En muchos casos, el tuning consiste en exagerar las virtudes de un vehículo, agregándole elementos aerodinámicos, modificando el motor y pintándolo de colores estridentes para que todos sepan que se trata de un auto especial. Pero los búlgaros de Vilner van por otro lado y este Corvette de 3ra generación es la prueba que se puede modificar un vehículo, modernizarlo y hacerlo hermoso sin caer en las exageraciones.
Este deportivo en particular tiene bajo el cofre un V8 de 5.7 L al que se le han modificado la tapa de cilindros, pistones, camisas y los dos carburadores para llevarlo a los 300 Hp. Cabe recordar que esta generación del Corvette (C3) llegó a tener motores brutales como el V8 de 454 pulgadas cúbicas, lo que es igual a 7.4 litros. Sí, estás pensando lo mismo, total el Tío Sam pagaba la gasolina.
Volviendo a Vilner, su trabajo más destacado se encuentra en el interior. Casi todas las superficies se han revestido con distintas tonalidades de cuero, desde el techo hasta las perillas de las direccionales. Dicho así pareciera que estamos ante un caso de sobreexplotación de un material, pero a decir verdad, si ves las fotos en la galería adjunta también vas a pensar que le queda muy bien.
Puertas afuera, las modificaciones son sutiles pero funcionales, se le han añadido luces diurnas, direccionales y calaveras en LED, mientras que su carrocería ha sido restaurada a fondo, pintándola de un exquisito marrón perla.
¿A qué auto le harías esta modificación?