Mientras que los primeros vehículos autónomos, se espera lleguen a las concesionarias a fines de la década, convencer a los conductores sobre la idea de ya no “manejar” será el reto más difícil para los fabricantes automotrices.
De acuerdo con un estudio aplicado a 1,000 adultos en EUA y realizado por la firma ORC International para Chubb Group Insurance Company, sólo 18 por ciento de los encuestados declaró que comprarían un vehículo autónomo. ¿Por qué? 2/3 admitieron que no se sentirían seguros siendo un “conductor” sólo de nombre, mientras que el 22 por ciento declaró que experimentarían conflictos de confianza permitiendo que sus seres queridos viajen en un vehículo autónomo.
Obviamente pensar que un vehículo autónomo sea más seguro que uno piloteado por un humano, es algo que el conductor común no acepta y además provoca nerviosismo pues se deben quitar las manos del volante. Sin embargo las estadísticas revelan que más de 30,000 personas mueren anualmente en choques, de éstos la mayoría fueron causados por un error del conductor.
A diferencia de un conductor, un auto autónomo no estaría tentado a tomar riesgos innecesarios en el camino, además no se perdería en sus pensamientos y tampoco se distraería durante un traslado con mucho tránsito.
Todo lo anterior debe llevar a empresas innovadoras en esta tecnología, como Tesla y Google, a buscar un nicho de mercado con usuarios de tecnología, en lugar de establecerse a gran escala como una firma automotriz tales como Cadillac o Mercedes-Benz con clientes más conservadores, o incluso con consumidores como los de Nissan quienes son renuentes tanto en tecnología como sensibles a precios altos para considerar un vehículo en EUA.
Irónicamente el reporte encontró que algunos de los consumidores pagarían sin problema un dinero extra en su próximo auto nuevo con tal de tener tecnología en protección de accidentes.
Por ejemplo, 88 por ciento de los encuestados señaló que pagarían extra por tener un sistema de alerta de cambio de carril (incluso con la función automática de colocar al vehículo de vuelta a su carril si éste se saliera inadvertidamente). Asimismo un 77% declaró que también desembolsarían por un dispositivo de advertencia de colisión frontal, el cual automáticamente aplique los frenos para evitar o minimizar los efectos de un impacto. Finalmente un 70 por ciento consideró importante tener un control de crucero adaptativo que mantenga la velocidad como la distancia con respecto a los vehículos que vayan adelante.
Además de todo lo anterior, el sondeo reveló que el 33% de los entrevistados dijo que ellos comprarían un vehículo con un sistema de ayuda de estacionamiento automático.
“Nuestro estudio demuestra que, incluso en periodos de recuperación económica, los consumidores pagarían por prestaciones de seguridad adicionales en su auto nuevo, especialmente aquellos que ayudan a protegerlos, a sus seres queridos y mascotas en el caso de un accidente” comentó Ray Crisci de Chubb Personal Insurance.
Para terminar quizá una estadística que realmente demuestre algún futuro para los autos autónomos, es que sólo el 13% de los entrevistados declaró que sí lo comprarían para poderse tomar una siesta detrás del volante mientras que el auto se maneja sólo.