con forro bitono en tela y microfibra con los pespuntes en amarillo. El volante multifunción forrado en cuero también cuenta con costuras amarillas y en la base una placa que nos indica el número del total de 3,500 que es nuestra unidad.

Por lo que hace al equipamiento de conveniencia podemos encontrar cristales y espejos eléctricos, quemacocos, interfaz Bluetooth para el teléfono celular, entrada Aux-in y cable dedicado para iPod (con costo extra), control de velocidad crucero, pantalla táctil de 6.5 pulgadas y computadora de viaje.

Sin embargo es importante destacar que algunos elementos como navegador, puertos USB o aire acondicionado automático faltan, cuando en otros productos de este nivel de precio si se ofrecen.

Por lo que hace a la habitabilidad, los pasajeros de la primera fila viajarán sin ningún inconveniente y aunque el espacio para la banca posterior es mucho mejor en este Beetle, en relación con su predecesor, lo cierto es que un adulto de talla media viajando atrás sentirá muy cerca el medallón.

 

Manejo

Tras el volante, lo primero que se nota es un ajuste de suspensiones firme, la transmisión también muestra una clara orientación a la deportividad, con radios cortos y en términos generales una tendencia a aguantar bastante los cambios, es decir a diferencia de la DSG de siete velocidades que hemos probado en modelos como el nuevo A3 Sedán o el SEAT León SC que tienen un setting orientado a la eficiencia y por tanto los cambios suceden rápido y a bajo régimen. El Beetle Turbo R gusta de mantener el motor girando a medio régimen con el objeto de arrancar como liga a la primera insinuación de nuestro pie derecho. Como buena caja DSG las transiciones entre las distintas relaciones son rapidísimas.

El motor por su parte, el viejo conocido 2.0 litros  turbo de inyección directa, si bien es cierto presenta turbo lag en baja rotación, una vez que se llena la turbina las aceleraciones son contundentes, el Beetle Turbo R acelera con decisión y nos provoca sonrisas en todo momento. La dirección es comunicativa y se agradece mucho el diseño del volante de empuñadura delgada que resulta mucho más cómodo.

En el terreno de la eficiencia de combustible, lo mejor que pudimos lograr fue en el orden de los 12 – 13 km/l y ya siendo muy cuidadosos con el pedal del acelerador, sin embargo, cuando pasamos a modo Sport la transmisión y sacamos todas las virtudes de ese pequeño demonio que habita bajo el cofre, el rendimiento puede caer por debajo de los 9 km/l con mucha facilidad.

Como auto deportivo, el Beetle Turbo R es un buen "deal". Divertido, ágil y con mucha personalidad.

Conclusión

El Volkswagen Beetle Turbo R  es la variante más extrema disponible por el momento, solo 200 de las 3,500 unidades llegarán a México y aunque he de confesar que en un inicio cuando lo vi, esa pintura en amarillo y negro no me gustó mucho que digamos, al enterarme de las razones de los colores y diseño me ganó por completo.

Ciertamente el Beetle tiene algunas falencias en el terreno del equipamiento de conveniencia, aunque ninguna de ellas es realmente crítica ya que el equipamiento de seguridad es bastante completo.

De cualquier manera logra subsanar cualquiera de esos faltantes muy bien gracias a su diseño diferente y excelente desempeño dinámico, sin dejar de lado el pedigrí que esconde al ser en realidad la versión GSR.

 

Rubén Hoyo, Fotos: Héctor Mañón recomienda