México D.F. Es un hecho que las cifras de rendimiento que anuncian los fabricantes son obtenidas bajo condiciones ideales, por lo que resulta prácticamente imposible replicarlas en las situaciones de manejo cotidianas a las que nos enfrentamos.
Existen en el mercado muchos vehículos que prometen buenos rendimientos y prácticamente se ha popularizado la idea de que un cuatro cilindros es sinónimo de vehículo eficiente, cosa que puede no ser tan cierta. Por ejemplo un sedán V6 que ruede a 2,500 rpm a velocidades crucero podría ser más eficiente, que otro de cuatro cilindros circulando a 4,000 vueltas para mantener los mismos ritmos. Como sea, hay incontables mitos acerca del consumo de combustible de los vehículos y cómo mejorarlo.
Considerando que el segmento de los sedanes compactos está dividido en dos, uno que vamos a denominar como parte baja en donde productos como el Nissan Versa o Volkswagen Clasico reinan a placer y que dicho sea de paso es el que representa el mayor volumen de todo el mercado, mientras que en la parte alta modelos como el Volkswagen Jetta, Ford Focus y Nissan Sentra ofrecen en general mejores niveles de acabados, tecnología y equipamiento, aunque también es cierto que el volumen que desplazan es menor.
El SEAT Toledo es un exponente que se ubica en la parte baja del segmento de los sedanes compactos y que es el único que cuenta con una oferta tecnológica realmente innovadora tanto por aspectos de consumo como por aceleraciones y recuperaciones. Pero no todo es miel sobre hojuelas, el Toledo que equipa el motor 1.4 TSI de 122hp acoplado a una transmisión DSG de 7 cambios escala en precios hasta los $275,000 que son terrenos en donde se mueven cómodamente los compactos de gama alta y aunque el exponente de SEAT ofrece amenidades como volante multifunción, interfaz bluetooth para teléfono celular y streaming audio, puerto USB (no compatible con dispositivos Apple), cierto es que se encuentra ubicado dependiendo de la versión a medio camino entre los compactos accesibles y los más sofisticados.
Es importante destacar de cualquier manera que si revisamos a conciencia la oferta mecánica de los sedanes compactos de la parte alta del segmento, tampoco encontraremos un tren motor tan sofisticado como este 1.4 TSI con transmisión DSG.
La prueba de rendimiento de combustible
Como las computadoras de viaje frecuentemente entregan números un tanto engañosos (cuantas veces no nos ha pasado que nos dice que tenemos 40 kilómetros de autonomía, para unos cuantos kilómetros después decirnos que ya son solo 20), la mejor manera de calcular el rendimiento es llenar el tanque, resetear el odómetro y llenar tanque nuevamente al final. Luego dividir los kilómetros recorridos entre los litros de combustible que entraron en la segunda carga y listo, tenemos una cifra de consumo confiable.
El recorrido se efectuó en la Ciudad de México, en día hábil y en un horario de 12:00 a 14:30 horas (es decir, la prueba no se realizó en la madrugada que no hay autos), se utilizaron tanto vías rápidas (Periférico y Viaducto), como avenidas importantes (Constituyentes, Insurgentes, Gabriel Mancera, Reforma) y algunas calles secundarias (Ciudad Universitaria y Coyoacán).
El recorrido total fue de 57.2 kilómetros y en la segunda carga de combustible se requirieron 3.45 litros para llenar el tanque, lo que nos da un sobresaliente rendimiento de 16.57 km/l. Que ubica al Toledo en niveles de eficiencia que resultan difíciles equiparar, sin recurrir a una mecánica diésel.
No hay magia
Es menester señalar que la técnica de manejo que utilizamos sí debe cambiar un poco en relación con los hábitos que comúnmente mostramos en la jungla de asfalto si es que queremos mejorar el rendimiento de nuestro auto.
- Velocidad constante: Evitamos efectuar aceleraciones bruscas e innecesarias y al circular por vías despejadas circulábamos a ritmos entre 80 – 90 km/h. Hay que ser sutil con el pedal de acelerador para que los cambios se efectúen a bajo régimen (en el caso de nuestro Toledo a unas 2,000 rpm), oprimirlo como si quisiéramos clavarlo en el piso del auto eleva mucho el consumo.
- Anticipación: Cuando el vehículo se está moviendo, ya cuenta con una inercia que nos permite desplazarnos bastante, por lo que en muchas ocasiones basta con dejar de acelerar en el momento oportuno para llegar bien, como por ejemplo un semáforo en rojo. Nuevamente, frenar bruscamente nos hace perder toda esa energía que llevábamos, por lo que acto seguido será necesario volver a acelerar.
- Aire acondicionado: Supone una carga adicional al motor, por lo que si no es necesario en verdad, lo mejor es no encenderlo a efectos de cuidar el rendimiento.
- Carga innecesaria: Es importante llevar en el auto solo lo necesario, esas cajuelas que traen tres cambios de ropa para cada miembro de la familia, herramienta como para construir reconstruir motor y caja, solo provocan que el consumo se eleve.
- Mantenimiento: Evidentemente el contar con un vehículo en buen estado mecánico es importante:
o Presión de neumáticos de acuerdo a lo que marca el fabricante.
o Hacer el servicio de acuerdo a lo que indica el manual, si el aceite, bujías y filtros están en buenas condiciones el rendimiento es mejor.